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FILOSOFANDO: LUCHA LABORAL EN LA UDEG

Juan Manuel Negrete Naranjo

Sábado 22 de abril de 2023.- Empieza a menguar ya en la atención del público tapatío la morbosidad en torno a la muerte del licenciado por antonomasia. Dentro de la batahola de discursos que se han vertido por la desaparición del último capo de la universidad estatal, poco se habla de lo que les espera a los docentes de nuestra máxima casa de estudios estatal. ¿Seguirá su estatus como hasta ahora lo han sufrido? ¿no se perciben visos de corrección? Sería una verdadera lástima que así ocurriera. Pero es una de las opciones y, para decirlo con propiedad, la peor de ellas.

Este redactor se ocupó con mucha frecuencia, mientras estuvo activo como docente en la UdeG, de las desviaciones, los cochupos y las situaciones anómalas que soportaba el gremio magisterial en los hechos. Como profesor activo, estaba atento sobre todo a lo que tuviera que ver con cuanto movimiento salarial o de otro tipo que tuviera que ver con nuestras jornadas laborales. Era mi obligación como ciudadano y no la descuidé. Pero el paso de los años hizo su tarea y llegó el término de la jubilación. Aunque ya no esté en activo, sigo interesado en enterarme de lo que ocurra en tales parcelas. Y si no fuera así, invocaría mi simple derecho como ciudadano por enterarme.

La claridad en estas percepciones, como queda dicho pues, es de vivo interés para todos los ciudadanos, no tan sólo para el segmento retirados. Pero los que no pueden escabullir el bulto son los que siguen en activo en tales instancias. Habrá que mirar con detenimiento si lo estatuido como normas laborales y/o constitucionales se corresponde con lo que se vive al interior de esta casa de estudios. Es una tarea que no pueden eludir ni los administrativos que realizan la talacha de cuidar lo que ocurre al interior de sus espacios, ni mucho menos los docentes que son quienes sufren en carne propia los desvíos, las suplantaciones y disimulos que se hacen por no cumplir con tales dictámenes. Es tarea propia que ninguno de los bandos interesados, confrontados o no, ha de escamotear.

En el pasado reciente, Algunos de los colegas docentes armamos focos de resistencia para conseguir a cuentagotas los beneficios establecidos por ley. Se decía que nos llegarían y no ocurría tal. Terminamos elaborando un diagnóstico cruel de tal situación laboral. Pintamos con pinceles descarnados lo ahí vivido. En síntesis, lo reproduciría así: La academia está mal ponderada. A la docencia se le tolera como un mal necesario, pues se le mantiene en un descuido total. A la investigación se le usa como pretexto recurrente para estar exigiéndole aumentos en el presupuesto.

En este tétrico panorama, la que resulta la gran mandona es la burocracia universitaria. Esto es una distorsión perversa que ha desnaturalizado las relaciones escolares al interior de esta casa de estudios como jerárquicas. El ‘mando’ universitario radica en las instancias administrativas. El discurso en torno a supuestas ‘autoridades universitarias’, que viene siendo una alegoría distorsionante, aquí se ha convertido en la pintura real de lo que ocurre intramuros. En las relaciones interpersonales y gremiales con que se opera aquí impera el sojuzgamiento, la imposición y hasta la arbitrariedad.

No hay reglas claras para el ingreso, la promoción y la permanencia en los espacios docentes, aunque existan por ahí documentos que supuestamente lo abarquen. Son letra muerta tales prescripciones. Es duro afirmarlo, pero lo afirmo con conocimiento de causa: el ingreso y la permanencia al interior de estos trabajos se atienen y se rigen por la abyección y la ignominia. La resistencia a tales parámetros vergonzosos, casi inapelables pues de trata de las reglas no escritas, primero que nada es negada. La estampa que se difunde se presenta como idílica y hasta paradisíaca. Pero en los hechos es vapuleada, perseguida y anulada. No hay tolerancia pues para los dictados que proceden de los despachos del ‘poder’. Así de simple.

