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UNA SUPREMA CORTE PIGMEA

Una suprema corte pigmea

Por: Juan M. Negrete

Casi no hay día que pase en el que no nos enteremos de la muy baja estatura de los miembros del poder judicial del país. Lo mismo pasa con los miembros de la clase política. Pero a esta tropa tan deslucida la tenemos en jabón desde hace mucho tiempo. Lo novedoso o sorprendente es que se estén filtrando tantas malas notas de los expedientes de quienes siempre se nos dijo que son los guardianes de la constitución, los encargados de que las leyes que nos rigen se cumplan y, por supuesto, que no sean adulteradas.

Se ha descorrido un velo pesado que tapaba sus vergüenzas y ahora nos estamos enterando de que se trata de entes tan falibles como todos los demás, los que componemos el desbarajustado populacho, los de a pie, la pedacera popular pues, como se nos ha calificado siempre a la gran bola informe de ciudadanos. Cuando los políticos ensayan a halagarnos nos llaman pueblo, nos conforman con conceptos finos como la nación o la patria. Entonces sí pasamos a primer plano. Pero en cuanto concluyen sus sainetes volvemos a los rincones oscuros de la gran casa, como la muñeca fea.

Por esta razón ha venido sacudiendo nuestra modorra colectiva ese mundillo exquisito, tan perfumado y tan caro, de los que componen los tribunales de la justicia. Ya empieza a resultar larga la lista de los estropicios de sus dictámenes o decisiones, que son inapelables, pero que no se corresponden con lo que ellos tienen por enmienda: que nuestras cosas públicas en el país transcurran de manera ordenada y razonable. Por fuerza se trata de una tarea complicada, pues no se puede dar contentillo con sus laudos a dos partidos encontrados. Pero se supone que está en su mano buscar las salidas más decorosas a los líos ya desatados. Y si se puede antes de que se desaten, mejor.

Lo más reciente viene a ser la decisión de suspender la entrega de los LTG en Chihuahua y en Coahuila. Los gobiernos de ambos estados tramitaron un amparo en contra de esta práctica educativa, que realiza el poder ejecutivo federal, que consiste en dotar a todos los alumnos de la educación básica y secundaria de textos gratuitos. Como los gobernadores de ambos estados norteños están en el bando de la oposición al poder federal, se inconformaron y cruzaron sendos amparos para ponerle piedritas en el zapato al encargado federal de tales faenas. A éste le ordena realizar dicha tarea nuestra carta magna. Tal vez por eso suponíamos muchos que la tal medida iba a ser desechada, como estrafalaria. La sorpresa es que sí procedió. El ministro Luis María Aguilar les concedió la suspensión definitiva.

No sólo es una medida atrabiliaria. Esto quiere decir que no le sienta bien el traje de togado a tal ministro. Pero lo hizo, aunque su medida vaya a desatar la jauría de canes en ambos estados. Los maestros, los alumnos, los padres de familia y la sociedad civil completa fueron obligados a jugar con fuego en este asunto en la chula frontera del norte. De quien se suponía que vendría la cordura, la voz apaciguadora para no encender la pradera, justo de tal prócer, provino el cerillazo. Mayor incongruencia no se puede pedir.

En otros espacios analistas, mejor entendidos que este redactor, han puesto el dedo en la llaga por darnos a conocer la clase de personajes que llegan a estos tribunales. Es un supuesto común, en el que participamos todos como crédulos, de que por una parte los jueces son seres humanos y que sufren de los mismos defectos de que adolecemos todos los mortales. Pero también suponemos que en su larga trayectoria por profesionalizarse realizaron su mejor esfuerzo por convertirse en seres humanos de excepción, dignos de ocupar el puesto de árbitro en el cual desplegar lo bien aprendido.

