Mi Guadalajarita
Por: Leonel Michel Velasco

En la región de El Grullo, Jal., Méx., se encuentra Guadalajarita: un conjunto de grandes rocas que se alzan majestuosamente y pueden ser admiradas a la distancia desde la localidad.

La novia de El Grullo es Guadalajara. Este garañón color grullo, emanado de la ex Hacienda Zacate Grullo, se asemeja a su capital Guadalajara en todo, salvo en el primer cuadro peatonal.

Tiene una plaza de armas con un kiosco de señoronas musas de diseño afrancesado, dominicales serenatas municipales con banda o sinfónica, y su rotonda de músicos, todo en honor a Euterpe, y su vocación musical. Así como su festival anual del mariachi, donde los charros rematan bailando el jarabe tapatío. Nuestro Escudo Municipal parroquial, como el distintivo Estatal de las torres de Catedral.

Hay rotondas de ilustres personajes, con la esfinge de un grullense, tanto en la hermosa Guadalajara como en la del gallardo El Grullo. El Grullo tiene su novia. ¡Sólo falta el primer cuadro peatonal!

Guadalajarita se asemeja o se figura a Guadalajara, con su caserío de piedras, sus altos edificios y entre atractivos grullos piedrones, que parecen rascacielos; aquí la tenemos muy cerquita, en mi Guadalajarita, ¡sí señor, ay, ay, ay!… ¡Ya sólo falta el primer cuadro peatonal!

Aquí la tenemos muy cerquita, como fotografía de la novia al lado de la cama, se le mira desde varios puntos del municipio y de la ciudad misma.

Por allá se mira Guadalajarita, donde los aires se arremolinan como queriendo pelar las piedras libres de tierra, descubriendo piedras sobre piedras y colosales cabezas de piedra, entre el cúmulo de gigantescas rocas de formas caprichosas humanas, animales y otras no identificadas ni clasificadas, poco vistas. Se dice, se rumora, que moran una especie de juguetones duendes.

Desnudas piedrícolas bañadas por el sol y el juego de sombras, por el sereno y cambiantes temperamentos, erosionadas o meteóricas, con cierta formación, como asemejando grandes avenidas de rascacielos sin ascensores ni ventanas.

Así la imagino, con su aire puro, sin tránsito rodante, sólo un cúmulo de estáticas piedras de todos tamaños que simulan tumultos de personas en movimiento, de mudo ruido natural, que sólo el viento se atreve a romper el misterioso silencio. Así es mi Guadalajarita, asemejando a Guadalajara, de la que más de un grullense enamorado de su recuerdo está.

Imagínese en un grupo de chiquitines de educación primaria y algunos pocos más grandecitos, guiados responsablemente en Guadalajarita: 

¿Cómo la pasarían? 

¿Qué aprenderían al romper el silencio del espacio y el tiempo? Donde ni el hambre aparece, ni el cansancio se asoma, ni la sed llega, ni el desagüe es necesario: todo suspendido, postergado, donde gana la pasión divertida y la algarabía contagiada, compartida, y hasta la contemplación solitaria, silenciosa.

“Mmm —ronroneo al interior—…, definitivamente, el conocer los rincones de tu Municipio, tu casa, debiera estar contemplado en el plan escolar”.

Imagínese las tremendas divertidas subiendo por el lomo de las gigantes rocas, entre risas, saltos y algunos saltando de piedra en piedra, experimentando advertencias, angustias, retos, miedos, resbalones, gritos a lo Tarzán y dolores agonizantes, lesiones, fantasías y aprendizajes; qué mejor educación que aquella que te marca, que te deja huella, que nunca olvidas y ni hambre sientes, así como cuando alguien cree en ti…

Definitivamente, después del desfile, realizado al fin después de ser suspendido por dos años debido a la pandemia, este viernes 16 de septiembre, iremos a Guadalajarita en busca de la varita mágica. Algunos de los nueve encomenderos (cuidadores de comunidades) aseguran haberla visto volar de un lugar a otro, como si estuviera ocultándose. 

La verdad es que cada lugar que visitamos es como una estrella de cinco puntas en este maravilloso municipio, un firmamento de estrellas, desde su exquisita naturaleza y destacados personajes del pasado y del presente, incluyendo figuras políticas, religiosas, deportistas y artistas, así como las nueve musas del kiosco de diseño grullense, en réplica al estilo afrancesado. ¡Ya sólo falta el primer cuadro peatonal! 

La salida a conocer Guadalajarita ha sido postergada por tercera vez; la traigo tanto en la mente que, por donde quiera que ande, volteo inconscientemente al noroeste buscándola, esperando ver a mi perlita Guadalajarita, hasta ahora mi platónico amor…  ¿Cuándo la conoceré?

Finalmente, rumbo a Guadalajarita, una larga caminata. Nos enteramos de que hay varios caminos: el del arroyo del Tigre, el del Colomo, o por el centro de ambos, siendo éste último el camino más corto, pero más pesado. Si es la primera incursión, se recomienda tomar el camino del Tigre, el más largo, para disfrutarlo más.

Conforme nos acercábamos, la energía del hechizo de las vivas piedras era cada vez mayor. De entrada, una gran cara de figura humanas como dándote la bienvenida; más adelante, a unos escasos trescientos cincuenta metros siguiendo el camino, al doblar por una exuberante vereda y en prolongada curva, de pronto el primer imponente piedrón, visto como el primer edificio rascacielos de Guadalajara.

Se recomienda planear el regreso mucho antes de que la oscuridad supla a la claridad. Nosotros estuvimos a punto de perdernos, si no fuera porque mi hija Victoria reconoció la piedra que nos dio la bienvenida, guiándonos a la salida. Continuamos ya más confiados, disfrutando el camino y su agradable privilegiado clima, así como la gran variedad de alimentos que ofrece el cerro, siendo lo más nutritivo en el camino del Tigre y el Colomo, de verdes caminos, encontrando guámaras moradas y amarillas, aguilotes, parotas, tunas, que ya cargábamos en la mochila, magueyes de todo tipo y muchos otros seres vivos no identificados; algunos podrás capturar en tus fotografías.

El verdadero tesoro de Guadalajarita es su magia. Las gigantes rocas inermes emanan una fuerte energía que nutre el conocimiento y nos lleva a contemplar la naturaleza de una manera única y profunda. No se trata sólo de una visita turística, sino de una experiencia transformadora que deja una huella profunda en nuestra memoria y en nuestra alma. Guadalajarita es mágico y te invita a descubrir su encanto y misterio. 

“Guadalajara, Guadalajaraaaa… aquí te tengo muy cerquita con mi Guadalajaritaaaa”.

Comments

comments