Todo este esquema de relaciones laborales, por más que sea aberrante y defectuoso, es el que se les aplica a los docentes y aún a los investigadores que pululan en nuestra máxima casa de estudios estatal. La coyuntura presente está que ni mandada a hacer para que esta masa laboral, que ronda una numeralia un poco superior a los veinte mil trabajadores del gis y del borrador, le ponga un alto y reivindique sus derechos inalienables. No tenían por qué haberlos perdido o rebajado a tales limosnas, pero es el tranco que se espera que se decidan a implementar.

Supongo que la gran masa magisterial no entrará a la distorsión de la polémica absurda de que quién vendrá a sustituir al recién suicidado. No se sumirán en la resignación de aceptar que aparezca otro dictador tras el trono, iluminado, impune e intocable, que manipule los hilos y los dineros del presupuesto de esta casa de estudios y que vaya a durar otros treinta años en el mando ineluctable. O la base magisterial, fundida con la estudiantil, endereza el barco, toma el timón en sus manos y pone a la universidad estatal otra vez de pie, o triste será la calavera del estado, con una institución de educación superior enajenada y rendida en la pleitesía de los oropeles y la inverecunda, en que ha vivido desde que la conocemos. Son sus trabajadores quienes tienen que hacer la tarea. No habrá actos mágicos de liberación. Así que, apunta el despertar de la reivindicación. Que no se sigan distorsionando tantos recursos pecuniarios y humanos que transitan por estos lares. Ya veremos.

ASPIRANTES DE OPOSICIÓN: EL PASADO QUE ANSÍA VOLVER.

Por Pedro Vargas Avalos.

El tema de las elecciones tanto este año de 2023, como en el del venidero 2024, tiene dos particularidades: se enfrentan dos coaliciones y sirven para calificar si regresa el pasado (con el PRI y PAN unidos) o prosigue la Cuarta Transformación (4T) que encabeza MORENA. 

En los comicios del próximo domingo 4 de junio, el priísmo se juega lo que podría ser su última carta de sobrevivencia como partido político nacional, pues se renovarán las gubernaturas del Estado de México (Edomex) y la de Coahuila de Zaragoza. La primera Entidad federativa, es la llamada para efectos de votantes, como la “joya de la corona” pues tiene 12 millones 683 mil 663 electores; en consecuencia, salir avante en el Edomex, es sustancial, no solo en cuanto a números sino por sus efectos sicológicos y mediáticos. Por lo que ve a la Entidad norteña, que registra 2 millones 356 mil personas con capacidad para sufragar, lo más trascendente es que tiene 96 años de ser gobernada por los tricolores, al igual que el antedicho Edomex. Tanto en uno como en otro Estado, las oposiciones marchan unidas, mientras que el partido en el gobierno federal, MORENA, camina unido en el Edomex, pero no pudo mantener su alianza en Coahuila, de allí que se especule, con base en las encuestas, que el Estado del gran repositorio de sufragios, será para los morenistas (con Delfina Gómez como abanderada) y los prianistas ganarán Coahuila, con Manolo Jiménez de candidato.

Llama la atención de que a estas alturas, por lo que ve a los comicios de junio 2 de 2024, las oposiciones aún no dan color sobre quien será su representante para vencer a cualesquiera de los tres que dentro de los morenistas, tienen un camino aventajado: esa tripleta, cuando menos hasta la fecha, es la que conforman la gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo; el canciller Marcelo Ebrard Casaubon, y Adán Augusto López Hernández, secretario de gobernación. 

Hace semanas, que el mismo primer mandatario enumeró a 43 personajes como prospectos para candidatos de la oposición, es decir, ante la indecisión de sus adversarios, les dio una ayudadita enumerando a quienes podrían ser sus aspirantes presidenciales. Esa inacción opositora, fue advertida y criticada fuertemente por periodistas como Joaquín López Dóriga y Ciro Gómez Leyva. Para el 23 de marzo de este año, nos dice el medio Expansión Política: “La lista de opositores que buscan una candidatura presidencial en 2024 crece día a día, hasta ahora figuran 22 personajes; ocho del PRI, siete del PAN, dos del PRD, tres de MC y dos sin partido.”

