La Puerta del Barro

Leoel Michel Velasco

De pronto te encuentras coronado por elevados cerros y algunas verdes bardas de órganos pitayeros delimitando propiedades e impidiendo la entrada o salida de animales domesticados, ojalá volvieran a organizarse para ser una comunidad única en el mundo con sus linderos de órganos Pitayeros, como antaño; su naturaleza lo reclama. Vivir en puerta es vivir en contacto pleno con ella, es amar la verde quietud, valorar el fresco oxigeno, escuchar entre cercano y lejano el aullido de coyotes, buscar la luz de las estrellas y, escucharte; cavilar, despojarte de egoísmos, desear y pensar en el otro y soñar mil sueños…

Como, llegar a Puerta de Barro, en sombreada verde ciclovía, para tomar un merecido descanso, en una comunidad espiritual de ensueños, donde un gran porcentaje de sus casas cumplen esa función en vacaciones y fines de semana, en algunas otras sus moradores son estudiantes del Instituto Tecnológico Superior de El Grullo.

La Puerta, es cuidada por una joven mujer de rizados cabellos que poco se deja ver. 

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