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LA INTELECTUALIDAD, EL APAPACHO Y SU COMPROMISO NACIONAL.

Por Pedro Vargas Avalos

                Lo anterior demuestra que no solo la población en general está polarizada, sino también los miembros de la intelectualidad, es decir, el conjunto de las personas que cultivan las artes, las letras, el humanismo y las ciencias; en pocas palabras, el pensamiento y creatividad sin ambages. Estos sujetos aplican gran parte de su tiempo en el estudio de la realidad, las circunstancias imperantes y en la reflexión de todos los problemas que inciden en la sociedad.

                La historia reciente de México demuestra que durante el priiato -la dictadura casi perfecta del PRI- la corrupción cabalgó plácidamente: la frase “el que no transa no avanza”, es típico reflejo del habla y el ser popular mexicano ante el panorama antedicho. En una entrevista que Héctor Aguilar Camín, el intelectual amigo de Salinas de Gortari, concedió a la periodista Monserrat Antúnez, le expresó que, si Xóchitl Gálvez ganaba la elección presidencial, volvería “la oportunidad de devolverle a la comunidad cultural la atención, el cuidado, a veces hasta el apapacho que -les- tenía el Gobierno” (Sin Embargo, 21-V- 2024).

                Nos dice el artista Horacio Franco, que hay dos culturas: la de letras mayúsculas – de boato y presuntuosa- y la de escritura minúscula, laboriosa y pertinaz. Nosotros sabemos que el concurso de los intelectuales permite, en mayor o menor grado, variar la realidad: el pensador siempre analiza y con ello hace que la marcha prosiga, pero en el caso de los de ideas avanzadas, coadyuvan para que se continúe con el cambio, mismo que a final de cuentas llevará a un mejor estado de bienestar social, nivel en el cual se podrá moderar la opulencia y la indigencia, conforme postuló el Gran Morelos.

                En los lustros del llamado lapso de gobiernos neoliberales, los intelectuales de letra grande fueron muy consentidos, o como refirió Héctor Aguilar Camín, “apapachados” por los regímenes de ese período. Uno de sus parciales, escribió: –“por los saberes y conocimientos que poseen- de la facultad para representar, encarnar y articular un mensaje, una cosmovisión, una actitud o una opinión para un público- “, un juicio de las y los intelectuales acredita o desacredita el proceder de los tomadores de decisiones, es decir, de los gobernantes. (Said, Edward W. (1996) Representación del intelectual. México. Debate.).

Así florecieron personajes como Enrique Krauze y Aguilar Camín, evidentes adalides de esa corriente de pensadores, quienes aparte de libros y revistas, se apoderaron de las principales páginas editoriales de la prensa tradicional. A esa oleada se agregaron los presentadores de noticias y comentaristas constantes de dicha prensa, como los López Dóriga, Gómez Leyva, Dresser, Rivapalacio, Zuckerman, etc. Todos pues, disfrutaron de esos “apapachos” gobiernistas, traducidos en pingues beneficios de toda índole: viajes, regalías, apoyos y sumas en metálico, que comúnmente se les conoce como “chayotes”. También se les denominó comentócratas o comentaristas orgánicos, pues desde sus trincheras bien aceitadas oficialmente, se alababa o condenaba, o incluso se disimulaba lo que conviniese a los gobernantes y su establishment, porque las élites económico-sociales, religiosas y especialmente las políticas, sustentaban o fortalecían la “legitimidad” de su predominio, con los comentarios de tales personajes, quienes por lo tanto se transformaron en comentócratas.