Así las cosas, el más preocupado por unificar a los contrarios de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el activista empresario, Claudio X. González, por medio de uno de sus múltiples organismos dizque ciudadanos (ONG) que se denomina Unid@s, alardeó de haber reunido a más de ochenta ONG y organizó un evento que se intituló “Unidad y Gobiernos de Coalición”. Ese foro se desarrolló en dos etapas, siendo la más simbólica la del día inaugural, el lunes 17 de abril pasado. La crónica de Elías Camhaji, de El País, dice: “Santiago Creel, Beatriz Paredes, Gustavo de Hoyos, Lilly Téllez, Claudia Ruiz Massieu, Miguel Ángel Mancera, Silvano Aureoles, José Ángel Gurría, Demetrio Sodi, Enrique de la Madrid y Juan Carlos Romero Hicks se tomaron de las manos y levantaron los brazos en señal de victoria. “¡Unidad, unidad, unidad!”, gritaron al unísono en un foro convocado este lunes por Unid@s, la plataforma del empresario Claudio X. González, némesis del presidente, Andrés Manuel López Obrador. Más de una decena de aspirantes a liderar la alianza opositora han anunciado un compromiso de formar un gobierno de coalición para derrotar a Morena, el partido gobernante, en las elecciones de 2024. “¡Presidente, presidente!”, se escuchó en diferentes momentos e intervenciones ante la incógnita de quién será la persona elegida para competir en la carrera por la sucesión, algo que aún no han definido los socios de Va por México.”

Por lo visto, la oposición ahora apuesta por una especie de gobierno de coalición, siendo su real fin desbancar al partido en el Gobierno (MORENA), procurando evitar fracturas en la carrera por la presidencia, por lo que para todo enfatizan la palabra “unidad”. Esto porque están conscientes, de que, así como desean ganar la presidencia, lo cual por si mismos no les alcanza, su último esfuerzo es mezclar partidos -antagónicos, por cierto- con organismos de la sociedad civil (muchos, solo membretes), ciudadanos y empresarios. En ese acto fungieron como moderadores, José Ramón Cossío Díaz, exministro alineado a los rivales del primer magistrado, y otro exministro,(defenestrado del cargo cuando Zedillo acabó con la Suprema Corte en1994) Diego Valadez, ex procurador de justicia de Salinas, consiguientemente impugnador de la 4T. De anotar es que cuando Ernesto Zedillo dio al traste con los 26 ministros de la Corte, que en ese entonces la integraban, el PAN convalidó la trastada priista, lo que originó que Froylán López Narváez, destacado periodista, acuñara el vocablo PRIAN; algunos estudiosos del derecho y la ciencia política, declararon que el garrotazo zedillista, virtualmente era un verdadero “golpe de estado”. Pero casi nadie protestó, ni la gran prensa o las ONG’S, ni los comentócratas orgánicos, y mucho menos los cesados ministros, a los que se les dieron millonadas jubilatorias.

  La realidad hoy por hoy, es que los adversarios de la 4T, no poseen un programa alternativo al proyecto forjado por AMLO, solo los caracteriza el descontento frente a él. Al comentar esa alianza, el mandatario dijo en la mañanera del 20 de abril, que era un contubernio, promiscuidad política, porque reiteró, “no hay principios no hay ideales”. Los afanes oposicionistas por no quebrar su endeble unidad, los enarbola Santiago Creel, (el veterano político que nunca ha ganado elecciones, pero anhela la grande), quien señaló, aludiendo a sus oyentes en el foro que comentamos, que es panista pero antes de ello, es mexicano, por lo que,  “El lugar que yo deba ocupar, soldado raso o general, eso lo deciden ustedes”. 

