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SEGUNDO DEBATE PRESIDENCIAL: XÓCHITL MEJORÓ, CLAUDIA SEAFIRMÓ.


Por Pedro Vargas Avalos


Difícil posición es la de Gálvez Ruiz, quien ante el dilema de convencer
trabajadores para que le den su voto, y tener conformes a los patrones -que es a
quienes sirve-, porque los empresarios son sus reales representados, pero estos
no tienen ideas pro-obreristas: ella los defendió, precisando que aceptarían la
semana de 40 horas, -indudable ventaja del sector obrero- siempre que al
empresario se le den beneficios fiscales y seguridad. Y en cuanto a su
representatividad indígena, recibió rudo golpe, al señalarle Sheinbaum los
negocios que hizo cuando dirigió la oficina de pueblos originarios (con Fox) y su
actitud de avestruz en el caso de la comunidad de San Salvador Atenco, a la cual
se le pretendió despojar para hacer un aeropuerto: allí se vio la brutalidad
policiaca -tanto de agentes federales, como estatales y del municipio- y de cómo
las personas que luchan por sus derechos se vuelven blanco de tratos
degradantes favorecidos por el Estado, en tiempos del panista Vicente Fox, el cual
fracasó en hacer un aeropuerto para la ciudad de México.
Una frase que resultó de este encuentro fue el de la “priandilla inmobiliaria”,
expresión que suple el veto a mencionar el fraude inmobiliario panista, que el INE –
increíblemente- concedió a los prianistas.
Paradójica fue la aparición de “Alito” Moreno, el sombrío guía del partido
tricolor, al acometer con mensaje al término del debate, diciendo que su candidata
había vencido porque “tiene la visión, experiencia y capacidad para llevar a México
a un mejor futuro… es una mujer de valores, preparada, que conoce la realidad
del país”. En pocas palabras, según Alito, el desprestigiado dirigente del PRI
devaluado: “México ya decidió Xóchitl dominó el debate.” Lo cual refrendó la
hidalguense, al difundir que, en efecto, había ganado el combate verbal. Y por si
eso fuera poco, se sumaron los blanquiazules con su “Marquitito” Cortés al frente,
quien enfatizó que su triunfo fue contundente; y faltaba más, no podía evitar opinar

el “Chucho” Zambrano, quien con sus moribundas huestes perredistas afirmó que
su abanderada es siempre propositiva y estupenda (¿?).
Más conciso, Mario Delgado, el líder de los morenistas publicó que gracias
al apoyo ciudadano: “Con Claudia Sheinbaum ganamos el debate y este 2 de junio
ganaremos la presidencia de México.”
Marcelo Ebrard, excanciller exitoso pero fallido aspirante presidencial
guinda, comunicó al finalizar el jaleo: “Muy bien se vio Claudia Sheinbaum en el
debate, segura, domina los temas, resuelta sin caer en la provocación y sobre
todo, con claridad en lo que ha logrado y propone. Objetivamente fue la mejor, por
mucho, ganó el debate. Buena noticia para México.”
El expresidente (haiga sido como haiga sido) Calderón, agazapado en la
península ibérica, echó su cuarto a espadas y desde luego, semejante a
comentaristas del Reforma y conexos, vio “muy claro el triunfo de Xóchitl…” Tal
como lo anotó el reportero de Latin Us (Claudio Ochoa H.) quien evaluó a las
debatientes: Xóchitl, “se notó la influencia de los asesores”; Claudia: “se noto el
regaño del presidente”, porque ahora defendió múltiples veces los logros de la
Cuatro T.
Lo mejor que se registra para Xóchitl, fue la propuesta de exonerar de
impuestos a los salarios menores a 15 mil pesos mensuales, lo cual anunció como
irruptora propuesta. Lo peor, fue mostrarse como realmente es: llevar al terreno
del miedo -lo que no es propio-, el espacio de la economía y que como en varios
rubros, carece de diagnóstico para el problema de la seguridad. El debate lo tomó
a show y confesó ahora sí, ser candidata del PRI, del PAN y del PRD y no de la
ciudadanía, como buscó hacer creer. Es candidata de los factores fácticos –
partidos que la apoyan y aláteres-, de los capitalistas, de la derecha, de los
intelectuales orgánicos, etc. Reiteramos: a escasos días de concluir las campañas,
no se revela como candidata viable, es decir, que pudiera tener la fórmula para
encabezar el gobierno federal y superar la compleja problemática de dirigir a la
nación.
Las casas encuestadoras hicieron sus primeras mediciones estilo de salida,
y la proclive al prianismo, (Massive Caller) aseguró que Xóchitl había salido avante
con un 56%, en tanto que Sheinbaum alcanzó un 32.4 por ciento, y alejado, Jorge
Álvarez Máynez con 11.6%. En cambio, “La Jornada” difundió los resultados
respaldados por Demoscopia Digital, los cuales indican que Claudia logró un
sólido porcentaje del 70. 1, distanciado del resultado para la candidata del
prianismo quien consiguió 15.8%, seguida muy cercas por Máynez, quien alcanzó
un 14.1%. Y así se han sucedido las encuestas, las cuales con excepción de la
poco seria Massive Caller, le dan abismal ventaja a la morenista frente a Xóchitl.

