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FILOSOFANDO: XÓCHITL, LA BANALIDAD RAMPLONA

8 JULIO, 2023

POR: JUAN M. NEGRETE

Sábado 08 de julio de 2023.- Ella, Xóchitl Gálvez, la probable candidata de la derecha mexicana para enfrentar al que encabece la defensa y continuidad de la 4T, es una política banal. Esto de la banalidad se ha de entender al estilo del habla nuestros rancheros cuando dicen de alguien que nomás se anda por las ramas. También con la idea expuesta en dar atole con el dedodar gato por liebre y otras más.

Estas prácticas suelen asociarse a personajes atrapados en el mundo de las mentiras, la estafa y el engaño. Algunos analistas le establecen conexión con la inocuidad. Pero tal vez no estén totalmente atinados estos juicios, sobre todo si los llevamos al espinoso campo de la política, en donde hay que cocer las habas con mucho cuidado. Cierto que hay diversos tipos de mentiras. A algunas las tildamos de piadosas, a otras de medias verdades. Pero caiga en la tipificación que se quiera, la banalidad en la política tiene que ver con la mentira y eso la define de cuerpo entero.

Pues bien, a la señora Xóchitl la mece una ola rosa de los hombres ricos del país, dispuestos a recuperar las estructuras oficiales que perdieron hace cinco años. Se comporta de manera superficial. Expone sutilezas bobas como si se tratara de axiomas políticos de fondo. Anda desatada, como mariposilla, posando de flor en flor, quedando bien con tirios y troyanos. Pura impostura.

Lo más grotesco del cuadro no viene a ser el hecho de que ella misma, en su comportamiento personal, se norme por estos atavismos. Sino el hecho duro de que la plana mayor de lo que busca armarse como frente opositor al movimiento moreno también se haya soltado el pelo y haya desatado el infantilismo y la veleidad en sus proclamas y aseveraciones.

Falta todo un año para que se celebre la gran encuesta vinculante a nuestra ciudadanía. De este operativo saldrá el relevo no sólo de la figura presidencial federal, sino la composición íntegra del poder legislativo federal, junto con muchas gobernaturas y más alcaldías a todo lo extenso de la geografía nacional. Para empezar, reducir la plana tan sólo a lo que corresponda a los contendientes por el poder ejecutivo viene siendo una atrocidad política. Con el enjuague de trato banal que le imprime el bloque oligarca, ya se entiende a qué callejones sin sentido se quiere jalar al grueso de la población.

Esperemos que nuestra población termine dando oídos sordos a estas campañas sosas y sin contenidos de fondo. Antes, los oligarcas, traían al retortero a doña Lily Téllez. Pero como que no les salieron bien las cuentas con ella y metieron reversa. Bueno, habían sacado a asolear como a quince prospectos, pero uno a uno les ha venido dando las gracias y bajándose del estrado. De los que siguen en el pebetero, a la que más tajada sienten estos señores del pandero, es a la doña de que hablamos: Xóchitl. Están en el ajo todavía Santiago Creel, Beatriz Paredes y algunos ingenuos más. Ya veremos cómo termina su puja.

Nos referimos entonces a doña Xóchitl no porque sea o no la mejor carta por barajar de ese equipo viejo, que manipuló al país por décadas, sino porque en la semana que concluye y ya un poco antes se desató toda una campaña de pintura de su persona, cual si nos fuera una diva desconocida, una revelación inesperada o una dea abscondita, en cuya presencia no habíamos reparado. Y de esto hemos de escarbar lo suficiente, que apenas empieza el bongó.

