¿Es conveniente que los empleados sean socios? En una cooperativa, los socios son los dueños y toman decisiones colectivas. Que los empleados sean socios puede tener beneficios, pero también desafíos. En la cooperativas de consumo, el tener empleados no socios puede facilitar la operación. No es común ni necesario que los empleados de una cooperativa de consumo sean socios. Sin embargo, si se permite, debe haber reglas claras para evitar conflictos de intereses.
¿Es conveniente que los empleados tengan sindicato? Esto depende del equilibrio entre los derechos de los trabajadores y la autonomía cooperativa. Es mejor fortalecer la participación democrática dentro de la propia estructura cooperativa. En nuestra cooperativa de consumo los empleados tienen voz en la Asamblea, siendo un mecanismo interno que evita la necesidad de un sindicato externo.
Solución intermedia: Un comité de trabajadores dentro de la cooperativa que negocie directamente con la administración y los socios-consumidores, sin necesidad de recurrir a un sindicato externo.
• ¿Es recomendable que los empleados sean socios? No es necesario, pero podría funcionar en casos específicos con reglas claras. • ¿Deben tener sindicato? Sí, si los empleados no tienen otra forma efectiva de defender sus derechos dentro de la cooperativa. • Pregunta clave: ¿Los empleados de la cooperativa tienen voz y poder de negociación real, o dependen totalmente de las decisiones de los socios consumidores y/o directivos? Si dependen demasiado, un sindicato o un comité interno es una opción válida.
El porqué de la necesidad de las drogas, Consumed in the USA?.
El mundo de hoy parece girar más rápido, pero no por eso avanza. Se ha llenado de ruido, de pantallas encendidas, de cuerpos que se mueven como sombras sin hallar su propio peso. En este torbellino, las drogas han tomado su lugar como refugio, como bálsamo para una humanidad que carga con un cansancio viejo, casi ancestral.
No es solo cuestión de vicio ni de moda. La necesidad de las drogas brota de una sociedad que ha ido perdiendo su raíz, que ha cambiado el sentido por la prisa, la comunidad por el individualismo y la realidad por una eterna búsqueda de evasión.
1. Un mundo sin sentido
El hombre siempre ha necesitado creer en algo, pero la modernidad ha ido erosionando las viejas certezas, cuestionas o no, rebatidas o no, rechazadas, aceptadas… La religión, la comunidad, la familia—todo lo que antes daba identidad—se ha desdibujado. En su lugar quedó un vacío del ser o tener, donde el éxito se mide en dinero, dónde el valor de una persona se resume en lo que tiene, no en lo que es. Y cuando la vida se vuelve un juego sin reglas claras, la droga se presenta como un atajo, una forma de anestesiar la falta de propósito. ¿Porqué tan visible e inaceptable en USA?. Habrá que revisa la Ventana de JOHARI (potente herramienta de auto-análisis un ver hacia el interior; empleada por muchas empresas en dinámicas de grupo para mejorar la comunicación, sinergias y desempeño de los diferentes miembros de la organización y, para mejorar el autoconocimiento, fomentando la autocrítica.).
Siendo un estudiante de preparatoria, me entere por fuentes presenciales de un par de científicos estadounidenses resentidos; acusando con justa razón, a su gobierno, por haber suspendido los programas Psicológicos Sociales. (Muchas veces nos negamos a querer ver según que cosas, pero sí, más de dos o tres personas de confianza, están de acuerdo en algún rasgo de nuestra personalidad, lo más probable es que algo de verdad haya en ello. Ó ¿una mentira que se repite Nº veces confunde a la verdad?.) que vea el que tiene ojos y entienda…
2. La ansiedad de la vida moderna
Las ciudades crecen, las luces brillan mas, pero dentro de cada persona algo se va apagando. Las redes sociales han creado la ilusión de que todos son felices, de que la vida debería ser una sucesión interminable de momentos perfectos. La realidad nunca está a la altura de la imagen, y ahí surge la ansiedad, el miedo de no ser suficiente, de no encajar de auto-rendimiento y, desvalorización. En este contexto, las drogas se vuelven un respiro momentáneo, un paréntesis en la angustia perenne, sin apoyo, sin grupos de apoyo, ni programa social efectivo, ni visible, he invisible. Ni demostrable.