Los analistas, decimos, que conocen a muchos de estos personajes, nos han venido ilustrando no sólo de la baja estofa de algunos de ellos; sino sobre todo de la forma tan indigna en que se fueron colando muchos a estos puestos. Va de muestra el caso del ministro Alberto Gelasio Pérez Dayán. Le debe el haber llegado a tal capilla al apoyo de la familia Calderón Zavala. Don Diego Zavala Pérez, el suegro de Felipe Calderón, era el profesor predilecto del tal Gelasio, ahora ministro ya, cuando estudió en la universidad Lasalle. Ya sabemos cómo masca la iguana en lo del tráfico de influencias. No nos habrá de extrañar la complicidad con la familia Calderón, que resalta en todas sus intervenciones, en las que no se encuentra siquiera un ápice de neutralidad.

Casi similar resulta el caso de Javier Láinez Potisek, otro ministro de la suprema tribu del mal. Antes de aterrizar en esta plaza tan apetecida por muchos, fue consejero jurídico adjunto en el poder ejecutivo federal con Ernesto Zedillo y con Vicente Fox. Con tales credenciales bastaría para ajustarlo. Pero vinieron más cosas a su currículo. Fue encargado de las reformas constitucionales, especialmente al sistema de seguridad pública; más adelante, la energética de Enrique Peña Nieto, quien lo hizo ministro de la SCJN, junto a Norma Piña. ¿Cómo suponer que van a atreverse a romper la red de los trafiques que les llevó a tales puestos? Y mucho menos pensar que tengan el valor cívico de romper el tope de los salarios que reciben, que nos resultan hasta insultantes a todos los demás mexicanos de a pie. ¡Habrase visto: más de medio millón de pesos de salario cada mes! ¿Y aun así les vemos como adalides de la justicia y que serán capaces de poner orden en la casa de todos? Urge enderezar esta barca o nos hundiremos todos sin remedio. De seguir así, el naufragio será inevitable.

SUCESION JALISCIENSE: ¿HABRÁ CANDIDATOS A LA ALTURA DE LA HISTORIA ESTATAL?

Por: Pedro Vargas Avalos.

La sucesión presidencial, ha hecho que pase a segundo término la referente a las de los Estados de la República que habrán de renovar su poder ejecutivo en el venidero año de 2024. Para los jaliscienses, desde luego que nos importa más que nada, lo relativo a quien será nuestro próximo gobernador, es decir, el político que sustituirá al controvertido Enrique Alfaron Ramírez.

Hace seis años, los personajes que sonaban para relevar al priista Aristóteles Sandoval, eran Enrique Alfaro, Martha Rosa Araiza, Miguel Castro, Salvador Cosío, Carlos Lomelí, Miguel Ángel Martínez y Carlos Manuel Orozco: algunos de ellos sin mayor opción para realmente llegar a titular del ejecutivo local, pero siendo muy activistas, se movían para cuando menos estar presentes en el ánimo de la ciudadanía.

Ahora, en este año de 2023, los que aspiran a tan singular cargo, ya iniciaron sus labores para que por un lado los partidos políticos, (específicamente sus dirigentes) y por otro, los ciudadanos, los tengan presente. La pregunta final que nos hacemos, es si alguno de esos anhelantes individuos, tienen los tamaños para no específicamente llegar al puesto máximo en la Entidad, -muchos mediocres lo han hecho- sino que puedan calificarse como reales continuadores de las actividades de los jaliscienses y al nivel de la trayectoria histórica estatal.

Jalisco es México, dice una frase muy publicitada sobre todo turísticamente. Esa es una patente realidad, pues quien busque conocer a la nación, no podrá asegurar que la valoriza cabalmente sino visita, estudia y comprende el devenir del Estado y la enorme tarea que desplegaron sus forjadores y guías.

Nuestra región occidental mexicana, fue un mosaico étnico desde hace milenios de años. Siglos antes de nuestra era, y hasta la centuria séptima después de Cristo, floreció una cultura que tiene como prototipo los restos conocidos como “Huachimontones”, ubicados en la población de Teuchitlán, a unos kilómetros de la Perla Tapatía, entre Tala y Ahualulco de Mercado. Las pirámides circulares y los grandes juegos de pelota, además de sus cultivos en chinampas, son su distintivo. Fue, no cabe duda, una cultura madre.