Local 17 interior del mercado municipal, más de 40 años de tradición, atendido por su amigo Alfonso Gómez el cortito

                Los estudiosos de letra chica, es decir los que no han sido consentidos, pero que trabajan perseverantes y sin buscar canonjías, con el ánimo inclaudicable de servir a la comunidad más que al gobierno, prosiguieron sus tareas, muchas veces obstruidas por los gobiernos neoliberales y sus parciales, no por el ordinario desdén que suelen recibir sino por burdos taponamientos de toda índole. Al respecto, hemos de advertir que estos pensadores no desdeñan se acojan sus ideas por los políticos -de cualesquier signo- arribados a funcionarios, pero desde luego con preferencia cuando tales individuos investidos 01de mando son de principios avanzados socialmente.

                El panorama anterior prevaleció hasta los comicios federales de 2018, cuando emergió la izquierda lopezobradorista (abanderada por su partido MORENA y sus aliados, Partido del Trabajo -PT- y el verde ecologista -PVEM-) y se alzó con el poder presidencial, así como de las mayorías legislativas. Luego alcanzaría numerosas gubernaturas, que para la actualidad (2025) llegan, de 32 que en total existen en la república, y de solo gobernar cuatro Entidades federativas en 2018,  a 24 tras los comicios de 2024. Esta especie de tsunami político caló profundamente en la intelectualidad orgánica. En concreto la situación se reflejó en el tratamiento otorgado a los comentócratas de tal línea, donde se inscriben como dijimos antes, tanto los intelectuales opositores como los periodistas tradicionales.

                ¿Cuál fue ese cambio? Sencillamente, se suprimieron los “apapachos” en su especie de “chayotes”. Y al ya no haber entregas económicas ni tratos especiales, la inconformidad surgió. Como la actitud del líder del movimiento izquierdista -Andrés Manuel López Obrador, AMLO- fue de revelar quienes integraban la intelectualidad orgánica en su facción de comentócratas: los inmiscuidos, se sulfuraron y arreciaron sus críticas, a veces convertidas en invectivas.

                De esa manera se desenvolvió todo el sexenio 2018-2024, señalándose por los “orgánicos” (en consonancia con las oposiciones) como un pecado lopezobradorista el haber crecido la polarización, cuando indudablemente ambos bandos ponían su grano de arena para acentuar esa división, parcelamiento que siempre ha existido en la nación, desde la lucha por la independencia(realistas, centralistas, conservadores, frente a insurgentes, republicanos federalistas,  liberales)  hasta el presente  que enfrenta  a las derechas contra la cuarta transformación o 4T.

                Es notable advertir la conducta de personajes de la “comentocracia” como Krauze, Camín, Dresser o José Woldenberg, todos adalides de la intelectualidad orgánica. Para ellos, durante la etapa en que brillaron sus ideas (fines del siglo XX y principios del XXI), “los mexicanos conquistamos la democracia”- con la alternancia democrática el año 2000 -, consolidada por competiciones electorales aceptables que dieron juego a la pluralidad. Sin embargo, luego de los comicios del 2018, sus calificaciones modificaron: la democracia está en riesgo, el poder se ha concentrado exageradamente en el primer mandatario cuya administración, asevera Krauze, es “más propia de la presidencia imperial que de una presidencia institucional” y luego del triunfo de la actual presidenta, se atrevió a manifestar en X (antes twitter) que «Después de ser una monarquía, el 4 de octubre de 1824 México se convirtió en una república. Pasaron 200 años. En septiembre de 2024 México dejará de ser una república para convertirse en una monarquía. ¿Lo permitiremos?». (22-ago-2024).

                En el otro frente, que podemos simbolizarlo con el parecer del ameritado maestro Lorenzo Meyer, este precisa: la cuarta transformación -de la que habla López Obrador- es más bien un cambio de régimen que, entre otros fines, conlleva fortificar la independencia de los Poderes, adoptar decisiones con y para el pueblo, separar el poder económico del político, restaurar los principios con que triunfó la revolución, así como combatir a la corrupción y la impunidad. La sucesora, continua esos ideales y propone edificar lo que denomina segundo piso de la 4T, en el cual aparte de lo sostenido por su antecesor, la bandera de que con el pueblo todo, sin el pueblo nada y la defensa de la soberanía a ultranza, son sus contrafuertes.