Máynez, muy retrasado, sin embargo, ha crecido lo suficiente para los del
PRIANRD, después de satanizarlo, de acusarlo de esquirol de Morena, ahora en
llamado extremo, le piden se baje y apoye a Xóchitl.
Conclusión de ese comentado debate, es que cada candidata afirmó el
apoyo de sus seguidores: Ningún lopezobradorista fue convencido por Xóchitl, ni
Claudia habrá persuadido a los viscerales prianistas. La ventaja de Claudia es que
sus aprobantes, son en número suficiente para ganar una elección. El quid está en
los indecisos que se inclinen por una o por otra, y aquí va a contar Máynez, lo cual
achica la opción de Xóchitl, pues evidentemente el emecista en ese ámbito es
donde ha logrado avances.
Gálvez, había dicho que ahora si sería la del huipil, no la acartonada de los
asesores, y se presentó muy pendenciera, lanzó verdaderos ataques, como
disparos, y en tales balazos invirtió demasiado tiempo, y no hizo real
planteamiento de lo que haría si es presidenta. Claudia si dedicó sus turnos para
exponer propuestas de gobierno si triunfa, además de como ya dijimos, defendió
los avances y logros de la 4T.
A Xóchitl le vendieron la idea de que para recuperar el atraso que tiene,
ensuciara al presidente y agrediera, buscara lastimar la imagen de la candidata de
los morenistas. Empero, no ha podido, lavar la cara del PRIANRD. En cambio, en
5 años de gobierno de la 4t, esta ha ganado 23 entidades federativas, en tanto
que la oposición ni siquiera ha rehecho su deteriorada imagen.
Es previsible, que las dirigencias del PRIAN van a buscar chivos
expiatorios: ellos procuraron postular una imitación de quien fuera candidato
morenista -Amlo y ahora Claudia-, y así surgió Xóchitl, su virtual fracaso: por ello,
la potencial derrota del 2 de junio, se la van a achacar a ella.
Queda pendiente como se integrará el poder legislativo, y esta es una
batalla trascendental puesto que quien la gane, si además obtiene la presidencia,
tendrá la posibilidad de arrogarse excelentes bases para implementar con éxito
sus planes de gobierno.

FILOSOFANDO: UDEG: ¡FUERA XÓCHITL!

Por: Juan M Negrete.

A la candidata del PRIAN le fue como en feria en su visita a uno de los centros universitarios de casa. La invitaron algunos de sus seguidores y consiguieron un espacio en el CUCEA para recibirla. Vale decir que casi fue evento a puerta cerrada. Sus organizadores no querían que se les cayera el teatrito y, según trascendió, sólo faltó que se permitiera el ingreso con carnet de invitación. No querían, estos fans de la señora X, que ingresara la masa peluda, que casi siempre les echa a perder los numeritos montados.

Pero en nuestros centros universitarios lo que sobra es masa estudiantil. En cualquiera de ellos hay para dar y prestar. Tal vez sí había algún grupo interesado en desdibujar el cuadro de la presentación de la señora prianista. Pero al negarles el ingreso, los organizadores se echaron solos la soga al cuello. Se volvió pública la arbitrariedad y esperaron a la ‘interfeuta’ al salir, como hacían los niños en la primaria. Ya en los patios se soltó la gritería y les achataron el evento, como se puede ver en muchos de los videos tomados.

