Historia del periodismo en El Grullo
Por: Leonel Michel Velasco
Tomado de El libro «El Murmullo de loa Tagúinches» Historias de personas grullenses de Ramón Montes Barreto.
Primero de tres
Con especial afecto dedico esta historia a mi amigo de la infancia
Leonel Michel Velasco y familia
Durante los últimos días del verano de 1970, entré a cursar mis lecciones correspondientes al primer año de secundaria en el Instituto Forja de El Grullo, Jalisco -escuela secundaria a cargo la Congregación de Hermanas del Divino Pastor surgida en la capital de Oaxaca el 14 de enero de 1900, cuando fue fundada por el Padre Antonio Repiso, Sacerdote Jesuita quien, siendo un gran misionero, eligió con mucha sensibilidad estar al lado de los pobres y más necesitados. En ese tiempo conocí a muchos nuevos compañeros que posteriormente nos convertimos en grandes amigos de la adolescencia y primera juventud, ahí fue donde conocí a Leonel Michel, quien cursaba el segundo año. En un principio, nos unieron actividades ligadas al deporte, luego cuando se decidió la construcción la cancha de básquetbol en al área central del terreno del instituto, las diferentes tareas asociadas a este proyecto, nos unieron más.
Pasaron los años y entonces, hubo otro dato que confirmó una afinidad más, porque al escoger la carrera universitaria, la elección fue por la licenciatura en psicología y además algunas actividades profesionales como la fotografía y el manejo de la información dieron otras pautas de gustos paralelos. Ahora, en nuestra adultez, resulta que compartimos el gusto por escribir y de eso se trata este trabajo que ahora preparo para su publicación. De compartir historias de personas que nos conocemos, que nos apreciamos y que compartimos valores, principios y el gusto por la vida.
Aquí me encuentro en el ejercicio de escudriñar sobre la vida y sentimientos de alguien que ha dedicado mucho tiempo para recabar noticias e información relevante en beneficio de la población de El Valle de El Grullo-Autlán-El Limón, a través de su actividad periodística en esta región, que lleva a los hogares de los habitantes del Sur de Jalisco, la información que se genera día tras día.
Leonel Michel Velasco, nació el día 10 de febrero de 1954 en El Grullo, Jalisco, México, su padre fue don Jesús Melchor Michel Corona, -mejor conocido como “Jesús el indio”- que nació en El Aguacate, municipio de El Grullo, el día 6 de enero de 1914 y, falleció el 10 de noviembre del año 2003. Su mamá fue Teresa Velasco González, quien nació el día 17 de octubre de 1917 en El Grullo, Jalisco y, falleció el 23 de julio de 1979. Sus abuelos paternos fueron don Mariano Michel Gómez, nacido en Autlán, Jalisco el 11 de febrero de 1890 y, murió el 7 de octubre de 1969 y, doña Luisa Corona Lima nacida un 19 de agosto de 1896 en El Chante, municipio de Autlán de La Grana, y fallecida el 5 de noviembre de 1977 y, sus abuelos maternos fueron don Guillermo Velasco Águila, originario de El Grullo, nacido un 6 de abril de 1888 y fallecido a los 89 años de edad y, doña Eufrasia Gonzáles Castellón, originaria de Ejutla, Jalisco quien nació en 1891 y falleció en 1970.
Le pido a Leonel para que nos platique, en primera persona del singular y con su propio estilo, cosas importantes sobre el periodismo regional y su vida:
– “Fui un privilegiado al conocer y convivir prácticamente a diario con mis abuelos. Comento que los abuelos maternos vivían a dos corrales que se conectaban entre sí, solo a una puerta de por medio. A la abuelita le hacíamos rueda más de 17 chiquillos entre parientes, amigos y vecinos del barrio, -en ese tiempo no existía la televisión-, ella tenía una gran inventiva para contarnos cuentos, fue muy hacendosa y excelente cocinera. Era un gran gusto ayudarle a menear el rompope en una gran olla de barro, disfrutando de la nata que se le adhería a la misma.
Mi abuelo materno, fue presidente municipal y participó en las reuniones junto con Porfirio Corona para el logro de la municipalidad, -fue un honor para mí ser invitado a editar un libro sobre ese tema-, era un exitoso comerciante, creador y jugador de gallos, muy religioso y dadivoso. Siendo testigo de mi prematuro nacimiento (sietemesino), supongo que, al verme tan chiquito, me dicen que cabía en una caja de zapatos y me mantenían con calor acercándome botellas de agua caliente. En esos tiempos no existía energía eléctrica. El punto es, que mi abuelo prometió mi destino al sacerdocio si yo lograba sobrevivir, razón por la que a diario me regalaba todas las pesetas de 25 centavos de su negocio -esas que trajeron los exiliados españoles a México-, para que sufragara a su tiempo mis gastos en el seminario. Vaya que de alguna manera me marcó, ya que un tiempo estuve como monaguillo y vendía en todas las misas dominicales la hojita parroquial, ganándome 50 centavos. Mi abuelo era tan dadivoso que en una ocasión me tocó ver cómo se quitó sus zapatos para regalarlos a una persona que pasó caminando descalza frente a él.