Como insinúa Claudia Ruiz Massieu, la sobrina del villano favorito por décadas, Carlos Salinas de Gortari: “buscamos formar una alianza para evitar surja un nuevo partido hegemónico”, y ante ello, declara: ““Apostemos por la reconciliación, la pluralidad, la experiencia y los valores democráticos. Estoy lista para encabezar ese proyecto”. Quien lo pensara, lo expresa una exponente del otrora partidazo. Hubo tres panistas que participaron ese lunes —Romero Hicks, Creel y Téllez— anunciándose otro más, Francisco García Cabeza de Vaca, el controvertible exgobernador de Tamaulipas, quien se presentó con un video en el programa del martes 18 (cuando la conductora fue Margarita Zavala de Calderón), quien puso como ejemplo -pésimo sin duda alguna- lo que hizo en su administración como ejecutivo tamaulipeco; también habló el depreciado Miguel Mancera, quien sin ser perredista, paradójicamente coordina en el Senado a lo que resta de ese agónico partido.

La ya afamada Lily Téllez, quien arribó a la Cámara Alta apoyada por AMLO (este aceptó en la mañanera del 20 de abril, que fue un error haberla respaldado) tras llenar de insultos a los aspirantes presidenciales morenistas y al mismo titular del ejecutivo, insistió en que debe la oposición mantener la unidad, y en su momento formar un gobierno de coalición. Siguiendo ese perfil, el diputado Romero Hicks, manifestó que el horizonte electoral se anticipa complicado, pero hay esperanza en conseguir un buen resultado, y en consecuencia, “La coalición es la verdadera expresión del fin del culto a una sola persona, la erradicación y sepultura del país de un solo hombre”.

Como surgida del pasado, la senadora tricolor Beatriz Paredes, exgobernadora tlaxcalteca, concluyó: “Es momento de definiciones”. Y su correligionario, el cachorro de Miguel de la Madrid Hurtado –padre del neoliberalismo- que fue secretario de turismo peñanietista, opinó: “Lo que necesitamos no es un caudillo”, agregando: “Para no caer en una dictadura, lo que necesitamos es un gobierno de coalición”. Es de admirar como tirios y troyanos confluyeron a este foro, más parecido a un mitin; allí, los antiguos contrincantes partidistas e ideológicos, se empalmaron y prometieron construir un frente amplio y de mantenerse en el supuesto de triunfar, para forjar un gobierno de coalición. Y eso cuesta trabajo creerlo, al solo escuchar ideas explosivas como las de Gustavo De Hoyos Walther, el expresidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), bautizado como el “Bukele mexicano”, en alusión a la manera represiva de gobernar del mandamás salvadoreño; todo porque, alega, “Los ciudadanos estamos hasta la madre de la 4T y unidos para echar a Morena de Palacio Nacional”. 

 Los dirigentes formales del PRI, PAN y PRD, los de la alianza Va por México, no se vieron en el evento, y otros suspirantes como el diputado priista Ildefonso Guajardo, se sumaron más tarde, o al día siguiente. Sin embargo, no se puede pasar inadvertido, que casi todos los ávidos concurrentes, son de muchos años de brega, veteranazos de plano, quienes añoran el pasado. En pocas palabras, sostienen que todo tiempo pasado fue mejor y si no, ansían vehementemente, recobrar el poder, aun cuando lo tengan que compartir en gobiernos de coalición.

A propósito de reandar senderos pretéritos, la candidata del prianismo en Edomex –Alejandra del Moral- se reunió con sus partidarios-activistas, les dijo “tomen su lugar en la batalla y hagan lo que saben hacer, para bien o para mal”, o sea que les leyó la cartilla,  tuerto o derecho, al, estilo de Felipe Calderón de haiga sido como haiga sido  “queremos constancia de mayoría, no de buena conducta.” A buen entendedor pocas palabras: los emisarios del pasado, amenazan con retener el poder, o en su caso recuperarlo, todo a la buena o a la mala, tal como el priismo se mantuvo gobernando, primero solo y luego con la complicidad panista. Desde luego, eso sucederá si el pueblo lo consiente cuando esté frente a las urnas.