Parece ser que los que invitaron a la candidata prianista querían despedirla en hombros y con vítores, repitiendo el grito de ‘presidenta, presidenta’. Pero el tumulto les ganó el diapasón. Y lo que se oyó en todo el recorrido, hasta llevarla a su camioneta, fue la consigna de ¡Fuera Xóchitl, fuera Xóchitl! Otro lema repetido fue el de ‘El CUCEA no te quiere’. Y así por el estilo. No sólo le descompusieron el cuadro, sino que la abarrajaron al suelo. Tenía que estrellarse ante esta dura realidad y así le fue.

Lo que hay que resaltar del punto es que el número de los manifestantes era nutrido, nada de que un puñito de acarreados y malosos, como suelen descomponer las notas. Hubo, como siempre, silencio comprometido de los que le cubren la campaña a la señora de las gelatinas y hasta algunos se animaron a desvirtuar los hechos. Pero los videos que circularon profusamente nos dan fe de lo que realmente ocurrió, sobre todo para que le midan el agua a los camotes los impulsores de esta candidatura y que tomen las providencias que les dicte el buen sentido. Aunque tal vez ni así lo hagan.

Ya subida en la camioneta, saliendo de tan duro escenario, una reportera la entrevistó y le pidió su juicio propio de lo que se le acababa de escenificar. Y doña Gálvez soltó que se quedaba con lo positivo del evento, nada más. Que le había ido muy bien. Que ella quería mucho a la UdeG, por su FIL. Y que lo que había que resaltar es que ella era valiente y acudía a estos escenarios, cosa que su rival en serio, Claudia Sheinbaum, ni siquiera se atreve a hacer. ¿Cómo la ven desde ahí?

El público estudiantil ahí congregado la hizo picadillo. Y es variable que tienen que sopesar bien los que impulsan su candidatura, no las veleidades y torpezas que suelta la señora a cada paso que da. ¿Cómo está eso de que quiere mucho a nuestra universidad, por su FIL? Los que vivimos la realidad udegeísta tendríamos suficiente con esta superficialidad para no tomarla más en serio. A leguas se trasluce que no conoce lo que aquí se arma.

Pero donde no se midió fue en la referencia que lanzó en contra de la candidata Claudia, con el ánimo de que la evidente descalificación sufrida también contaminara a su rival más seria. ¿No sabe acaso la señora X que el partido Hagamos realizó una alianza estatal con Morena, PT y PV, y que se pronunció por Sheinbaum? ¿También ignorará que el partido Hagamos fue armado y se sostiene con huestes universitarias, las de esta casa de estudios? Sería cruel que lo ignorara. Pero peor será que lo sepa, y que perore como si lo ignorara, porque entonces habría doble inquina. Una, la torpeza de su ignorancia; la otra, la insidia de querer vernos a todos la cara.

Este redactor confiesa que no sabe si la UdeG, o su partido Hagamos, tenga contemplado algún evento masivo de apoyo abierto a la candidata del oficialismo. Lo más probable es que así sea. Y también nos resultará obvio, a todos los que contemplamos esta brega, que el evento luciría y mostraría el músculo del udegeísmo a favor de la tendencia oficialista. Si algo tiene de muestra persistente nuestra universidad es su conducta persistente de que nunca se aleja del oficialismo en ciernes. Su historia lo refrenda. Aquí se nos aplica al dedillo el dictamen del Tacuache Garizurieta, cuando pontificó que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.

Otra cosa viene a ser la dureza o crueldad de que los datos duros en las nóminas, en los oficios y en otras medidas legaloides y de carácter sindical, la UdeG dé pasos positivos a favor de los trabajadores. Así lo estamos viviendo en el asunto cada vez más peliagudo del futuro de nuestras pensiones. Pero no hay que revolver los tamales de chile con los de manteca. Para la siguiente semana vendremos a revisarle las entrañas a este tumor, para el que no se visualiza cura atinada. El caso lo amerita. Salud.

El voto del 2 de junio de 2024 ¿Será emocional o racional?

Por Ramón Montes Barreto

Son estas las preguntas que guían mi investigación para encontrar posibles respuestas a la hipótesis de que el voto podría ser emitido de manera más racional o más emocional en el proceso del 2 de junio de 2024, donde se presenta un evento histórico ya que, se estima que, serán las votaciones más grandes, hasta el momento, en nuestro país.