                Popularmente se dice que “árbol torcido nunca su rama endereza”, pero también se sostiene que un buen arrepentimiento es mejor que un mal casamiento, por lo que nos atenemos a que la esperanza no desfallece jamás, puesto que es el ánimo que nos mantiene en medio de todo trance. En consecuencia, los intelectuales, que tienen el deber de con su sabiduría, servir a la nación, a la democracia y a la ley, deben encontrar la forma de cumplir tan alto objetivo.

 Ojalá los dos bandos que en nuestro medio constantemente contienden, rediman sus deslices y opten por mejor dialogar y conforme la razón, sumen sus talentos para engrandecer al pueblo mexicano: ese es su compromiso nacional.

Teuchitlán, horror jalisquillo

Juan M. Negrete

La lectura de que se hayan encontrado en Teuchitlán, un poblado pequeño de los supuestamente pacíficos municipios del interior, un espacio con hornos crematorios fue un golpe a la nuca del que no nos repondremos pronto. Vinieron luego notas posteriores sobre el caso. Unas ahondaron tal visión patética y otras urgieron a la calma y a la revisión objetiva de lo hallado y de lo que generó tales cuadros terroríficos.

En los medios, ambas posturas encontraron cobijo de inmediato. La gente comunicadora que tiende al amarillismo cargó sus pilas con la tinta de la ingobernabilidad generada por las huestes del crimen organizado, funcionando en nuestros espacios a todo lo que da. La otra visión nos invita a no perder los estribos y a revisar con detalle lo que se pueda hallar en todo esto; buscar hasta los ínfimos detalles de los autores de las posibles masacres y a la contingencia con sus víctimas. Es la voz de la serenidad y la paciencia aplicadas, como lo revivió la señora Claudia, recordándonos que Kalimán siempre nos aconsejaba tal conducta.

En este punto estamos. Nos prometen las autoridades responsables de tal información que la semana que viene nos tendrán un cuadro oficial de tales acontecimientos. Esperamos que no nos salgan con un cuento al estilo de lo que Karam construyó y calificó como “verdad histórica” en torno a la supuesta quemazón de los cuerpos de los jóvenes de Ayotzinapa en el basurero de Cocula hace ya diez años, que dio de inmediato pie a convulsiones y conflictos que no cesan.

Son, desde luego, pruebas de fuego para las autoridades en turno. Si la desaparición de 43 muchachos levantó una ámpula que no sana, ¿que generará la explicación, atenta o desastrada, de la desaparición de dos cientos de cuerpos hilados a este descubrimiento macabro? Y esta cifra de 200 fue una primera cifra. De inmediato hubo fuentes que hablaron ya de posibles 1 500 o más desaparecidos, vinculados a la existencia de este horno criminal y de algunos otros más, funcionando en la zona del hasta ahora proverbial estado de Jalisco, el nuestro. Es por demás el manejo morboso de cifras de desaparecidos aquí, allá y acullá. Pero de pronto quedamos en el epicentro del huracán.

Nadie puede negar la presencia de dos gobiernos. Uno, el más conocido, es el que contiende en las lisas electorales y resulta electo. Hablamos de las alcaldías de los municipios y del gobierno de los estados. Una lengua diversa del poder tiene que ver con la turba de los legisladores, que también entran a la disputa electorera. Pero por lo pronto nos referimos al ejercicio del poder ejecutivo, en los municipios y en el estado.

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Con los poderes ejecutivos electos contiende la presencia de lo que designamos como crimen organizado. Es del dominio público que los de la plaza (otra denominación popular para los del crimen organizado) cobran derecho de piso a cuantos les da la gana expoliar. Extorsionan a quienes se les ponen enfrente. Venden seguridad al que está establecido y al que va pasando. Y, lo peor del caso, es que recogen el dinero expoliado y no le dan la cara a nadie. Por tanto, nadie los conoce. ¡Cuán extraños nos resultan todos estos cuadros! Parecen imágenes tomadas de historias de ciencia ficción, por decirlo de algún modo.