FORJADOR DE PLANES, EJECUTOR DE EMPEÑOS: MENSAJE PÓSTUMO.

Por Pedro Vargas Avalos.

Mucho se ha escrito sobre el recientemente finado Raúl Padilla López, exrector de la Universidad de Guadalajara en el periodo 1989-1995. La mayoría inmensa de opiniones expresadas,  refieren sus importantes contribuciones a la cultura en general y especialmente a la educación universitaria. Poco se habla de sus planes no cristalizados o de plano fallidos, que como todo ser humano, es claro los tuvo, resaltando el férreo control sobre su casa de estudios.

El domingo 2 de abril, se le encontró dentro de su domicilio, exánime y con evidentes muestras de que, él mismo, se había privado la existencia. Esta circunstancia trágica, de alguna manera fue connotación de su trayectoria: su padre, el político Raúl Padilla Gutiérrez, murió el 28 de diciembre de 1972, delante del joven retoño, cuando este apenas tenía 18 años de edad. Y se asegura que, la misma arma usada por su progenitor, le sirvió a cabo para perpetrar la fatal decisión con que puso punto final a su vida, el ahora desaparecido líder moral que fue de la máxima casa de estudios de Jalisco. Los motivos, los explicó él en una misiva postrera dirigida a sus “seres queridos, amigos y universitarios.” Indudablemente aquí se encuentran, desde familiares y protegidos, hasta colaboradores, simpatizadores y  simples universitarios.

El contexto dentro del cual aconteció el deceso, lo califica como “coyuntura difícil”,  situación que evidentemente se precipitó por dos factores: uno político y otro de salud. El primero se refiere a que según su apreciación, era considerado “enemigo por las máximas autoridades federal y estatal que están dispuestas a perpetrar cualquier patraña con tal de destruir a ‘sus enemigos’.” Enseguida subraya que ese escenario no es lo determinante para su personal decisión letal, puesto que se ha enfrentado a “iguales o peores circunstancias” a las que encaró con entereza. Pero luego comunica que se ha cerciorado, que desde hacía mes y medio, padecía alzhéimer, enfermedad neurológica que produce la pérdida de la memoria: al respecto menciona que ese padecimiento en su caso, es severo y cada vez más recurrente, con lapsos de hasta diez horas, cuestión que le dificultaba crecientemente guardar las apariencias, presintiendo que lo siguiente sería más terrible, agravado por el estrés.

La conclusión del guía moral del Alma Máter jalisciense, fue descarnada, valiente y tajante: ”Ya no soy útil como en otras coyunturas” y  remata afirmando que sirve más con su partida. De esa  impresionante forma, tras pedir repetidamente perdón, abandonó este mundo, el forjador de sueños, ejecutor de empeños y muy controvertido, Raúl Padilla López.

En El Informador del lunes 3 de abril, las ocho columnas de su primera plana lo decían todo: “Muere Raúl Padilla; deja legado educativo y cultural.” Por su parte, el periódico “Mural” de la misma fecha, asienta: “Pierde U de G a su pilar”. En el diario NTR, se afirma que el ilustre ausente, era “un ícono”. El impreso “Milenio” en su versión tapatía, completaba localmente la fatídica nota: “Muere Raúl Padilla, exrector de la UdeG y gestor cultural”. Otros medios reconfirmaban la noticia y nuestro semanario Conciencia Pública, en su página inicial publicó: “El Adiós Sorpresivo de Raúl Padilla” agregando: “Conmociona su muerte al mundo Político y Cultural.”.

Al que esto escribe le tocó conocer y tratar en algunas ocasiones al extinto dirigente universitario. Cuando éste apenas era estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras (de la UdeG), coincidimos, y como lo sería en todo su porvenir, forjó el plan de ser líder del alumnado de su escuela; en ese proyecto, me incluyó y figuré en su planilla: él me exhortó para que redoblara mis afanes de escribir.

