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Vargas Llosa, en vilo

Juan M. Negrete

Se nos volvió más que conocido por el hecho de pertenecer a un grupo latinoamericano de literatos que se propuso enarbolar las letras que se escriben entre nosotros para darlas a conocer en otros lares. Se le denominó a este esfuerzo de mediados del siglo pasado como el boom. La idea central del grupo consistió en incrustar la obra, sobre todo de nuestras novelas, al mercado mundial. Tuvieron éxito. Consiguieron hasta ganarse más adelante tres o cuatro premios Nobel de literatura, si es que no andamos mal informados.

Estas condecoraciones, signadas con el premio Nobel, al que se le considera la presea más rimbomante en dicho campo, fueron: Miguel Ángel Asturias, de Guatemala; Gabriel García Márquez, de Colombia; Octavio Paz, mexicano; y Mario Vargas Llosa, peruano. Si omitimos a alguno, pedimos comprensión por adelantado, por la pifia.

Con la noticia del deceso de Vargas Llosa se desataron de inmediato los comentarios en las redes y en los medios masivos. Como cada vez tenemos menos freno en estos campos, tuvimos acceso tanto a encendidos panegíricos como a lodosas descalificaciones. De éstas últimas, fue muy reiterativo el estigma endilgado de fascista que se le propinó. Quienes lo apostrofaron con esta desaprobación fueron señalados como detractores. Y más que inclinarse para inducir una invitacion masiva a la lectura de su obra, muchos comentaristas se engarzaron en la defensa del personaje. De muchos foristas, a favor o en contra, se podría sostener que no han leído los textos de tal autor. En la dinámica de descalificar a los comentaristas y de dejar a salvo la obra del impugnado o defendido, lo único que no se veía brotar por ninguna parte era el juicio sobre los contenidos de fondo de sus textos. Salvo honrosas excepciones, como siempre.

Esta columna no podía fingir demencia ante tanta boruca. Una, por tratarse de un autor más que conocido. Si Vargas Llosa era o no columna ideológica sólida de corrientes políticas en boga entrre nosotros y allende nuestras fronteras, algo habrá que decir en torno a sus expectoraciones políticas. Como decimos coloquialmente: el que se ríe, se lleva. Y en varias ocasiones vino por aquí a decirnos, como si no lo hubiéramos sabido, que la del PRI fue una dictadura perfecta. O bien que Obrador nos iba a empachar muy pronto y que al terminar su sexenio veríamos cómo se iba a apagar su influencia.

Si se metió a nuestra casa a parlotear de asuntos que no le competían, sacó boleto. Nosotros decimos que la ropa sucia se lava en casa. Pero Vargas agarró hilachas sucias no suyas, como carnal, como manito pues. Entonces fue natural que le lloviera también sobre su milpita, por andar de metiche. Podría ser que en el mundo de la farándula política internacional, en la que él se movía, los del PRI hubieran vendido la mercancía de que eran un partido hegemónico que triunfaba siempre en un país democrático. Si de puertas afuera se aceptaba tal engaño, es cosa que no dependía tanto de nosotros. Pero aquí dentro, los de casa, estábamos más que conscientes de las burdas maniobras que usó el poder para mantenerse en la cresta de la ola. Hasta que nos empachó.

Así que el profeta literato no nos vino a descubrir ningún hilo negro. Tampoco vino a darnos lecciones de alta política. Él se movía siempre en las bandadas de la derecha, tanto en su propio país, Perú, como en los ambientes hispánicos de nuestra América. Desde muy joven volteó bandera. Era moda o cometía el pecado de juventud en eso de aplaudir, en los inicios de su carrera literaria, a la revolución cubana y a sus logros. Pero poco le duró la calentura y ya en los años setenta, como muchos otros colegas de oficio, abandonó sus viejas convicciones juveniles. Y no paró hasta convertirse en un referente descollado de las tendencias de derecha, en Latinoamérica y en todo el mundo.

Por razón de definiciones, aludiré aquí a mi deferencia e indiferencia con este autor de marras. De jovencito, siendo universitario, tuve información de su obra. Me leí su Ciudad y los perrosLa casa verde y algunas más. Era autor de mis preferencias, dentro de la lista de escogencia de autores latinos nuestros. Pero hubo un hecho lamentable en su vida por el cual marqué mi rayita y lo saqué de la lista de mis favoritos.