Debo hacer una descripción del contexto y las condiciones que se presentan para el desarrollo de este estudio. Durante el primer semestre del año 2023 recibí una invitación para participar en un proyecto, mismo que podría derivar en una candidatura a un gobierno estatal, por ello fue que me involucré a realizar tareas ligadas a la organización de los equipos de trabajo y la coordinación de esfuerzos para el logro de ese propósito.

Durante varios meses en ese fragor primero de una precampaña y luego de una campaña electoral, toda la gente expresaba sus quejas y sensaciones acerca de la línea del tiempo que cada vez se acercaba más a los momentos culminantes de las elecciones, sus menciones respecto al voto me hicieron reflexionar sobre los significados que para mí habían tenido, durante las veces que había entrado a una casilla electoral a emitir mi voto. Aunque también me acordaba de los tiempos cuando estudiaba en la Universidad Nacional Autónoma de México, y que por razones ligadas a la rebeldía y a estar alineados con la ideología de los estudiantes, me negué a votar.

Con la madurez que dan los años, hoy reconozco que ir a votar contribuye a fortalecer la democracia, porque somos los ciudadanos los que, al elegir un candidato, tenemos una representación en el gobierno y en la forma como se usan los recursos.

En resumen, debo precisar que el voto es la acción de votar; el acto de acudir a las urnas electorales y ejercer una decisión en el asunto consultado. Por otro lado, el sufragio es el derecho al voto, es decir, el derecho a llevar a cabo esta acción ya sea como votante, o bien como candidato. De modo que el voto es una acción concreta, mientras que el sufragio es un derecho ciudadano, aunque en muchas ocasiones por costumbre, se utilice como una metáfora del voto.

Como una parte sustantiva del estudio tiene que ver con las emociones y los sentimientos, debo presentar a los lectores definiciones sobre estos conceptos: Las emociones son una alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que a veces se acompaña de alguna alteración somática, también se concibe a la emoción como un interés, generalmente expectante, con que se participa en algo que está ocurriendo. 

Por otro lado, los sentimientos se definen como: señales que genera el cuerpo para ayudar a comprendernos a nosotros mismos para tomar mejores decisiones, se puede decir que los sentimientos son emociones más elaboradas o complejas que tienen relación con el pensamiento, el razonamiento o algo más cognitivo, se ligan más con el corazón o con el cerebro y su duración es mayor que las emociones. 

Es con base en esos conceptos y definiciones que realicé un protocolo muy sencillo, con el cual, a través de un cuestionario cuya validación se realizó por cuatro expertos en el campo electoral y de la administración pública que me acompañan en la Coordinación de Planeación de Campaña, y que, se aplicó a una muestra obtenida como se explica más adelante.

Se trataba de investigar ¿Qué es lo que pasa por el cerebro o qué ocurre en el corazón de las personas respondientes cuando se convierten en votantes? Para la realización del estudio se hizo el cuestionario en un formato que permitiera la captura de respuestas en internet a través de una aplicación conocida y a los personajes se les eligió siguiendo el método conocido como “bola de nieve” en donde un elegido escoge a otro conocido, éste a su vez, elige a otro y, de este modo se llega a la muestra convenida a modo. Se logra si el invitado inicial una vez que contestó el cuestionario, lo considera conveniente, elige a otros posibles respondientes y, a través de su teléfono celular comparte la URL con la cual solicita la colaboración de sus conocidos. 

Existe un protocolo que guía a los encuestados a colaborar con la encuesta en el que se les pregunta sus experiencias al votar y sobre sus emociones y sentimientos al emitir su voto.

El instrumento de investigación aplicado a los actores, recordando a los lectores, que se hizo una muestra por conveniencia entre personal de la campaña 2024 en el estado de Puebla, de la cual se obtuvieron 170 respuestas de las cuales se derivan los siguientes resultados:

