LA TRANSICION EN JALISCO.

Por Pedro Vargas Avalos.
El paso de un determinado escenario a otro distinto, es la transición. En Jalisco la ciudadanía determinó que hubiese ese tránsito, cuando el pasado julio eligió gobernantes.
El régimen emanado del panismo, fue reprobado y de esa manera se puso punto final al predominio blanquiazul de 18 años, que para muchas personas pareció eterno. Pero no hay mal que dure cien años y ya vimos que resultó cierto el adagio.
Sin embargo, gracias a la miopía de nuestros legisladores y los intereses torcidos de los políticos, se modificaron los tiempos de elección en la entidad, y de ser el primer domingo de diciembre, se “unificó” a la fecha de elecciones federales, por lo que ahora tenemos un enorme espacio de tiempo entre la elección y la toma de posesión del titular del poder ejecutivo, que se lleva a cabo el uno de marzo siguiente a los comicios en que se le elige.
Mientras esa aberración no se corrija, seguirá habiendo una especie de interregno de casi ocho meses, lo cual es negativo para la sociedad, los sectores productivos, los ayuntamientos, el gobierno saliente y el entrante. Por lo pronto, cinco meses después de la jornada electoral, estamos en vías de que se implemente la transición de poderes estatales, conforme se anunció por el gobernador electo el pasado día 18 de diciembre, al presentar un conjunto de 46 personas al que se denominó como equipo de transición.
En este abigarrado grupo, se pueden encontrar ciudadanos para casi todos los gustos, por lo que en general ha sido bien recibido por la mayoría de la comunidad jalisciense. El coordinador general, a quien se le augura podría ser Secretario General de Gobierno, (pero que él mismo declaró no saberlo) es el licenciado Ricardo Villanueva Lomelí, presidente de la FEU (2001-2004).
Para los empresarios, el hecho de conformar el cuadro mencionado figuras como Sergio García de Alba, Héctor Pérez Partida o Enrique Dau Flores, les da garantías de experiencia y oportunidades seguras. En cuanto a ciertos grupos políticos poderosos, como el denominado padillista o universitario, todo está a pedir de boca, pues muchos de los integrantes del equipo a ellos pertenecen; los priístas que supuestamente son los ganones, meditan si ciertamente tendrán la mejor tajada del poder. Hasta algunos blanquiazules o filopanistas, lograron colarse
Desde luego que faltan por aparecer nombres de políticos consustanciales al ejecutivo electo, como el Lic. Francisco Ayón que fue su sustituto en el municipio de Guadalajara o Javier Galván, el más influyente de sus regidores aliados en el mismo gobierno tapatío que encabezó Aristóteles Sandoval. De igual manera debemos considerar a funcionarios del actual ayuntamiento, que se manejan con la idea de solo estar temporalmente en tales puestos, ya que esperan el uno de marzo para brincar al aparato estatal.
El gobernador electo expresó que sus flamantes asesores cumplen con tres principios: capacidad técnica, teórica y práctica probada; disposición plena para trabajar horizontalmente con sus compañeros de labores; finalmente, compromiso y pasión por Jalisco.
De ser cierto lo anterior, es muy probable que las cosas caminen bien; sin embargo a nadie se le puede dar un cheque en blanco, y mucho menos con los antecedentes y resultados que están a la vista en tratándose de políticos, que reiteradamente nos dan pruebas de sus vicios, mentiras y atracos. Empero, el beneficio de la duda está en pie; ojalá que en esta etapa de transición resulten responsablemente eficaces, y enseguida como funcionarios, le agreguen a esos atributos, la honradez y la mística de servicio con civismo.