Alrededor de los siglos VI y VII, irrumpieron los toltecas, quienes bautizaron al territorio como “Xalixco”, o sea, lugar de tierra arenosa. Tiempo después pasaron las tribus nahuatlacas y la presencia trascendente de los aztecas dejó huellas profundas: la mayoría de nuestros lugares y poblados tienen nombres de etimología náhuatl.

Es de hacer notar que en esos lejanos tiempos, ya la mujer tenía una presencia prominente. Sirva como ejemplo el caso de Tonalá (Tonallan), que era gobernada por una dama noble (cihuapilli) en tiempos de la conquista, así como Tamazula, donde regía una cacique (los mandamases de esos pequeños gobiernos autónomos, eran llamados “tlatoani” (el que habla).

Los principales conquistadores de nuestras comarcas jaliscienses, fueron Alonso de Avalos, Francisco Cortés de San Buenaventura y Nuño Beltrán de Guzmán: los dos primeros por mandato de su pariente Hernán Cortés; el tercero, un abogado que fue tremendo adversario del conquistador de la Nueva España (Cortés). Tal parece que esta enemistad fue el preludio del sentido de competencia que siempre ha existido entre Guadalajara y la ciudad de México.

El dominio hispano duró tres siglos en números redondos: de 1521 a 1821. Durante ese largo espacio de tiempo, el gobierno en el Reino de la Nueva Galicia (como se llamó lo que ahora es Jalisco y las entidades que lo circundan) lo ejerció un gobernador, que se desempeñaba regularmente como presidente de la Audiencia de Guadalajara, organismo que además de judicial, tenia atribuciones administrativas y era consiguientemente la máxima autoridad local. En la ciudad azteca (México) también residía una Audiencia. Precisamente, el primer presidente de esta institución, fue Nuño Beltrán, quien desde allí quitó muchos terrenos a su rival Cortés, entre ellos, los actuales pueblos de Tamazula, Tuxpan y Zapotlán, con sus jurisdicciones. Ambas instituciones tenían a menudo sus controversias.

En las postreras decenas de años de la colonia, la antigua Nueva Galicia se dividió en Intendencias, siendo dos las importantes: la de Guadalajara y la de Zacatecas. Estas fueron divisiones político administrativas que sirvieron como antecedente para crear los Estados de Jalisco y Zacatecas, respectivamente, el año de 1823. En lo que respecta a nuestra Entidad, lo fue el 16 de junio de ese año, aun cuando desde meses atrás ya se hacía llamar “Estado” a la antigua Intendencia (denominada Provincia durante un breve tiempo antes de la creación de Jalisco) de Guadalajara.

A partir de ese año de 1823, se creó la gubernatura del Estado. El primer ocupante de ese cargo, (Luis Quintanar) fue con carácter provisional y muy circunstancial, en tanto se expedía la Constitución Política, lo cual sucedió el 18 de noviembre de 1824, siendo vicegobernador (porque el referido gobernante provisional en junio de ese año, fue llevado preso a la ciudad de México, por iturbidista) el talentoso tapatío Juan Nepomuceno Cumplido. Realizadas las elecciones para gobernador, resultó electo el visionario Prisciliano Sánchez, forjador del federalismo mexicano (escribió un libro fundamental para tal objeto: El Pacto Federal de Anáhuac) y redactor principal de la primer Carta Política estatal; su cargo lo ejerció desde enero de 1825 h asta diciembre del año siguiente, en que falleció, para desgracia de la nación.

Desde entonces, a Jalisco lo enaltecieron grandes políticos, destacando además de los mencionados (Sánchez y Cumplido), el doctor Pedro Tamez, ilustrado federalista; José Ignacio Cañedo, de grandes virtudes cívicas; Antonio Escovedo, probo y progresista moderado; Gregorio Dávila, radical republicano; Joaquín Angulo, conciliador y muy hábil.