  1. Género: 51 % masculino; 46 % femenino y 3 % Comunidad LGTBIQ+
  2. Edades: 13 % de 20 a 24 años; 9 %de 25 a 29; 10 % de 30 a 34; 12 % de 35 a 39; 15 % de 40 a 44; 12 % de 45 a 49 y, 13 % mayores de 50.
  3. Los códigos postales de los respondientes son de la zona metropolitana de Puebla, en su mayoría. Algunos respondientes se ubican en el extranjero.
  4. El grado académico es: 58 % de licenciatura; 18 % de maestría; 13 % de preparatoria; 7 % doctorado y, 4 % de otros estudios.
  5. El 97 % respondió que le dio su voto a un candidato/a, es interesante saber que el 3 % no fue a votar.
  6. El 86 % opina que su voto fue útil, el 12 % que fue inútil y el 2 % dice que su voto fue de castigo.
  7. El 99 % votaron presencialmente.
  8. El 53 % considera que su voto fue reflexionado; el 38 % que fue libre y el 9% que fue de calidad; el 7 % fue aprobatorio y, el 2 % forzado.
  9. La mayoría de los entrevistados no distingue con claridad la diferencia entre sufragio y voto.
  10. Con relación a que, si consideran el voto libre y la periodicidad de las elecciones como una condición favorable para democracia. La gran mayoría de votantes 36 % respondieron que sí, pero en la entidad poblana, opinan el 64 % que no se han cumplido estos principios de la democracia.
  11. Las emociones que más recordaron a la hora de votar en el proceso del 2018 fueron: Inquietud 61 %; Desagrado 14 %; Frustración 12 %; Melancolía 9 %; Tristeza 7 %; Miedo 8 %; Reproche 8 % e Ira 4 %.
  12. Los sentimientos que recordaron haber tenido en la votación del 2018 fueron: Esperanza 65 %; Confianza 31 %; Alegría 26 %; Triunfo 18 %; Felicidad 15 %; Amor 10 %; Paz 8 %; Gratitud 8 %; Quietud 5 %; Incluido 6 % y, Orgullo 1 %.
  13. El 66% de los encuestados reporta que, a la hora de votar, lo hacen, pensando más en el partido antes que en el candidato/a.

En la parte final del cuestionario se pide a los respondientes que cuenten una historia sobre aspectos que les hacen acudir a votar. A continuación, les comparto algunas de esas historias, elegí aquellas que me parecieron adecuadas al tema:

  • “Voy a ir a votar con la seguridad de darle continuidad a un proyecto que me gusta. Voy con la alegría de saber que una mujer será presidente de esta nación por primera vez en toda su historia”
  • “La lucha silenciosa de la ciudadanía está en proceso. El pueblo recibió la herencia de un legado desde 1968 y siento que este país ya está listo para ir al progreso. Eso digo porque soy hijo del 2 de octubre de 1968”
  • “Pienso en el éxito, de más de lo mismo, de solución total. Emoción de que mi voto cuente para llevar a una elección, con responsabilidad y honestidad”
  • “Tengo las esperanzas de que todo está cambiando y que va a seguir cambiando. Mi esfuerzo en la vida ha sido muy impactado por malos gobiernos que protegen a las élites de sus partidos y, a otras élites”
  • “Con el gusto de aportar mi voto para continuar con la transformación de mi país. A la consolidación de un nuevo proyecto de nación, la continuidad de la 4ta transformación; del Humanismo Mexicano y el amor a México”
  • “Si, yo voté por el régimen político socialista, representado por AMLO, en 2006, 2012, 2018 y ahora, en el 2024 votaré nuevamente por el mismo régimen político”
  • “Estando en el extranjero me siento profundamente expectante de los resultados de las próximas elecciones. Con un conjunto de crisis mundiales; un crecimiento de los gobiernos de extrema derecha y numerosas guerras en distintos territorios del planeta. Los resultados de estas elecciones me harán sentir certidumbre o incertidumbre sobre volver a casa. A la vez me siento interesada en participar de las acciones que el próximo gobierno proponga y entusiasmada de poder formar parte de procesos que lleven a la comunidad mexicana a espacios de más seguridad e inclusión…”
  • “El cambio debe suceder desde que viví durante mi preparación Universitaria en la Facultad de Ingeniería de la UNAM donde mi participación fue en el movimiento del CEU y el objetivo ha sido crear conciencia en la ciudadanía de transformar a nuestro México. Existe un deseo de triunfo”.
  • “Es diferente a la sensación del 2018 porque en esta ocasión a nivel nacional no genera esa esperanza es más como una decisión de desánimo, y para el gobierno de Puebla genera esperanza, fe y emociones”
  • “Siento mucha emoción porque sé que en Puebla se tendrá un excelente ser humano gobernando el estado por supuesto lo será Alejandro Armenta. A nivel república me conmueve mucha emoción e inspiración que por primera vez una mujer totalmente preparada y culta nos representará, muchas mujeres nos identificamos con ella. Apoyo totalmente a todos los demás candidatos a diputaciones locales federales y municipales tendremos a personas que entienden nuestras necesidades como ciudadanos, jóvenes y mujeres con muchas ganas de hacer el bien de transformar y transmitir a nuestras nuevas generaciones que podemos hacer mucho. ¡Vamos por ese segundo piso y sé que lo vamos a lograr!”.
  • “Sentí mucha esperanza al ver en la boleta el nombre de AMLO, no cabe duda de que es el mejor presidente en los últimos años y ahora en estas elecciones siento confianza de ver el nombre de la doctora Claudia Sheinbaum”.
  • “Pues me siento preocupado por la situación en que estamos viviendo y que cada vez más nos está afectando ambientalmente, solo me preocupa que el candidato que quede como gobernador ponga atención a esta situación y que ponga más áreas verdes, árboles, árboles frutales en la capital del estado ya que el aire es deplorable”.
  • “No estoy convencida con los representantes a nivel Nacional, a nivel local considero que al menos el que tengo contemplado cumple con los requisitos como político, como persona ética y humana, por lo que al menos desde mi trinchera apoyaré lo más que pueda.
  • “Se acude a las urnas para elegir un nuevo representante de la población que tenga la convicción de hacer las cosas bien para la gente que le da la confianza. Pienso que debo votar lo más temprano posible, ya que se escuchan historias de alborotos en casillas y no quiero arriesgarme a vivir algo bochornoso, de esa manera siento un poco de miedo al principio, posteriormente al lograr un voto seguro, siento agradecimiento pues la voz de la gente debe de ser escuchada y llevada a cabo a través del voto, siempre con esperanza para conseguir un mejor entorno.”
  • “Mi hijo de 9 años me preguntó por qué un partido político podría ser mejor que otro e interesarse por cuáles de los candidatos para gobernador haría felices a los niños y que los cuidará de toda la gente mala que mata. Me emociono por qué los niños ya se están adentrando al interés de que nuestro país esté mejor, a la vez me entristeció saber del miedo que ellos ya tienen a su edad.”