Demasiadas ridiculeces se han lanzado ya al escenario, como para que nos traguemos sin masticar tales embelecos. Sostener por ejemplo que en sus definiciones políticas (se supondría que en su juventud) abrazó la propuesta trotskista, es irse demasiado lejos. ¿A qué vienen tales mafufadas? Si cuando fue joven abrazó ideales de tal radicalismo, ¿cómo vino a ser entonces funcionaria del gabinete de Fox, de identificación panista declarada, propia de la gente de la vela gorda? ¿Cómo fue alcaldesa de la delegación Miguel Hidalgo en la capital, otra vez con las siglas panistas? ¿No le llegarán de tales extravíos a las convicciones idealistas de su juventud, al menos desvaídos remordimientos que le fuercen un poco a enderezar su propio barco? Pero, en fin. De estas y muchas más extravagancias nos hemos de estar nutriendo en el año que viene, que es electorero por excelencia.

Los que sí no tienen remedio de plano son nuestros grillos locales, a los que mejor les deberíamos de dejar chiflando en la loma por tanto disparate que hilan y que nadie les vaya a la mano. Enrique Alfaro, por ejemplo, lleva cinco años expectorando y perorando, donde puede y donde no, que buscará la grande, que le tirará en serio a la manzana mayor. Se ha sentido siempre con espolones para lidiar por la silla nacional. Y de pronto nos sale con el chistorete de que siempre no, que no le va a entrar, cuando apenas va a empezar el sainete. ¿En qué quedamos pues Alfarín? ¿La cosa se rige con el humor con que se amanezca el día o de qué piña se trata?

Peor nos la espetó su acólito de marras, Clementito Castañeda, alias el Pachis. Dijeron que su partidito, el MC, no se iba a sumar al FAM. O sea que iban a dejar a los oligarcas esta vez, y también a su capo Dante Delgado, colgados de la brocha. Pero de pronto sale al ruedo el arlequín a decir que, si la candidata derechosa es Xóchitl, que entonces sí lo van a considerar y sí le van a entrar al baile. ¿Dónde les enseñarían a estos grillos locales a sostener la consistencia del discurso? En fin. Como dicen bien nuestros rancheros: Con estos bueyes hay que arar. Y se quedan tan orondos. Gracias.

LA PROXIMA DÉCADA, TIEMPO DE LA PATRIA GRANDE.

Por Pedro Vargas Avalos. 

El triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva, conocido como “Lula” en todo el mundo, ha sido una hazaña, pues venció a la derecha radical entronizada en Brasil por el ultraderechista presidente saliente Jair Bolsonaro. Este, de quien se decía que no reconocería los comicios a menos de que fuese el vencedor, finalmente no tuvo más recurso que admitir -aunque sea tácitamente- su descalabro y acudir al Tribunal Supremo brasileiro para expresar que las elecciones han terminado, y que iniciaría el período de entrega de la administración. En su tozudez, fiel a su reconocida ideología neonazi, no mencionó la palabra “derrota”, ni a su adversario victorioso, Lula.

Como el cuatrienio fascista que afortunadamente concluye, fortaleció su presencia nacional a base de imponer desfiguros y abusos (como ejemplo elocuente está la persecución que la derecha desató contra el hoy presidente electo, quien entonces fue encarcelado e inhabilitado para el proceso electoral pasado, motivo que permitió irrumpiera el radical Bolsonaro), hoy la sociedad brasileira está polarizada, y los seguidores rabiosos del régimen reaccionario, bloquean carreteras, acusan que hubo fraude electoral y hasta piden la intervención militar para evitar que arribe al poder el candidato triunfante.

Por fortuna el todavía vicepresidente de Jair Bolsonaro, Hamilton Mourao, declaró el miércoles dos reciente, no compartir que hubo fraude en las pasadas elecciones, aunque considera que «uno de los jugadores», en clara alusión al electo presidente, Luiz Inácio “Lula” da Silva, no debió de haber participado. Luego manifiesta: «Nosotros estuvimos de acuerdo en participar en un juego con otro jugador que no debería de haber jugado. Si estuvimos de acuerdo no hay nada que reclamar. A partir de ahí no tiene sentido llorar más, perdimos el juego». (entrevista para el diario ‘O Globo’ del 3-nov.22).