3. El individualismo y la soledad
Nunca habíamos estado tan conectados y, al mismo tiempo, tan solos. La comunidad, que antes funcionaba como un refugio, ha sido reemplazada por la competencia, carreras sobre el tiempo, por la necesidad de sobresalir a costa del otro, cero cooperación, cero avance social, cero unidad, como pueblo o nación. En esta lucha por el éxito, muchos se quedan atrás, aislados, sin nadie con quién compartir el peso de la existencia. Sin una mano que sostenga. La droga se vuelve la compañía que no juzga, el escape que no exige nada a cambio, insuficientes instituciones y programas, tanto oficiales como religiosos. Y el Trompas anaranjado clavado en los síntomas, de soluciones rápidas, dada su edad, supongo, entretenido en ordenar cerrar fronteras, sin una complementaria intervención dirigida a las causas en lo interno y, sin temor a la autocrítica. Pudiendo reclutar a los mejores psicólogos sociales, no vasta con dar ordenes, se requiere presupuesto no politizado, que garantice resultados y asuma consecuencias a poco, desde inmediatos, medianos y a largo plazo. (“Aprendido en taller impartido por dos científicos sociales estaudineces”) sobre metodología comunitaria de teorías y sistemas, mejorando comunidades.
4. La normalización del consumo
Lo que antes se veía como un problema, ahora se ha convertido en parte del paisaje. Las drogas ya no están en los márgenes, sino en el centro de la cultura. Sé consumen para trabajar más, para dormir mejor, para sentir placer o para soportar el vacío. Desde los opioides legales hasta las sustancias sintéticas, la sociedad ha aprendido a medicarse para funcionar en un tecnificado mundo autócrata y/o popular, que no da tregua.
5. La desigualdad y la desesperanza
Para muchos, el futuro no es más que un horizonte gris. El sistema ha creado una brecha donde unos pocos lo tienen todo y la mayoría apenas sobrevive. Los sueños se vuelven un lujo, la vida se convierte en una lucha diaria. En este contexto, las drogas no son solo una distracción, sino una forma de soportar la realidad cuando no queda esperanza en desfallecidos zombies, se corroen bases debilitando estructuras, como el sistema piramidal, donde o se comparte, o se invierte la pirámide.
¿Hacia dónde vamos?
La crisis de las drogas no es solo un problema de salud, es un síntoma de algo más profundo: de una causalidad sociedad que ha olvidado cómo cuidar de los suyos, que ha convertido la existencia en una carrera sin sentido. Si queremos entender por qué las drogas se han vuelto una necesidad, primero debemos preguntarnos qué clase de mundo hemos construido, qué vacíos hemos dejado en las almas de quienes buscan refugio en ellas. ¿que oportunidades existen?, cerrar fronteras pretendiendo parar el suministro es un paliativo sintomático, que no ve las causas internas.
Introducción: Uno de los personajes (casi veinte personas), más entrañables en el pasado reciente de los Grullenses, son sin duda los «aguadores», personas que hacían fila en La Noria, pozo artesiano cerca de la confluencia de los arroyos «el Tigre» y » el Colomo» para, primero, sacar el agua zarca a fuerza de jalones de cuerda, y después con ayuda de bomba de gasolina, llenar su «Pipón» y traer a cada casa de un entonces pequeño Grullo, la vida en forma fluida, el agua que contenía TODOS los minerales necesarios para luego de ser hervida o filtrada, saciar la sed y proveernos de minerales esenciales. Hoy por las calles modernas de nuestra Ciudad apenas pasea un solo aguador, pero en recuerdo y homenaje a los que ya no ejercen o fallecieron, va este poema, «El Aguador».
El Aguador. Autor: Gilberto Guerrero López.
El aguador… trae la vida del Colomo en su macho y su pipón bajo el sol abrazador llueva o truene no renuncia a su misión y sus penas y tragedias con el agua enjugará.
Mariposas lo acompañan por las calles empedradas de un Grullo multicolor de tejados con enjaule de carrizos y de otates protegiendo del calor, son los techos de la gente que ya espera al aguador …al aguador…al aguador …
Del camino del Colomo Agua zarca de la noria él nos trae hasta el hogar al filtro de piedra porosa …Es el agua de tomar. En jarros de barro cocido al andante o al viajero el Grullense hospitalario siempre tiene para dar.
Hoy mi Grullo ha cambiado llegó la modernidad y aunque sigue hospitalario yo recuerdo con agrado …al aguador …al aguador …al aguador.
Este sitio utiliza las cookies para una mejor experiencia con el usuario.AcceptRead More
Privacy & Cookies Policy
Privacy Overview
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.