Las historias que nos han narrado los encuestados permiten conocer los sentimientos y emociones que cargan y se guardan a la hora de votar. 

Considerando que fueron más los sentimientos que las emociones registradas, además de que una abrumadora mayoría emite su voto pensando en el partido, aunado a la preferencia que expresan por el voto reflexionado, es posible sostener que el voto a emitir este 2 de junio del 2024 será más racional que emocional. Quiero explicar más ampliamente porqué digo que es de este modo, cuando se sale a emitir el voto es indispensable haber realizado una introspección o un análisis interior para dar respuesta adecuada, es decir elegir la opción que mejores resultados ofrece a la sociedad. 

El votante debe llevar en su conciencia cívica, la claridad de que aportando ese voto defiende a su familia, a su comunidad, a su ciudad, a su estado y a su país. Al hacer una elección razonada, estudiada y reflexionada, se contribuye al desarrollo de un sistema democrático, pues ejerce su libertad de participar con lo cual fortalece el espíritu y la autoestima del ciudadano que cumple esta prerrogativa.

El autor ha escrito libros sobre diversos temas. Estudió un posgrado en literatura en la Universidad de Salamanca, España. Realizó estudios de narrativa y cuento en México con los maestros Eraclio Zepeda, Elena Poniatowska, Jaime Sabines y Günter Petrak. Ha participado en investigaciones y programas sobre temas sociales; educativos; de salud pública; de marginación y pobreza; sobre desarrollo social y bienestar, así como de psicología y género. Es doctor en Administración Pública y profesor universitario por invitación en las universidades e institutos de educación superior de México.

FILOSOFANDO: ¿CUÁL DEBATE?

Juan M Negrete

Lo primero que se ha asentado sobre dicho evento es que fue seguido o contemplado por 11. 6 millones de espectadores. Es difícil darles crédito a estos números, porque no todo mundo se lo escabecha en su teléfono celular particular. Ante una pantalla de televisión casi siempre hay más de un espectador. Pero como sea, la cifra que se le abona nos habla de un evento masivo, del que pueden hablar muchos, como ha sido el caso.