El liberal español, Juan Carlos Monedero, al respecto, apuntó: “Qué hermoso que un pueblo no haya creído a los mentirosos y haya vuelto a nombrar Presidente a Lula…Qué difícil es ganar unas elecciones cuando tienes al aparato del Estado en contra”. (Sin Embargo, 1 nov.2022).

El primer jefe de Estado que dialogó presencialmente con Lula, fue su vecino argentino Alberto Fernández, quien twitteó: “Felicitaciones Lula. Tu victoria abre un nuevo tiempo para la historia de América Latina. Un tiempo de esperanza y de futuro que empieza hoy mismo. Acá tenés un compañero para trabajar y soñar a lo grande el buen vivir de nuestros pueblos”. (Infobae, 31 oct. 2022).

Luego se sumó Andrés Manuel López Obrador, quien telefónicamente felicitó al popularísimo Lula -a quien le mandó un abrazo, y mencionó como mi hermano, mi compañero, mi amigo- y lo invitó a visitar México, con motivo de la reunión de países de la vertiente del océano Pacífico, a celebrase este mes de noviembre. Escribió en redes sociales el mandatario azteca: «Ganó Lula, bendito pueblo de Brasil. Habrá igualdad y humanismo». Con buen humor, el ganador de los comicios presidenciales brasileños, le aclaró a su colega mexicano que su país no era de la zona del Pacífico, al igual que Argentina, a lo que sonriente le contestó Amlo: “Pero yo los invito”, y así, afirmando que Brasil ama a México y viceversa, quedó potencialmente acordada la reunión de los tres grandes representantes de la Patria Grande, es decir de Latinoamérica.

La idea de la unión latinoamericana surgió como un concepto posterior a la Independencia de los países de Latinoamérica, y en cada una de las naciones que la componen, ha palpitado la idea de que quienes provenimos de un tronco común, lo latino, que implica el habla castellana, portuguesa y francesa, debemos marchar hombro con hombro.

La denominación de Patria Grande, se acuñó durante el siglo XIX pero se hizo frecuente años después, para referirse a la pertenencia común de los pueblos americanos, ante un deseable concierto político del subcontinente. El término, que sirve en 1922 de título a la obra del bonaerense Manuel Ugarte (1878-1951), está intrínsecamente ligado a otros como el de “unidad hispanoamericana” y a las citas de Simón Bolívar, José de San Martín y José Gervasio Artigas, en América del sur; de Cesar Sandino en Centroamérica, así como del jalisciense Francisco Severo Maldonado y varios líderes mexicanos de aquel tiempo en nuestro país. 

La Patria Grande, nuestra Latinoamérica (concepto que va más allá del muy difundido de Iberoamérica, y mejora con mucho al conocido de Hispanoamérica) requiere unión, y el surgimiento de líderes que la entienden, permiten atisbar que estamos en las vísperas de esa coordinación. El enorme cubano, Alejo Carpentier, sostenía que “En América Latina, lo maravilloso se encuentra en vuelta de cada esquina, en el desorden, en lo pintoresco de nuestras ciudades… En nuestra naturaleza… Y también en nuestra historia.” Y no le faltaba razón.

En Colombia, Gustavo Petro dio un giro al conservadurismo que había gobernado y a partir de su advenimiento al poder, fortaleció la idea de unión latinoamericana. Al primer día de su gestión, se reunió con su homólogo chileno, Gabriel Boric, y altos cargos de otros gobiernos para emprender la senda de pacto latinoamericano que prometió al pronunciar su discurso de investidura, exhortó a trabajar juntos para tal fin. Tras la junta con su colega andino, “habló de relanzar la Comunidad Andina y fortalecer la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)”. (DW, actualidad americalatina, 8-8-22).