Me enteré, porque fue publicado sin muchas restricciones, que un día se llegó hasta Gabriel García Márquez y le propinó a la malagueña un puñetazo en el rostro. El Gabo azotó al suelo y el agresor se retiró tan campante, como si hubiera realizado una proeza. El Gabo era también autor de la preferencia de este redactor y siguió siéndolo. Al que borré de mi lista fue al tal Mario, peruano primero y luego español, y no le volvió  nunca más mi simpatía. A los maleros no les rindo la mínima consideracion. No la merecen. Y ahí se quedó

Ahora que murió volví a abrir el arcón de mi observatorio, forzando un tanto mi voluntad, porque la abundancia de parlantes de lo ajeno termina aturdiendo al respetable. Pero no aparecieron, o no vi, reportes que informaran sobre virajes o cambios positivos en su personalidad. Los elogios literarios están de más. Se tributan sin ton ni son. Pero apuntes que me invitaran a reconocer que mi actitud para con su línea política definida es correcta y que venga a demostrarme que mis convicciones están equivocadas, no las hallé en semejante avalancha. Entonces, cierro: todo queda igual a como estaba. Vargas Llosa y sus panegíricos al neoliberalismo se pueden ir con su música a otra parte. Gracias.

PUEBLO Y CALLE CONTRA LA ULTRADERECHA.

Por Pedro Vargas Avalos

                En efecto, en México, desde el año 2018, nuestros compatriotas salieron a la calle y votaron para dar un tremendo bofetón a los residuos del neoliberalismo, facción que tenía al menos desde los tiempos de Miguel de la Madrid (1982-1988) las riendas del poder en la república. Esa fue la derecha destrozadora de lo que, desde la Constitución de 1917, con notable esfuerzo se había logrado por los regímenes revolucionarios en bien de los mexicanos. El clamor ciudadano azteca se incrementó, y la rancia derecha que representaba la incomprensible unión del PRIANRD, recibió nueva paliza en los comicios del 2 de junio de 1994, llevando a la presidencia de la nación a la primera mujer que detenta tan elevado cargo, y como se ve por las encuestas que se han levantado a lo largo de sus primeros seis meses de gobierno, lo ha hecho con enorme aceptación -entre 70 y 90 por ciento- del pueblo. Podemos decir que el pueblo habló y la calle lo cobijó.

                De manera inesperada a nivel internacional, las elecciones celebradas el martes 5 de noviembre de 2024, en nuestro vecino norteño, arrojaron el poco deseado anhelo de que volviera al poder el señor Donald Trump; pero los votantes estadounidenses así lo decidieron y ni hablar, el 20 de enero del corriente año, asumió dicho personaje, por segunda vez, el mando del poderosísimo país del norte de América. Y así desde Washington, se dedicó un día si y otro también, por sus bravuconadas e intimidaciones, a provocar nervios en todos los países del orbe.

                Las consecuencias, de esa actitud del potentado norteamericano, se han reflejado de distintos modos: ante las naciones del mundo entero (en donde se encuentran amigos, aliados y adversarios) y ante los habitantes de EU, constituidos en una masa que integra anglosajones, negros, iberoamericanos -conglobados en la palabra latinos-, además de asiáticos, africanos y europeos de todas las etnias habidas y por haber de ese continente. Cuales han sido esos efectos, es materia de estudio y observación constante dentro y fuera de la tierra del Tío Sam.

                La inmensa mayoría de observadores, califican al señor Trump como un exponente de la ultraderecha: esta corriente política, por esencia radical, la podemos identificar conforme aceptadas opiniones al voltear la vista a las experiencias del fascismo y el nazismo -de nefastos antecedentes mundiales-, y que lamentablemente en la actualidad esa  extrema derecha, muy renovada en varias zonas del planeta,  recoge ideas del neofascismo, el neonazismo, la derecha alternativa, el supremacismo blanco y otras tendencias de organismos que se caracterizan por su xenofobia, y por ser racistas a veces entonados con aires teocráticos pero eso sí, invariablemente reaccionarios.

Local 17 interior del mercado municipal, más de 40 años de tradición, atendido por su amigo Alfonso Gómez el cortito

                Afirma el nobel de economía, Paul Krugman, que “Los aranceles de Trump es una política económica desastrosa, basada en mentiras, mal diseñada y con consecuencias inflacionarias, recesivas y regresivas…” Agregando el susodicho estudioso que, de esa forma, “Lejos de liberar a EU., estos aranceles podrían precipitar una crisis económica mundial”. A contrapelo, el hablantín mandatario expresó a sus parciales, que los países golpeados por los aranceles, “me están llamando y besándome el trasero…” para arreglar su problema.