Mi padre tenía su carpintería separada por una puerta de la hermosa casa de los abuelos paternos. En mis vacaciones escolares y fines de semana, tenía que trabajar en la carpintería. Cuando me sentía con sueño, cansado o enfadado, me refugiaba en la casa y mi abuelita siempre me protegía, dejándome dormir a gusto. En pocas palabras, la abuela fue considerada por todos sus nietos como una santa mujer.
En cuanto a mi abuelo Mariano, puedo asegurar que fue uno de los primeros charros de la región y sabía dominar las suertes charras y todo lo relacionado con domar o arrendar caballos, además de la talabartería; en una ocasión con un cuero me hizo una máscara. A mi primo Raúl, le enseñó el manejo de la soga, llegando a presentar el floreo en la plaza de toros siendo ovacionado por el público ampliamente. En fin, mi abuelo, hijo de un hacendado y revolucionario, fue muy creativo y con muchos conocimientos del campo.
La influencia y el amor que recibí de mis abuelos han dejado una marca indeleble en mi vida. espero transmitir esos mismos valores a las generaciones futuras, para que el legado de mis abuelos perdure a lo largo del tiempo. Igualmente tengo muchos invaluables recuerdos de mis padres.
Mi amigo Ramón Montes, fue uno de los testigos dentro de otros logros, de la Sociedad de Estudiantes del Instituto Forja, del primer boletín estudiantil impreso, no solo en El Grullo. Me atrevo a decir que de todo el sur de nuestro estado. Nuestros coetáneos deben recordar “Ecos Estudiantiles”, órgano informativo de la sociedad de alumnos de la Escuela Secundaria Instituto Forja. En ese tiempo no existían copiadoras y la imprenta solo la conocíamos en teoría; lo elaborábamos en mimeógrafo. Razón por la que no tenía fotografías, se escribía a máquina y ahí se dibujaban los cartones o gráficos. Se editaban cincuenta copias y se vendían. Creo que Ramón cursaba el segundo año, estando yo en el tercero. Ahí fui elegido secretario de la sociedad de alumnos y me inicié, no en el periodismo como tal, sino más bien como emprendedor al incluir en el plan de trabajo, la elaboración del boletín, el cual diseñé e invité al caricaturista para que fuera el director.
Quiero comentar datos interesantes sobre quienes fueron los empresarios o las familias que empezaron con los medios impresos que predominaron en la región. Recuerdo que la primera imprenta de la región, fue de una familia de Autlán, de apellido Soltero, pero no elaboraban un periódico como tal. Aquí, en El Grullo, el primero en tener una imprenta fue don Salvador Negrete Naranjo, la cual tenía una capacidad de impresión limitada.
Para responder a la inquietud sobre cómo dio inicio del periodismo en la región, realicé una investigación y encontré la siguiente información que resulta interesante: De acuerdo con don Ernesto Medina Lima en su “Bosquejo histórico de Autlán” que publicó en 1990. En Autlán comenzó a circular en el año de 1897 un periódico que se llamó «El Motor», éste era dirigido por el doctor Francisco Romero y se imprimía en la imprenta del señor José B. Preciado. Sin que se precise el tiempo que duró en circulación, ni el número de ediciones que fueron publicadas.
Cuando éramos niños y adolescentes íbamos al centro de El Grullo, en busca de novedades, cuentos y noticias de interés general. De esta manera, recuerdo que, al estar estudiando la primaria, un vecino amigo me regaló aproximadamente cien cuentos o historietas leídas y releídas. Con éstas, me iba los domingos al jardín municipal donde se alquilaban a diez centavos, así mismo, yo estaba al pendiente del puesto de periódicos para comprar dos o tres ejemplares de cuentos recién llegados; en ese tiempo las bancas del jardín en su mayoría estaban ocupadas de lectores, no existía la tv y eran pocos los radios de onda corta. De los periódicos, se vendían el Informador; El Occidental y otro exclusivo de deportes, El Esto. De las revistas, recuerdo: Siempre y, La alarma que era una revista 100% de nota roja, cabe señalar que no existían más de quince periódicos a la venta y de Alarma aproximadamente sesenta, al tiempo surgió la revista Impacto, de la cual su director era el grullense Juan Bustillos Orozco, quién también escribía en la revista Siempre y que, en plena pandemia del COVID-19, se suicidó el 21 de diciembre de 2020.
Continuara…
«En memoria del Padre Carlitos y en honor a la valiosa labor de la querida cocinera, quienes dedicaron sus vidas a servir a los niños necesitados en el Comedor Niño de Praga. Su legado de amor y compasión perdurará en nuestros corazones. 🕊️❤️ #SiempreEnNuestrosRecuerdos»
Hola, Leonel. Quiero mandarte un fuerte abrazo desde la CdMx y refrendar mi amistad para tí, felicidades por estas líneas que nos hacen evocar momentos valiosos de nuestras vidas. Recuerdos de nuestros estudios de secundaria!
=MENTE, Ramón un saludos desde El Grullojal, la secundaria una de las mejores etapas de estudiantes y amistades que perduran. GRACIAS a ti por tu invitación para escribir tan gratos recuerdos.