Tras toda esta recolección heterodoxa de dinero ajeno, tiene que venirse por fuerza la tarea de los lavaderos. Todo ese dinero sucio, por mal habido, tiene que ser blanqueado. ¿Dónde, cómo, por quiénes? Por fuerza tiene que ser con personas e instituciones que en todos los casos y todos los días están dando la cara al público. Unas son pues las autoridades establecidas o electas. En todas estas instituciones hay tesorerías, hay policía que ejerce la fuerza autorizada y que aplica cuantas tarifas conducentes y aprobadas haya que aplicar.

Aquí está el meollo del asunto. Cuando alguien busca escabullirse del pago de los impuestos y las tarifas oficiales sabe que tarde o temprano se las verá con la cara estricta de la fuerza comandada por el poder establecido. Pero entonces ¿porqué también tiene que soportar la exigencia de otros pagos, no autorizados, no sancionados, pero avalados también por la violencia y el ajuste de cuentas, que no haya límite ni con la muerte misma de quienes no les cumplen sus caprichos?

Este recuadro cruel es el que ha impuesto su marca en todo el país con la extensión del dominio del trasiego de drogas y armas, reforzado desde luego con la participación de nuestros vecinos gringos, sea ya porque le compran la droga a nuestros cárteles y porque les venden las armas a estos mismos personajes. Para ellos, los vecinos, la solución consiste en calificar a estos traficantes nuestros como organizaciones terroristas. Y luego autorizar su persecución y cauterización autorizada, convertida en medida legal, aunque violen la soberanía territorial.

Por supuesto que estos delincuentes nuestros tratan con delincuentes invisibles de allá y con consumidores que pagan también a vendedores invisibles de allá mismo. Todos los que están mal y merecen castigo son pues los criminales de aquí, que nos extorsionan y atracan aquí y también nos matan aquí, como ahora lo estamos descubriendo. ¿A dónde iremos a documentar todo este infierno surrealista? Si la frontera de lo humanamente posible ya fue borrada aquí, como trasciende de lo descubierto en Teuchitlán, ¿Dónde pararán los nuevos límites?

Zambra de marrullerías

Juan M. Negrete

El buen trato que le da a Claudia Sheinbaum, nuestra presidenta, hasta ahora, debe provenir en primera instancia porque se trata de una dama. Y, bueno, los padrotes profesionales se desviven en galanteos y cursilerías con las mujeres, venga al caso o no. Es conocido el dato de que este mercader de muchas líneas anduvo muy activo en el mundo de la farándula y los hábitos de doblar la cerviz ante las mujeres es una de las características de estos lebrones, sean machos alfa o no. Me late que por ahí vaya la cosa.

Pero el grano sustancioso de lo que con ella discute el personaje de marras apunta a otros entenderes. Cuando Trump llegó al poder gringo en el 2016 se encontró con que nuestro país había celebrado un acuerdo o alianza de mercaderes entre los nuestros y los de los dos países al norte nuestro. Había entrado en vigor el famoso TLC o NAFTA en 1994, lo que quiere decir que ya llevaba funcionando 22 años. Pues se lo halló sobre la mesa y desde el principio estuvo con su chilla de que era el peor acuerdo que el gobierno gringo podía haber firmado y que iba a ponerle todas las piedritas en el camino para cancelarlo. Y lo hizo.

Bueno, no lo canceló. Lo modificó. Movió todos sus encantos para convencer a los otros dos socios (Canadá y México) a que se sentaran a revisarle las cláusulas. Pasados algunos tragos amargos por las tres instancias participantes, finalmente terminaron signando el nuevo instrumento de intercambio mercantil que nos regiría a los tres países. Para diferenciarlo del primero, a éste le llamaron T-MEC. Siguió pues adelante el convenio de una Norteamérica unida, al menos en los renglones de los intercambios mercantiles.