​Por lo anterior, es que resulta altamente peligroso que imperen tales pensamientos en los gobiernos más importantes del mundo. Así se comprende al leer lo que afirman Peter Davies y Derek Lynch: “En caso de que eso suceda, tal política de extrema derecha puede conducir a la opresión, la violencia política, la limpieza étnica o el genocidio contra grupos de personas en función de su supuesta inferioridad o su percepción de amenaza para el grupo étnico nativo, la nación, el estado, la religión o cultura dominante o instituciones sociales conservadoras”.(El compañero de Routledge para el fascismo y la extrema derecha, Londres 2003).

La calle de muchísimas ciudades estadounidenses, recibieron el domingo antepasado a entusiastas, pero airados a la vez, ciudadanos para protestar contra Trump y sus políticas. Cientos de miles se manifestaron en Washington y todo Estados Unidos contra el presidente Donald Trump y su aliado Elon Musk por despedir a miles de trabajadores federales, deportar a migrantes, reducir la protección a personas transgénero y recortar programas de salud. Las protestas forman parte del movimiento Manos fuera. (La Jornada 6-IV-2025). Un orador en Illinois claramente expresó “nuestra nación moralmente está en bancarrota en este momento”. (Pastor Joe Mitchell, New Hope, Iglesia Bautista). A esa voz se unió la de una latina Verónica García Martínez, quien afirmó: «Los inmigrantes son la columna de este país”. Y todo lo sintetizó Anna Wilhelmi, del condado Kalb: «No cederemos ante el fascismo. No cederemos ante una dictadura. No cederemos ante una monarquía. Somos un pueblo libre…pero sentimos este miedo. Sentimos dolor. Sentimos que hemos entregado nuestro poder a quienes abusan de nosotros y desafían nuestra confianza”. Finalizando con una esperanza para lograr su meta: “Ahora recuperamos nuestro poder”. (Hola, radio noticias, 9-IV-2025 traducido por Carlos Loera).

A cambio de lo que pasa con el magnate jefe del gobierno derechista de EU, podemos ver lo que acontece con la presidenta de México. El periódico británico Financial Times resaltó la labor de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, por lidiar con Donald Trump, al mismo tiempo que sube sus niveles de aprobación en el país. (Político mx, Mónica Cruz, 29-III-025). Otro gran diario de EU, el New York Times, señaló en un artículo que “ante su firmeza y las respuestas que dio al republicano, se ha ganado el respeto y los elogios de Donald Trump a diferencia de otros líderes a quienes ha criticado abiertamente”. (edición de Marzo 15, 2025). Ya con exageración generada por su buen desempeño, que lo demuestran las encuestas recientes que van del 70 hasta el 90 por ciento de apoyo, leemos al periodista Fernando Coca: “… en entrevista con DW News, la editora en jefe de American Society/Council of the Americas Online, Carin Zissis, aseguró que la aprobación que ha logrado alcanzar en el país, la hace la mujer presidenta más popular del mundo”. (Político mx, 15-III-025).

La cereza del pastel, dentro de sus actividades, Claudia Sheinbaum la conquistó en Tegucigalpa, apenas el 9 del corriente mes cuando acudió a la IX reunión de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) en donde exhibió su sencillez y carisma, además de su inteligencia y visión de lo que es la paz y la cooperación para el progreso. La mandataria explicó que “la unidad es hoy la esperanza de Latinoamérica frente al contexto internacional”, y tras señalar aspectos importantes de la región, propuso una Cumbre para el Bienestar Económico. La aprobación de sus palabras las cerró una especie de ovación.

De esa manera, podemos manifestar que pueblo y calle han hablado, dejando bien marcada la calificación de los dos mandatarios vecinos: Donald Trump, el tremendo y provocador jefe del norteño EU y la sensata, hábil y firme, presidenta mexicana. “Vox Populi, Vox Dei”, la voz del pueblo es la voz de Dios.