Con la Reforma (1857-60) luego del fracasado imperio, brillaron Ignacio Herrera y Cairo, médico y maestro; Santos Degollado, el impar luchador juarista; Pedro Ogazón, general y abogado ministro de la Corte; Ignacio Luis Vallarta, el consolidador del juicio de amparo; el héroe contra la intervención francesa, Ramón Corona, y el científico Mariano Bárcenas (oficialmente era De la Bárcena). El surgimiento del porfiriato eclipsó el liderazgo nacional de Jalisco.

Al llegar la Revolución Mexicana, la Entidad volvió a ocupar su rango estelar, siendo prototipo de tal calificativo, Don Manuel M.(Macario) Diéguez Lara, líder de la huelga de Cananea y gobernador constitucionalista de Jalisco, a partir de 1914, y luego electo ejecutivo constitucional: con tal carácter publicó la Constitución Política del Estado, de 8 de julio de 1918, ordenamiento que aún rige, con las reformas que a través del tiempo se le han hecho.

Tras ese ilustre mexicano que fue Diéguez, podemos apuntar a distinguidos políticos como gobernadores de la Entidad: J. Guadalupe Zuno, federalista y creador de instituciones, entre ellas la Universidad de Guadalajara y su lema “Piensa y Trabaja”. Sebastián Allende, revolucionario, abogado, constituyente de Querétaro y general. Silvano Barba González, alteño que ocupó los mas diversos cargos del Estado y la Nación, desde Rector de la U. de G., hasta Secretario de Gobernación, presidente nacional del PRM (antecedente del PRI) y gobernador de la ciudad de México. Otros distinguidos jaliscienses que han desempeñado el elevado puesto de primer magistrado de la Entidad, fueron el Lic. Jesús González Gallo, quien impulsó notablemente a Jalisco y embelleció a Guadalajara, siendo honrado por su pueblo natal de Yahualica, el cual se denomina “de González Gallo”. No podemos pasar por alto, al escritor non del Jalisco tradicional, Agustín Yáñez Delgadillo; al dinámico Juan Gil Preciado, y al inmenso humanista Francisco Medina Ascencio, y cerramos con broche áureo, con Flavio Romero de Velasco, el hombre que impuso el orden en la Entidad y dio impulso trascendente a la obra pública.

Visto lo anterior, nos preguntamos: ¿habrá entre los suspirantes actuales, alguno (a) o algunos, que tengan las cualidades y rasgos indispensables para dirigir los destinos de Jalisco? Esa interrogante, nos proponemos comentar en ulterior ocasión, cuando estén mas definidos los aspirantes a gobernar nuestro Estado.

FILOSOFANDO: VELADA CAMPAÑA ELECTORERA

POR: JUAN M. NEGRETE

Sábado 19 de agosto de 2023.- Parece que ya terminan de destaparse los frascos de nuestro manejo político presente. Es difícil referirse a él sin echar mano de los viejos conceptos de dedazos y destapes. Es la plumita de vomitar de los procesos promovidos por la 4T. Para evadirse o escabullirse de esta viejas prédicas que traían al retortero estas figuras, se ha recurrido a otras, aunque lo vivo y lo actuado pareciera ser idéntico a lo que antaño pasaba por nuestras narices. Hablamos ahora de corcholatas y todos tan contentos. Lo grave es que no se ha restringido este doble discurso nada más a la esfera oficial. Los de la oposición están jugando también con estas cartas nuevas.

Hubiera sido bueno que se restringiera esta configuración al bando de morenos, que se expandió en serio en este lustro. Tras realizar la hombrada de ganar la silla presidencial, que entre nosotros viene a ser el poder por antonomasia, desbancaron a las prominencias prianistas que no soltaban el juguetito ni para dormir. Fue en esos espacios donde se jugó siempre y no se renunció a la dinámica de los tapados. Es lo que se pretende erradicar.