Debe quedarnos bien claro a todos los que estamos englobados y regidos por dicho acuerdo, que fue justamente El Trompas el motor o dínamo de esta nueva versión del tal acuerdo. Él dejó la presidencia hace cuatro años, pero su convenio suscrito quedó vigente. Luego volvió a contender para la presidencia, porque en el 2020 no se pudo reelegir y la suerte le favoreció. Volvió pues al control de los panderos.

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La gran sorpresa que nos llevamos todos los que habitamos estos tres países fue la nota, que ya hasta cansona se nos ha vuelto, de que nos iba a aplicar aranceles de un 25% a los productos que les exportamos tanto Canadá como nosotros a su mercado interno. Como dicen nuestros vagos: Eso me saco por andar contigo. Se supone que la cercanía y otros vectores presentes nos hacen ser socios y amigos privilegiados de los gringos. ¿Que se espera de sus sablazos a los que les quedan lejos y que no gozan del privilegio de su amistad y cariño?

Le escuchaba decir a mi progenitor, cuando andando alguien en operaciones confusas o no bien vistas, aplicar un refrán extraño: Así paga el diablo a los que le sirven. Para los que están familiarizados con la terminología católica el fondo del dicho es transparente. No hay pues necesidad de esclarecerlo. Lo gracioso vendría a ser que le apliquemos la categoría de demonio a este señor tan controvertido. Porque hay muchos ciudadanos gringos (nos referimos a quienes votaron por él) que lo acogen por presbiteriano y lo tienen como un seguidor fiel de ciertas prédicas cristianas. En fin.

Los buenos oficios de doña Claudia habían logrado aplazar un mes la aplicación de los tan mentados aranceles a nuestras exportaciones. Ha habido mucho movimiento en las fronteras por asuntos de seguridad, de tráfico de armas, por el trasiego de las drogas y más yerbas. Ya hasta se le entregó a la justicia gringa a 29 presidiarios nuestros, como para acomodar en el tapete todas las fichas en juego. A los incautos ciudadanos de a pie no nos quedan claras las motivaciones concretas de tantas jugadas; por eso vemos todo el sainete presente como zambra. Así le llaman los moros a sus fiestas descontroladas, cuando el alcohol o la euforia, o las dos cosas juntas, vuelcan todas las ollas posibles.

Ya había puesto don Trompudo, como fecha de arranque de sus sanciones impositivas a nuestros productos, el día cuatro de marzo. Pero volvió a comunicarse oficialmente doña Claudia con él y consiguió aplazar otra vez la fecha. Ahora nos esperaremos hasta el día dos de abril, para entender de qué humor amanece ese señor albino. De boca de nuestra presidenta se nos dora la píldora de que en ese tal día expectorará el presidente gringo una aplicación universal de aranceles para todos sus clientes en el mundo. Pero que como nuestros productos están regidos por las reglas del T-MEC, entonces, no habrá sanciones para las mercancías que les llegan de nuestros almacenes. ¿Irá a ser así, o nos irá a aplicar otra de sus malhadadas sorpresas callejeras, que no obedecen sino a la lógica de la marrullería y a las trampas ventajosas? Ya lo veremos.

Por lo pronto, quedamos avisados. Y no sería ninguna novedad qie nos aplicara la masacuata, de manera unilateral y hasta con injurias de parte suya, en contra de nuestra humanidad mexicana. De lo que ya tienen cayo. Y no porque seamos mexicanos, o porque les quedemos en tan cortita vecindad. ¿Quién se hubiera imaginado que daría a sus grandes amigos y socios europeos este trato denigrante e insufrible de lacayos infames y de malagradecidos respondones? No se la acaban. Ni modo.