Zapata vive

Juan M. Negrete

Recuperada cierta calma, ensayemos a volver a nosotros mismos, a ver si no se nos ha caído la casa. Nuestra presidenta Claudia fue a Tegucigalpa, Honduras, con motivo de la toma de la estafeta de la CELAC por parte de Gustavo Petro, el presidente de Colombia. Los medios reportan que hizo muy buen papel. Les propuso, a los presidentes de los países de Latinoamérica y del Caribe ahí reunidos, que se pongan las pilas y que nos integremos en un solo y único país. No lo dijo así, porque el lenguaje del mundo diplomático zurce de manera más finita, dicen ellos. Pero por ahí corre la invitación de nuestra presidenta y no estaría mal que ya nos pusiéramos las pilas y empecemos a trotar en tal dirección.

Somos una región del mundo en donde existen y funcionan muchos elementos comunes de identidad. Nos hemos estado tardando entonces en recoger nuestros bártulos y sentarnos a la mesa de los acuerdos para eliminar las fronteras artificiales, que nos impusieron los que llevan dos siglos entretenidos en saquearnos y mantenernos divididos. Si volvemos la vista muy atrás, allá para cuando arrancamos como países en las gestas de nuestra independencia de la corona española, hubo algunos intentos para lograr la conformación de un solo país. Bolívar era el alma de estos esfuerzos. Pero como que todas sus ideas cayeron entonces en el vacío. Así nos ha ido. Estamos obligados a recoger la estafeta.

Recogiéndonos todavía más a casa, este diez de abril conmemoramos el aniversario de la muerte de uno de los hombres más destacados del marbete de nuestra historia local. Nos referimos al bien querido y recordado Emiliano Zapata. Sabemos de sobra que murió masacrado y traicionado por un viejo barbón, de nombre Venustiano Carranza, que fungía de presidente de la república. Luego le aplicaron a él también la misma amarga medicina. Pero si le damos vuelo a esos recuadros de la memoria patria no concluímos nunca. Quedémonos entonces con el recordado  Miliano.

Local 17 interior del mercado municipal, más de 40 años de tradición, atendido por su amigo Alfonso Gómez el cortito

El evento oficial del aniversario de su desaparición física tuvo lugar en Chinameca, Morelos, sitio en donde fue sacrificado. Cada año se corre la atención pública al lugar para no olvidarlo. De todas maneras, nuestra gente no lo ha tirado al cesto de la basura. Lo mantiene vivo en el altar de la memoria. Pero no está de más esto de montar altares y tirar cohetes al cielo en su recuerdo. Lo interesante de este año fue que haya asistido a la conmemoración oficial nuestra presidenta Claudia. Según dijeron los cronistas, hacía como treinta años que no acudía el presidente en turno. Así que hay que registrarlo con castañuelas.

Es pertinente recuperar su imagen y desempolvarle el sarro que produce el olvido a los personajes. Junto con la figura de Cuauhtémoc, al que nuestro poeta Ramón López Velarde motejó como nuestro joven abuelo, la de Zapata viene siendo la imagen más popular y más querida que tenemos en nuestra cartelera afectiva y afectuosa. Nos identificamos con él, sea por su vestimenta de charro, por su sombrero ancho, por su estampa de ranchero, por la mirada penetrante con que nos han pintado su retrato. Por lo que sea, pero lo hemos hecho nuestro.

Estaría en pugna su lugar en nuestro corazón con otro u otros de los próceres a quienes desde pequeños nos indujeron a querer e identificar como propios. Serían, aludiendo a algunos, el Centauro del norte, Pancho Villa; el mismísimo padre de la patria, don Miguel Hidalgo y Costilla; su brazo derecho, por más señas también curita, José María Morelos; y algunos más.

Lo indiscutible es que Emiliano Zapata nos queda ajustado a todos los mexicanos como mandado a hacer para presentar nuestra figura en público de la gente, aquí y en China, ahora que se pusieron los aranceles en la danza de la atención mundial. Y casi siempre lo imaginamos o presentamos con su rifle en la mano, con sus carrilleras puestas y la disposición a no rajarse en la lucha. ¿Cuál lucha?

Aquí está el punto de oro de su reivindicación. Zapata fue y sigue siendo un peleonero, como se supone que somos todos los mexicanos. Pero cuando vivió y anduvo alzado, hubo contemporáneos, otros mexicanos como nosotros, que le apodaron como el Atila del sur. ¿Atila? ¿El bárbaro que destruyó a la Roma histórica, la capital del imperio antiguo? ¿Era Zapata un salvaje? ¿Quién lo miraba de ese modo?