Tiempo después, el afanoso Padilla López, ocupó la presidencia de la porfiada organización estudiantil, mayoritaria cuanto tormentosa, de su época: la FEG (Federación de Estudiantes de Guadalajara). Por esos días el que escribe, se desempeñaba como Director de Averiguaciones Previas en la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado: allí, eran constantes los motivos de comunicarse, Padilla buscando defender a sus seguidores, siendo el mensajero uno de sus apreciados compañeros. Por tales causas en cierta vez, Raúl me planteó algunos planes sobre materia política, cuyo fin no era precisamente favorable para el ejecutivo estatal (Flavio Romero de Velasco). El asunto no pasó a mayores y quedó como un propósito pendiente, pero revelador de las ansias del futuro promotor del libro.

Otros dos episodios nos enlazaron: el esfuerzo por llevar a una mujer relevante a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, que el suscrito desplegó, y que el entonces diputado local Raúl Padilla, retomó: por su influencia logró que fuese, no la heroína insurgente Rita Pérez de Moreno (que proponía el autor de esta colaboración) sino la universitaria Irene Robledo. El otro incidente fue cuando buscando fortificar el Instituto de Investigaciones Jurídicas, le sugerí fuese un abogado oriundo del Estado y lacónicamente me dijo: ¿Dónde hay alguno que tenga méritos prominentes? Y se nombró a un jurista destacado foráneo.

Transcurrieron los años y luego de varios cargos importantes, Padilla López hizo méritos para aspirar a la Rectoría de la Universidad jalisciense por excelencia. Y el empeño se coronó cuando, con el respaldo del líder de facto de la Casa de Estudios (Álvaro Ramírez Ladewig) el 8 de marzo de 1989, encabezó la terna de candidatos que el Consejo General Universitario envió al gobernador  de Jalisco, Lic. Guillermo Cosío Vidaurri. Este, que fuera amigo cercano del finado padre de Raúl, lo nombró rector, el cuadragésimo tercero de la historia de la Universidad de Guadalajara, tomando posesión el 1° de abril y cubriendo el período completo de seis años. En los primeros meses de su gestión, enfrentó duros cuestionamientos de la combativa FEG y buen número de maestros, con marchas multitudinarias que estuvieron cerca de removerlo; sin embargo, con arrojo y habilidad, supo salir avante.

El crecimiento de la universidad fue palmario durante el gobierno de Carlos Rivera Aceves, sustituto de Cosío, defenestrado con motivo de las explosiones del sector Reforma de la Perla Tapatía, en abril 22 de 1992. Aprovechando la transición, llevó a cabo una trascedente tarea que agigantó a la Universidad, creando una red que cubrió a la Entidad y benefició a la juventud del occidente mexicano. Ese crédito, y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), sobre todo, le generaron una imagen de promotor formidable de la cultura y la intelectualidad, no solo de México sino del submundo hispánico, con ligas en el orbe entero.

En medio de múltiples éxitos, nuestro multicitado personaje también registró contratiempos. Quizás los mayores, fueron su encontronazo con Carlos Briseño Torres, cuadragésimo Rector (2007-28 de agosto 2008) quien intentó fallidamente, reemplazar a Padilla de su papel hegemónico en la UdeG. El triste final de ese pleito, fue la destitución de Briseño y después su lamentable suicidio, en noviembre 19 de 2009.

También podemos enlistar como decepción, su relación con el club Leones Negros de la UdeG, cuando habiendo conquistado su ascenso (regreso, más bien dicho, pues en 1994, siendo Rector Padilla López, había descendido de la primera división del futbol nacional) en 2014. El protagónico exrector, asumió la presidencia del club, con tan mal tino, que al año siguiente (2015) los melenudos volvieron a descender. Y allí sigue el equipo, en ese purgatorio del balompié, que es la actual división de ascenso.

Finalmente, un desatino en el ramo político lo constituyó su alistamiento en la campaña electoral del panista Ricardo Anaya, en abril 4 de 2018, donde fungió como Coordinador en el ramo cultural de la frustrada coalición “Por México al Frente”. El antiguo activista de izquierda, inopinadamente, se sumó a los representantes de la derecha, quienes fueron sepultados por los votantes del pueblo mexicano.