LECCION PARA MEXICO: EL DRAMA TRUMP FRENTE A UCRANIA.

POR PEDRO VARGAS AVALOS

            Todo lo anterior tiene como antecedente el enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania, iniciado hace más de una década y que inicialmente resultó con la anexión por Rusia de la península de Crimea, incluida la ciudad-puerto de Sebastopol. Siguieron enfrentamientos, todos con el mismo fin: Rusia apoderarse de regiones ucranianas. La ONU dictó medidas favorables a Ucrania, pero ineficaces en los hechos. La Unión Europea fijamente apoyó a las autoridades ucranianas, abrigando en su horizonte suscribir un pacto de acercamiento. Así se llegó al 24 de febrero de 2022, fecha en que flagrantemente los rusos de Vladimir Putin invadieron a la martirizada república ucraniana. En tal con contienda, Estados Unidos se alineó con el gobierno de Kiev (la capital ucrania) a la par de la unión europea.

            Tras las administraciones estadounidenses de Barak Obama y Joe Biden, decididamente partidarios a la causa ucraniana, el panorama cambió con el arribo del presidente Trump. De este vociferante yanki, siempre se ha rumorado sobre sus afinidades con Putin. Los recientes hechos lo acreditan: Donald Trump habló telefónicamente el miércoles 12 de febrero con el presidente ruso, Putin y dijo que las negociaciones para acabar el conflicto Rusia-Ucrania, comenzaban «inmediatamente». Al día siguiente la BBC publicó que Putin había logrado gran avance al negociar directamente con Estados Unidos. Para remate, el nuevo secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, expuso en términos muy claros la postura de su país: “No habrá tropas estadounidenses en Ucrania y no hay posibilidad realista de volver a las fronteras anteriores a 2014 (cuando Rusia ocupó y anexionó Crimea y apoyó a los insurgentes en el Donbás). Tampoco hay posibilidades de que Ucrania se una a la OTAN”. (BBC, 13-II-2025). Con lo anterior, los intereses de Moscú quedaron satisfechos. Ahora faltarían los reclamos norteamericanos, que son en pocas palabras, el cobro de los millones de dólares que los expresidentes Obama y Biden, otorgaron a Zelenski.

                        Al respecto, Trump, mafioso y ávido negociante, se fijó en los minerales valiosos ucranianos. Así lo publicó famoso diario hispano: “Trump acuerda con Zelenski la explotación de los minerales de Ucrania sin compromisos concretos de defensa a cambio…El pacto entre ambos indica que Kiev aportará el 50% de los futuros ingresos en la extracción de los recursos naturales de propiedad estatal” (El País, 26-II-2025). Entonces, el mandatario ucranio, sin más salida, cedió y se dispuso a finiquitar el malhadado convenio, para lo cual concurrió a la capital estadounidense, suspirando por alcanzar alguna medida salvadora de lo que resta de su nación. La reunión fue el postrer día de febrero.

            Una cruda crónica de ese encuentro nos pone al tanto: El presidente de Ucrania, … acudió…con el objetivo de firmar el acuerdo draconiano por el cual Kiev entregaría a corporaciones estadunidenses la mitad de todos los ingresos obtenidos de la futura monetización de todos los activos de recursos naturales relevantes propiedad del gobierno ucranio, en pago por la asistencia militar y económica prestada por Estados Unidos desde la invasión rusa a su vecino. Sin embargo, la reunión televisada con su homólogo Donald Trump y el vicepresidente JD Vance se salió de todo cauce cuando éste lo acusó de faltar al respeto a sus anfitriones al tratar de litigar sus diferencias frente a los medios estadunidenses. Cuando Zelenski intentó responder, fue interrumpido a gritos por Trump, quien le reprochó jugar con las vidas de millones de personas, propiciar la Tercera Guerra Mundial y ser irrespetuoso con un país que le ha respaldado mucho más de lo que mucha gente dice que debería haber hecho…El mandatario ucranio se retiró de Washington sin firmar el mencionado acuerdo, sin obtener las garantías a la seguridad ucrania que buscaba incluir en el mismo, así como con una ruptura que parece ya irreversible con la persona de quien dependen la mayor parte del armamento, la inteligencia, la logística, el paraguas nuclear y el dinero que requiere para seguir combatiendo a las tropas rusas. (La Jornada, 1-III-2025).