Pues sí, no hay que extrañarnos. La gente de la derecha de su tiempo, la que aplaudía, usufructuaba y se gozaba del saqueo que se había hecho de los territorios en el país, arrebatadas las propiedades a sus dueños históricos que eran nuestros abuelos indígenas, lo miraban con esta ira. Y lo calificaban de tal: ladrón, abusador, irascible, criminal y… paremos de contar.

Las haciendas eran los emporios agropecuarios que sostenían la economía del país por aquellos días. Pero los siervos de la gleba, el 90% de los trabajadores del campo, eran los gatos de esos dueños. Tales esclavos, en los hechos, venían siendo los nietos de los antiguos dueños despojados. Poniéndonos el saco, vienen siendo nuestros abuelos. Ellos son los que miraron  con gran gusto el levantamiento de Zapata y le siguieron en masa, hasta conseguir el triunfo de su ideal revolucionario. De ahí la gran admiración que le tributamos. Zapata vive, la lucha sigue.

REIVINDICAR A JALISCO DE PATRAÑAS INSIDIOSAS.

Por Pedro Vargas Avalos

                De medio mundo es conocido lo referente al lamentable suceso del supuesto campo de adiestramiento narco en la delegación teuchitlense de La Estanzuela. Eso generó una lluvia de noticias de todo tipo, pero que en general dejaba mal parado al exgobernador Enrique Alfaro y a las autoridades municipales. Para las madres buscadoras, el exgobernador es uno de los responsables. Liado al crimen organizado, está el tema de los desaparecidos -grave problema a nivel nacional- ramo en que al Estado se le califica como el número uno de la república; con ello, se agigantan los daños que proyectan una pésima imagen de Jalisco y sus gobernantes.

                Por si lo anterior fuera poco, con días de distancia, se presentó un programa de corridos musicales, pero no de los cantos populares y tradicionales que dieron notoriedad a los jaliscienses, (en actividades como el cine nacional forjaron su época de oro), sino de esos móndrigos canturreos que se denominan “corridos tumbados”, los cuales son condenados no porque sean composiciones artificiosas, sino porque son una especie de apología de los delincuentes y sus típicos excesos.

Local 17 interior del mercado municipal, más de 40 años de tradición, atendido por su amigo Alfonso Gómez el cortito

                Un artículo publicado hace unos días, menciona: “Paradoja jalisciense. Apenas el miércoles de la semana pasada, en el mismo auditorio -TelMex en Zapopan- del concierto de Los Alegres del Barranco, el Gobernador Pablo Lemus había considerado que con lo del Rancho Izaguirre “era tiempo de tocar fondo”. Pero -asegura el escrito antedicho-, “El fin de semana exhibió otra realidad”.  Es decir, La proyección de imágenes del líder -el Mencho- de un grupo del crimen organizado durante un concierto de la banda sinaloense “Los Alegres del Barranco”, en un auditorio propiedad de la Universidad de Guadalajara, no sólo fue apología a la criminalidad, sino exhibición indolente de autoridades y gentío ante el lamentable contexto de hechos reprobables suscitados en Jalisco. (Salvador Guerrero Chiprés, Sin Embargo, 1-04-2025).

                Pero lo anterior no es un evento aislado. Sucede en muchos lugares. En las fiestas autlenses del carnaval pasado, se registró el caso de que un enviado del líder del narco en tales zonas, premiara a un jinete y este emocionado lo agradeció y el público que abarrotaba la plaza, lo ovacionó. La crónica nos la cuenta el comunicador Alejandro Domínguez: “En el carnaval de Autlán, Jalisco, hubo polémica por imágenes alusivas a “El Mencho”; se vendieron prendas con su caricatura y en un jaripeo dieron 50 mil pesos en nombre de “El Señor de los Gallos” (alex.dominguezB. Instagram, 4-5-2025). El colmo es que hasta los vendedores lucían playeras con la imagen del afamado narco. ¿Y las autoridades?

                Lo peor de la exhibición de tales manifestaciones “musicales”, a las que acuden miles de jóvenes, es que en sus textos se establece que los narcotraficantes son personajes de fama y dinero, por lo que sus seguidores y oyentes los pueden adoptar como modelos de triunfo. Los jóvenes suelen deslumbrarse con la riqueza, el poder y los fáciles modos de vida, lo cual conforme esos corridos se logran en el ambiente extralegal, es decir, ilícitamente; pero para el carácter juvenil, eso no es más que un reto, el cual suelen asumir, auto justificándose en su mente inexperta, para de esa forma ser inducirlos a esa manera de encarar la vida, pues para ellos tal senda es un modo normal de movilidad y superación.