Un segundo elemento por ponderar es el hecho de que casi toda la semana que está por concluir se han ocupado de él los analistas, los de oficio y los ocasionales. Se da por descontado que no ha habido unanimidad de juicios en estos trabajos. Pero resulta sorprendente que una buena corriente de opinócratas, que enderezan sus dardos contra AMLO y le dan el gane a la actual oposición, se hayan pronunciado por descartar a la señora Xóchitl como ganadora. Más bien la calificaron muchos de ellos como la gran perdedora.

Darla por perdedora y descalificarla, no implica necesariamente el pronunciamiento o la aceptación de que su rival acérrima, la señora Claudia Sheinbaum, la abanderada o candidata del oficialismo de Morena y sus aliados, lo haya ganado. A tanto no llegan sus concesiones. No lo profieren así. Pero se queda como elemento deducible y de oportunidad. Si era un combate de dos y a una se la da por perdedora, ya no es imprescindible cantar la victoria para la otra. Viene implícita la deducción en el veredicto.

Aunque dentro de nuestros embelecos, siempre hay quienes paran el dedo y no necesariamente con rigor lógico. Eran dos los figurines que se estaban disputando el cetro o el cinturón de la victoria. Pero curiosamente hubo un tercer contrincante arriba del ring. Pues a algunos de sus paniaguados les pareció, y así lo expusieron los que traen consigo plumas de analistas, que este tercero en discordia fue el que ganó el debate. Pero como no disputaba él el trofeo, daba lo mismo que lo ganara o no. Algo así como para descarrilar lo implícito de proclamar la derrota de doña Gálvez. Nomás nosotros con nuestro surrealismo cocinamos estas ollas podridas.

También se ha centrado la atención en torno al mal manejo del cronómetro de las intervenciones de los participantes. Vamos a decir que no tuvieron cuidado los conductores con este aspecto que es crucial. También se ha señalado la pésima elección de las preguntas, tan deshilvanadas y tan poco vinculantes con los agonistas, para que se cogieran del chongo y se dieran de catorrazos. O sea, que aventaron a las ramas los temas para discutir y se les fue el santo al cielo. Los cuestionados candidatos se encontraron fuera de baranda y cada cuál le dio salida al tiempo asignado en pantalla como mejor pudo.

Se han hecho pues muchos señalamientos al evento y no todos favorables. Algo así como si lo hubiesen dirigido meros aprendices y no un INE que lleva casi un cuarto de centuria trabajando para que haya elecciones entre nosotros positivas e imparciales, como lo manda la ley. Es deducción válida, aunque nos duela aceptar que llevamos demasiado tiempo metidos en las meras tareas del aprendizaje y no acabamos de dar el do de pecho. O somos muy burros, o ya nos gusta reprobar y transitar como fósiles escolares en esta materia.

Tal vez coincidirán algunos con el juicio que medio adelantamos en esta columna, en el sentido de que, como no se trata de un hábito nuestro muy favorecido, no iba a haber debate. Ya a toro pasado podemos suscribir muchos este juicio sumario. Estuvieron los tres protagonistas hora y media, transmitida su imagen por las cámaras, y no hubo entre ellos una sola discusión de peso. No discutieron sobre propuestas o programas a llevar adelante con el gobierno que pretenden constituir. No le dieron a deglutir a su público materiales o banderas para salir a ondearlas y sumarse a sus contingentes masivos.

No se nos otorgaron entonces estímulos reconocibles como para salir a las calles a pronunciarnos por uno o por cualquiera de las otras dos. Y si esta es la conclusión de esterilidad con la que nos tenemos que ver, hemos de aceptar que no hubo debate. Y tal vez ni esperábamos que lo hubiera. A la gran mayoría de los críticos de la derecha, que le endilgan con su dureza habitual la derrota a doña Gálvez, les urgía mirar a esta señora disparando boñiga y estiércol contra la señora Claudia y enviarla toda embijada y llorosa a los camerinos. Pero no ocurrió así y por eso le llaman perdedora.

No perdió un debate que no hubo, sino la oportunidad de exhibición que habían programado con tanto ahínco e ilusión, y que desaprovechó doña Xóchitl, por andar vendiendo gelatinas y vistiéndose de candidata ciudadana. Ahí para la otra. Pero con más realismo y autenticidad, por favor. Basta de burlas o nos llevamos el balón para otra cancha. Aunque pensándolo mejor: ¿A dónde iremos que más valgamos?