Tiene que haber tapados en escena para que el titular del ejecutivo ejerza la atribución de señalar, designar o presentar a su sucesor. Tan es una práctica consagrada, que ahora que AMLO ha decidido prescindir de tal prerrogativa del ejecutivo, los grillos se ven perdidos. Aún pareciera que el propio AMLO tampoco convence. Es decir, estamos viviendo destapes, pero se les ha cambiado la denominación, nada más. De que los futuribles son designados; de que son puestos en escena para que el público sufrague por ellos y legitime su imposición; de que los altos grillos o los poderes facticos siguen teniendo la sartén por el mango en estos entenderes… que ni qué. Es parte integral del surrealismo de nuestra política y basta de boruca.

Al pulsar el sentir popular habrá de reconocerse que una gran parte de nuestra población le cree el discurso a AMLO sobre esta materia. Él dice que renunció a esta prerrogativa, que no se encuentra establecida formalmente en ninguno de nuestros textos normativos fundamentales. Dice que ya no ejerce, ni ejercerá tal derecho no escrito. Renuncia a tales valores entendidos. Se insiste en afirmar que un alto porcentaje de nuestra población le cree tal afirmación. Si en las encuestas rutinarias sigue ostentando una calificación de aceptación que está por encima del sesenta por ciento, no habría por qué no aceptar que más de la mitad de nuestra población le crea sus discursos.

Pero estamos rozando tan sólo los filos de la confianza y la credibilidad. Cuando trascendemos al campo de los hechos concretos, esta interrelación entre la veracidad y la aceptación se torna complicada por lo menos. Traigamos los datos de lo que está en cartelera nada más en el terreno electorero, para darnos cuenta de lo enredado del asunto. Se nos ha dicho en todos los tonos que, para no inculpar a los actores políticos en cosa de discursos de campaña electoral, se establece un período bien definido en el que se podrá echar mano de cualquier recurso con fines de proselitismo.

Bueno, no es exactamente así. No se saltará más al escenario con compra de votos, con recursos indefinidos, con dinero sucio, con carteleras deshonestas y más restricciones de esta laya. Son puntos que aceptan todos los contendientes y sus equipos tendidos en pie de guerra. Reduzcamos el análisis tan sólo a la variable de la observancia de los límites temporales. Se supone que aún no arrancan las campañas. Vaya, ni siquiera están abiertos los permisos para las precampañas. Sin embargo, tanto las corcholatas (o sea, los precandidatos en el cuadro de la 4T) como los personajes de la oposición que enfrentarán a los oficialistas, andan desatados. Hay mítines públicos en los dos bandos; hay pegas de cartelones y exposición de espectaculares en lugares públicos; hay reseñas de encuentros y foros para ganarse el favor del público elector… Hay de todo, pues andan en campaña. Pero la autoridad oficial encargada de sancionar tales actividades dice que no hay tal. Y si no hay campañas, entonces no se está transgrediendo norma alguna.

¿De verdad se la creen estas autoridades, que la lija con que raspa Ebrard a Claudia no es un acto vivo ya, adelantado pues, de una campaña abierta? ¿De verdad se tragan la piedra de molino formal estos señores, vigilantes del respeto al orden temporal electoral estatuido, que la eliminación de Mancera y de Aureoles primero, y luego de Enrique de la Madrid, de la lista pública por el favor y el entusiasmo de los opositores para enfrentar a la corcholata que quede, no son actos de campaña abierta?

No será fácil hacerle entender al público el hecho ya consumado de que la corcholata que se imponga no pasó por la aprobación de AMLO. También costará trabajo al público sufragante a favor de la oposición, que Xóchitl o Beatriz Paredes no recibieron la bendición de sus titiriteros para aparecer en la boleta. Aunque esta parte del sainete la tiene más sencilla, en el sentido de que con ellos no está viva la pretensión de haber renunciado a la práctica del dedazo. Así que tanto la Paredes como la Xóchitl no tendrán prurito de ser señaladas como haberla jugado de tapadas. Será complicado hacerle entender al gran público que el proceso de selección vivido por las corcholatas fue una experiencia limpia de nuestras viejas lacras. Pero habrá que intentarlo, que no hay peor lucha que la que no se hace. Ya veremos cómo salir del atolladero. Tales tareas nos esperan pues. A darle, que es mole de olla.