                Pablo Lemus Navarro, el flamante gobernador que sucedió a Enrique Alfaro (quien se fue a España, tras entregar el poder) lamentó el espectáculo presentado en el TelMex por cultivadores de los corridos tumbados: a través de sus redes sociales señaló el ejecutivo jalisciense que tras lo ocurrido en el rancho Izaguirre es ya tiempo de tocar fondo y salir unidos para no repetir tales tragedias. Luego enfatizó: “Lo visto en el concierto… va en la dirección opuesta. Todos tenemos que hacer lo que nos toca para dejar de normalizar la violencia. No debe suceder en éste ni en ningún otro lugar de nuestro estado. En Jalisco estamos trabajando en todos los frentes para combatir cualquier manifestación de este tipo”.

                Eso es necesario que todos lo hagamos. Sería imperdonable para los que nacimos o vivimos en esta hermosísima Entidad federativa, permitir que esos asuntos, y los consiguientes infundios y falacias que se difunden, perjudiquen la estampa singular que Jalisco ha tenido desde tiempos inmemoriales. Baste recordar que los aires de independencia aquí afloraron tempranamente con personajes como el sayulense Juan Antonio Montenegro (1769-1833), quien a fines del siglo XVIII -28 de septiembre de 1793- planeó la independencia nacional: descubierta su maquinación fue enjuiciado, encarcelado y desterrado. Después vino la conspiración del indio Mariano, tramada en Tepic -entonces parte de lo que hoy es Jalisco, llamada Intendencia de Guadalajara- y con implicaciones en Colotlán y hasta en la catedral tapatía; fue descubierta en enero de 1801y sofocada cruelmente por el intendente y presidente de la Real Audiencia de Guadalajara, José Fernando de Abascal y Souza, quien tiene calle en la ciudad, no así los insurrectos. Enseguida en esta urbe tapatía, se procesó al médico José Ma. Herrera (padre de los ilustres Herrera y Cairo) por sus ideas libertarias (1809) y se le desterró. Poco antes, el ilustre jalisciense Francisco Primo de Verdad y Ramos, (1760-1808) dio lustre a las ideas de soberanía popular en la ciudad de México, a consecuencia de lo que fue preso y luego asesinado.

                En fin, también anotaremos que la segunda etapa de la guerra de independencia se llevó a cabo en Guadalajara, donde el padre de la Patria, D. Miguel Hidalgo y Costilla, estableció el primer gobierno independiente mexicano, abolió la esclavitud y publicó el primer periódico libre mexicano, “El Despertador Americano”, el 20 de diciembre de 1810. Jalisco logró la independencia antes que México (el 13 de junio de 1821) y fue la cuna de la república federal, surgiendo como Estado libre y soberano el 16 de junio de 1823, lo que le ganó el título de “Hermano Mayor de la Federación”. Fue teatro de la guerra de Reforma, un jurista tapatío creó el juicio de amparo y el pionero de la revolución fue el esforzado jalisciense Manuel M. Diéguez. Finalmente, ya asolo mencionaré al talentoso Luis Manuel Rojas, autor de la ley del municipio libre, diseñador del proyecto de Constitución federal y presidente del Congreso Constituyente que la aprobó en 1917.

                Con cuanta razón, tras los tristes eventos antedichos, el ejecutivo estatal ha ordenado el veto a cualquier presentación pública relacionada con la Administración estatal que haga apología del delito, precisando que se debe adoptar “una legislación tanto federal, estatal y municipal para prohibir este tipo de narcocorridos y de apología del delito; claro que es posible prohibirlos y todos tenemos que hacer nuestra parte” (El Universal, 1-04-2025).

                Lo anterior es inaplazable, para evitar que a nuestro bellísimo Estado lo enturbien. Porque recordemos que, en todos los órdenes, ya culturales, políticos, jurídicos, periodísticos, artísticos, musicales, cívicos o de esfuerzos de prosperidad y proyección de México, Jalisco se ha distinguido estelarmente. Incluso en el mundo entero, al hablar del país, no puede pasarse por alto el tequila, el mariachi y las artesanías; o se desea visitar nuestra agraciada laguna de Chapala, a la espléndida joya del Pacífico que es Puerto Vallarta o a nuestros emblemáticos pueblos mágicos; admirar la charrería y asombrarse con los notables lauros de nuestros deportistas.