El homenaje que se rindió al finado exrector, en el paraninfo de la universidad, institución que controló los 30 años recientes, -por que recibió fuertes críticas- fue más que merecido, y allí se dijeron los panegíricos que a pulso conquistó el famoso desaparecido. El momento no era adecuado para narrar lunares, sino remarcar logros y cualidades, lo cual se cumplió con creces. 

Raúl Padilla López, líder y jefe a la par, se marchó pero su genio y figura, estarán presentes, no como un semidiós, sino como lo que fue: un característico jalisciense, que con sus defectos –porque errar es de humanos- y tesoneras cualidades, conquistó para bien de sus coterráneos, notables galardones, y con ellos, un lugar significativo en las páginas de nuestra historia.

PARTEAGUAS EN EL INE: DEL DESVARÍO A LA SENSATEZ.

Por Pedro Vargas Avalos

Desde hace varios años, las relaciones entre los dirigentes del Instituto Nacional Electoral (INE) y la presidencia de la república, con todo lo que ésta significa, se habían venido agriando. Los motivos eran varios,  pero destacan dos: origen y pretensión.

El origen de los principales actores de esa porfía, es muy distinto. El lado representado por el mandatario nacional, es la lucha política desde la oposición y su divisa resulta muy elocuente: por el bien de todos, primero los pobres. En cambio, por la parte de quienes se apoderaron del INE (su ahora exconsejero presidente y quien lo secundó ciegamente, y que fungió como consejero Ciro Murayama), su fuente fue el reparto entre partidos políticos de cuotas, enjuague pactado cuando se escogió quien sería presidente de la institución (con evidente aprobación del ejecutivo federal en turno) en los días en que se registró la mutación del antiguo IFE por el actual INE. Su complemento, a la vista de los hechos, fue su apego a los privilegios que van desde los altos ingresos hasta las prestaciones múltiples, prebendas que onerosamente usufructuaron a costas del erario y a contrapelo de la ley.

El primer magistrado federal, impulsó una política de austeridad, sostenida en reformas a la Constitución y la expedición de normas reglamentarias que se simbolizan en la Austeridad Republicana; la mira es reducir gastos exagerados en la nómina burocrática, conforme el principio de que “no debe haber un gobierno rico a la par de un pueblo pobre”, tal como venía sucediendo desde hace varias décadas en la vida pública del país. La vieja frase de que “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”, había cobrado tal vigor, que se acuñó otra máxima lastimosa: Cada sexenio brotan comaladas de millonarios. No es nada extraño que la ciudadanía, impulsada por acaecimientos como esos –entre otros factores- se volcara en las urnas en los comicios de 2018 y llevara al poder, por primera vez en nuestra historia, a una corriente de izquierda. 

El INE pretendió proyectar la idea de que representa la democracia y por lo tanto, el organismo era el ingrediente determinante de ese resultado. Eso es insostenible, porque quien fungió de elemento definitivo, fueron los votantes, es decir, el pueblo.

Los episodios que protagonizaron desde ese ya alejado 2028, los consejeros electorales, muy especialmente el que los presidió (Lorenzo Córdova) y el seguidor de él, Ciro Murayama, les ganó a pulso el título de reclamantes de cualesquier acto que calificaban de contrarios a la autonomía del INE. Las oposiciones de la llamada Cuatro T, tuvieron un asociado en esa actitud contestataria y, de variadas maneras, se advirtió que se habían aliado ambos elementos. De esa forma, surgieron enunciados que los identifican: “El INE no se toca”, es uno; otro, “Mi voto no se toca”, para culminar con el de “La democracia no se toca”.