CORCHOLATAS CONTRA TAPARROSCAS… ¿A QUIEN QUIERES?

Por Pedro Vargas Avalos.

Compenetrados como estamos los mexicanos en el tema de la sucesión presidencial, la cual se decidirá en la jornada electoral más grande de nuestra historia, a celebrarse el domingo 2 de junio del inminente año de 2024,  no apartamos la atención de lo que llevan a cabo, por un lado los de “Juntos Hacemos Historia” (Morena y sus aliados Partido del Trabajo, PT, y Partido Verde Ecologista de México, PVEM) y por la otra parte, el “Frente Amplio por México” (FAM), integrado por el Partido Acción Nacional -PAN-, el Partido Revolucionario Institucional -PRI- y el Partido de la Revolución Democrática -PRD- más el magnate Claudio Xavier González Guajardo, sus amigos empresarios y los membretes dizque de la sociedad civil que lo siguen. Punto diverso es Movimiento Ciudadano, partido que reiteradamente a declarado no interesarle unirse al antedicho frente, pues con el PRI ni a la esquina; empero a insistencia de los que manejan ese instituto en Jalisco, sigue deshojando la margarita, sobre si se adhieren o no al FAM.

Por lo pronto, los frentistas adelantaron su depuración segunda y el día 15 pasado anunciaron que solo quedaban tres suspirantes, que ciertos medios denominan “taparroscas” (para anteponer al mote de los aspirantes gobiernistas, que es de “corcholatas”) y son: Xóchitl Gálvez Ruiz, Beatriz Paredes Rangel y Santiago Creel Miranda, quedando excluido por haber tenido menos respaldos en una encuesta, el cachorro priista Enrique de la Madrid, quien por twitter -hoy X- dijo que aceptaba y deseaba suerte a los sobrevivientes. Por cierto, las dos damas de huipil, -Beatriz y Xóchitl- siguen fungiendo como senadoras y consiguientemente disfrutando de su jugosa dieta (ingresos en lenguaje común), lo cual ya no hizo el güerito Creel, quien el lunes 14 del mes, dejó su cargo como presidente de la Cámara de Diputados y pidió licencia de su escaño, para dedicarse al cien por ciento, a su lucha por ser el responsable de la construcción del FAM.

De esta tríada de notables frentistas, no cabe duda de que quien lleva las de ganar es la hidalguense Gálvez, siguiéndole -según algunas encuestas- la tricolor tlaxcalteca Beatriz Paredes; atrás viene Creel, el marginado a la inversa -conforme su propia apreciación por ser blanco ojiazul- pero que persevera en su intento, que ya es el segundo, porque en los tiempos de Fox (de quien fue su Secretario de Gobernación, recordándosele por el puñado de casinos que inundaron al país y que él autorizó) ya había intentado ser candidato “a la grande”. Sobre el proceso de la oposición para tener su abanderado por la presidencia de la república, escribió Salvador García Soto: “A estas alturas no quedan muchas dudas de que, por su crecimiento en las encuestas y el fenómeno mediático, de redes y social que despertó con su postulación, la candidata del Frente Amplio por México se llama Xóchitl Gálvez Ruiz; pero no estaría de más que los señores dirigentes del Frente, que de por sí ya están bastante cuestionados no sólo por la sociedad sino por sus propios militantes, hicieran un esfuerzo por darle certidumbre, transparencia y seriedad a su proceso interno. Porque de lo contrario todo acabará siendo una simulación, un ejercicio poco serio y casi una farsa para tratar de legitimar una nominación que, como dicen sus críticos y opositores, se decidió hace ya varias semanas desde las cúpulas políticas y económicas del poder. Eso no le ayudará nada ni al Frente opositor y mucho menos a la casi segura candidata Xóchitl Gálvez.” (El Universal, El Frente Amplio y su proceso de simulación, 16-VIII-023).