            Frases durísimas, recriminatorias y desabridas, se cruzaron: «Debería agradecerle al presidente por intentar poner fin a este conflicto», expresó el vicepresidente Vance a Zelenski, en relación con la paz que busca imponer Trump, con o sin aprobación ucrania. Agregó -Vance- que EU es un buen país porque busca que la diplomacia sustituya la guerra. (¿Quién podrá creer semejante mentira? Nos preguntamos los mexicanos).

            El mandatario de USA, le restregó a su presunto aliado: «Tienen que estar más agradecidos porque déjenme decirles que no tienen las cartas. Con nosotros, tienen las cartas, pero sin nosotros, no tienen ninguna carta”. Y como Zelenski titubeó que a futuro Estados Unidos resentiría los efectos del conflicto, el irreverente Trump, le atizó: «No nos digan lo que vamos a sentir… te he dado poder… para que seas un tipo duro, y no creo que lo serías sin Estados Unidos».

            Y así prosiguió la infausta reunión. Es “inocultable que el trato dispensado por Trump y Vance a Zelenski es vergonzoso para la Casa Blanca y para el conjunto de la institucionalidad estadunidense; constituye una violación flagrante de las normas diplomáticas y sienta un precedente nefasto que mermará la confianza de la comunidad internacional en Washington y, así, rebajará la hegemonía que el magnate se dice decidido a restaurar. La amenaza proferida a voz en cuello por Trump, acerca de retirar cualquier apoyo a Ucrania si su par no agacha la cabeza y firma el acuerdo en los términos fijados por la administración republicana, es ya un parteaguas en el nivel de violencia alcanzado por el grupo neofascista que controla las tres ramas del gobierno estadounidense”. (La Jornada, editorial, 1-marzo 2025).

            La humanidad debe ponderar seriamente esta actuación del atrabiliario mandatario de Estados Unidos. Pero México debe tenerla aún más presente, porque nuestra difícil relación con el tío Sam a través del tiempo, así nos lo acredita. A partir del primer embajador Joel R. Poinsett,(1822 sin nombramiento; a partir de 1825, con designación oficial) muy intervencionista e impulsor del lema “América para los americanos”, comenzó nuestro espinoso andar; luego vino el despojo de Texas (1836) y enseguida la oprobiosa e injusta guerra de 1846-47, cuando nos arrebataron más de la mistad de nuestro territorio. Todavía sobrevino la abusiva invasión de 1914 en Veracruz, junto a la inicua persecución de Villa en 1916: lo común en esos sucesos, es que padecimos incuestionables afrentas del omnipotente colindante del norte. Por ello ahora nuestro gobierno debe actuar con mucha inteligencia, tacto y patriotismo.

            En todo momento, se debe proceder con suma reserva, porque la potencia norteña no tiene amigos, solo socios, y a éstos los desecha cuando le conviene, invariablemente alejados de nobleza y fraternidad. También se debe razonar, que alrededor de cuarenta millones de compatriotas viven en el país de las barras y las estrellas, y hay que defenderlos dentro de lo posible.

            En fin, mas vale estar siempre preparados, y no despertar como el menospreciado presidente ucraniano, o padecer al estilo del vapuleado primer ministro canadiense, a quien también afrentó el abusivo ocupante de la Casa Blanca. Por ello, el drama Trump frente a Ucrania, debe considerarse advertencia y lección ejemplar para todo el mundo, pero particularmente para los mexicanos.

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