Lo anterior solo vino a ser la cara de las diferencias entre funcionarios electorales y la Cuatro T. Lo más añejo era la tirante pugna por evitar que – a los altos funcionarios electorales- se les quitara sus emolumentos inmoderados y evidentes derroches presupuestarios, ignorando principios esenciales, ya no solo legales, sino de moral cívica y conducta pública. El rechazo visceral de la oposición a la reforma constitucional en materia electoral, que tantas cosas positivas contenía, provocó que se emitieran leyes secundarias en ese ramo, que se identificaron como Plan B: para combatirlo, unieron acciones las oposiciones  y el INE, sosteniendo falsamente, aquellos que se pretendía suprimir al organismo, y estos, según Lorenzo Córdova, que se quería destazar.

El tiempo, que todo lo vence, hizo su aparición y precisó que el período de Lorenzo y Ciro, llegaba a su término. De esa manera, el 3 de abril tomó el timón del importantísimo órgano comicial, la Licenciada en Administración Pública, de 59 años de edad y nativa de Sonora, Guadalupe Taddei  Zavala, expresidenta del Instituto Electoral sonorense, donde organizó los debates entre candidatos, así como una elección con sufragantes indígenas. Su actividad en la materia electoral es de varios lustros, en los cuales acreditó grandes aptitudes. Como no hubo acuerdo entre los partidos políticos para elegir consejeros (en total cuatro) por mayoría calificada, se llevó a cabo la selección por medio de sorteo (insaculación) realizado en la Cámara de Diputados el uno de abril. Y como ella (Taddei Zavala) lo expresó, la suerte y un acuerdo, producto del desacuerdo entre diputados, la llevó al lugar que ahora ejerce. Todas las fuerzas políticas la respaldaron, con excepción de los panistas, quienes iniciaron un juicio para desconocerla, porque según sus intolerantes dirigentes, no garantiza la imparcialidad. Lo más probable es que esa impugnación naufrague. El presidente AMLO, aseveró que el procedimiento fue bueno, pues eliminó el nefasto reparto que antes hacían los partidos.

Contrario al protagonismo de su antecesor, reconociendo la solidez del INE, la flamante presidenta –la primera en la historia del INE- se manifestó, correspondida con la Cámara baja que la sorteó; enseguida manifestó su aprensión por hacer más sin dispendio, atenta a lo que dijo es reclamo social: abatir costos de las elecciones. Y agregó su preocupación por atender a los miembros de a pie del Instituto, lo cual ni en sueños formó parte de los afanes de los consejeros salientes, todos felices con las millonarias liquidaciones que recibieron, a costillas de los contribuyentes mexicanos, quienes jamás las habrían aprobado.

Ella afirmó que buscará tener la confianza de partidos y ciudadanos en la organización y resultados de los comicios, para lo cual escuchará las voces de todos, llamando al ciudadano a votar invariablemente. Y habiéndola interrogado sobre su sueldo, dijo tajante: me sujetaré a la ley y ganaré menos que el Presidente de la república, como ordena la Constitución. Sobre sus compañeros consejeros, estableció que ella respetará su decisión, pero reiteró: la actual ley está vigente y debe acatarse. 

Algo que es trascendente fue su reflexión: el INE debe regresar a su tarea, que es organizar elecciones, dejando a los actores políticos el hacer política; y además, ha de sostener coordinación, con autoridades y demás factores, para forjar comicios excelentes. 

Un reto inmediato, es el nombrar titular de la Secretaría Ejecutiva, y para ello aseguró que procurará que sea decisión de los once consejeros del Instituto. Sobre ese tema todo observador estará muy atento, pues es el funcionario más poderoso del organismo y de él dependerá su marcha idónea. Finalmente, dejó en claro que ella no se reunirá con actores políticos fuera del local que comanda, pero subrayó, que estará pronta para recibir a todo el que la busque -para consultas- en materia de su competencia.

Los mexicanos debemos estar confiados en que el arribo de una mujer al Instituto Nacional Electoral, es un parteaguas –es decir, un antes y después- para organizar elecciones. Por ello, debemos encarar con optimismo, el decisivo año de las votaciones más grandes en la historia de la nación, las cuales tendrán verificativo el venidero 2024. En ellas, participaremos entusiastas y con la mayor convicción de que seremos  los ciudadanos quienes decidiremos el futuro de la patria.