Por lo que ve a los morenistas y sus enlazados: Claudia Sheinbaum Pardo, Marcelo Ebrard Casaubon, Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal Ávila, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco Coello, están en la etapa postrimera de su recorrido nacional, habiéndose ya iniciado, el retropróximo 17 de agosto, un mecanismo para escoger encuestadoras. Mario Delgado Carrillo, líder de MORENA, confirmó que ese día se sortearían, y de tal juego saldrán las cuatro empresas encargadas de levantar la encuesta espejo, eso para poder anunciar el 6 de septiembre, quién será la o él coordinador de la Defensa de la Transformación rumbo a 2024, virtual candidato al máximo cargo político de México. La pregunta vertebral a los ciudadanos que se interrogue, será: “¿A quién prefieres para la candidatura presidencial?” y de allí dependerá quien sea claro ganador, a fin de evitar -al menos esa es la pretensión- divisiones y cuestionamientos internos.

El común denominador en los ejercicios demoscópicos desde hace un año, referentes a los que dentro de MORENA procuran ser virtual candidato (a) a titular del poder ejecutivo federal, es que la exjefa de la ciudad de México, -Sheinbaum- va adelante y con índices del 30 a 34 por ciento, supera entre 8 al 12 por ciento a la “corcholata” que  la sigue, que es el excanciller Ebrard. Algo alejado está el exsecretario de gobernación, Adán López, viniendo enseguida el luchón Noroña que ya rebasó al zacatecano Monreal; Velasco apenas si figura. En consecuencia, la gran favorita es Claudia, quien declaró: “Llevo un año arriba en las preferencias, no por nada.” (Milenio, 16-VIII-023). Su gran competidor, desde el arranque de la carrera hasta la fecha, es Marcelo (quien en 2012 perdió las encuestas frente a López Obrador), con muchas simpatías a lo largo y ancho de la república, pero que hablando con crudeza, es el aspirante que más se ha salido de las normas firmadas ante el primer mandatario hace unos meses. Este excanciller, al presentir que su situación no es de seguro triunfador, convocó a conferencia de prensa el jueves 16 y dejó claro, que la elección interna del lopezobradorismo, “…es o Claudia o yo”. A la par exigió a su partido que no haya simulación o apoyos solapados hacia su principal contendiente. El exgobernador de Tabasco, Adán López Hernández, quien ha sido muy ortodoxo en sus giras, viene como tercero en discordia, y sus mayores intervenciones versan pidiendo unidad de sus correligionarios.

En conclusión, tal parece que al final de cuentas, los comicios presidenciales del año venidero, caracterizado por ser una lid de corcholatas contra taparroscas, presentarán el singular enfrentamiento de dos mujeres: Claudia Sheinbaum, del partido en el gobierno, contra la opositora Xóchitl Gálvez. Esto nos hace pensar que, en efecto, estamos en el tiempo en que las damas casi de seguro conquistarán la primera magistratura de la nación. 

En vista de los precedentes, dijo la querida literata y periodista Elena Poniatowska: “Espero que se les den más oportunidades a las mujeres que aspiran al poder y que lo harían, yo creo, espléndidamente bien” (15-08-023, agencia noticiosa EFE). Por lo que concierne a los electores, quienes definirán sobre la pregunta: ¿A quién quieres?, tendrán doble oportunidad de hacer valer sus votos: primero en las encuestas que en los próximos días realizarán las dos coaliciones, para postular su candidato presidencial, -taparrosca o corcholata- y en junio dos del año que viene, sufragar libremente para que sepamos quien guiará a nuestra patria en el sexenio 2024-2030, y de esa forma tan democrática como pacífica, prodiguemos una lección de civismo, no solo a nuestros compatriotas, sino al mundo entero.