A los anteriores mandatarios de ideas avanzadas, también podemos agregar al peruano Pedro Castillo Terrones, desde julio del año pasado mandamás de su tierra. Cuando asistió a la ciudad de México, con motivo de una asamblea de la Celac, “llamó a la más grande unidad e integración de los pueblos de América Latina y el Caribe”. Y allí, en su participación de esa VI Cumbre de la Celac en el Palacio Nacional de México, enfatizó: «Es necesario entender que unidos lograremos todo, desunidos nada».    (Andina, agencia peruana de noticias, 18-sept.2021).

Por su parte, Amlo, expresó, con motivo de ceremonias en memoria de Simón Bolívar, realizadas en el Castillo de Chapultepec en julio del año pasado, que era el momento de los países de América Latina y del Caribe para construir un nuevo tipo de integración regional y a sostener otra relación con Estados Unidos. “La propuesta es ni más ni menos que construir algo semejante a la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, nuestra realidad y a nuestras identidades”. Esta proposición, la revalidó cuando visitó Guatemala, en junio de este año, al hacer un llamado a la integración económica de América Latina, “en donde ningún país, independientemente de su ideología, sea excluido de los acuerdos”.

«Este continente debe avanzar, toda América, hacia una integración económica y comercial sin exclusiones al margen de diferencia ideológicas y en pie de igualdad entre nuestras naciones», y concluyó: “Que nadie excluya a nadie. Ya basta de las hegemonías, ya basta de las políticas que se han impuesto por más de dos siglos en nuestra América. Necesitamos la unidad, necesitamos el respeto de todos los países».

Así pues, están puestas las condiciones para que la década venidera, se cristalice la visión de nuestros próceres, los que soñaron con una Latinoamérica integral, y nuestra época, sea verdaderamente y por fin, el tiempo de la Patria Grande.

MEXICO AL ROJO VIVO.

Por Pedro Vargas Avalos

Por más esfuerzos que se hagan, no podemos soslayar la situación difícil, lamentable, por la que atraviesa el país entero, en varios aspectos. Uno mejor quisiera, invariablemente, comentar los avances en las grandes y pequeñas obras que las actuales administraciones de la república y de nuestro Estado, se han echado a cuestas para bienestar general; o glosar triunfos resonantes, como el del social demócrata Gustavo Petro en Colombia, nuestra querida y fraterna nación sudamericana. Sin embargo, la cruda realidad se impone.

En efecto, cuando aun la temible pandemia del Corona virus sigue dando de qué hablar, (aunque a decir verdad ya se tiene bajo control), la situación económica se desmejora, el renglón de la salud no atina en ser eficaz, la corrupción (cual corcel del apocalipsis) prosigue su cabalgata en todos los ámbitos, los políticos se empeñan en su anodino, cuando no, contradictorio actuar, en mucho solapados e imitados por los medios tradicionales de información y ciertos intelectuales orgánicos. Empero, el tema de la violencia que implica inseguridad y rebela crecimiento de la criminalidad, se enseñorea a los cuatro vientos del país, y lastimosamente, Jalisco corre al parejo.

Hasta alarma provoca leer o escuchar las noticias que por distintos medios nos bombardean a diario los sentidos. Por lo general, la nota roja es predominante, o al menos la información que más impacta el ánimo. Asesinatos, balaceras, desaparecidos, extorsiones, feminicidios, ilegalidades y, como cerezas de tóxico pastel, corruptelas a Dios dar.

Claro que hay muchos indicios y no pocas acciones, que especialmente del gobierno federal, y en mucho menor medida en la administración estatal o la municipal, se apuntan con el objetivo de aliviar carencias y subsanar omisiones, pero de plano han sido insuficientes o mal ejecutadas, por lo que sus resultados han dejado mucho que desear.

En cuestión económica, el solo anuncio del Banco de México de que la inflación este año de 2022 rebasará el ocho por ciento, causa cierto escalofrío, porque ya sabemos que cuando el gobierno anuncia topes, estos ordinariamente son rebasados. Y ese fenómeno, que entraña posibles carencias y segura carestía, conspira contra la población, particularmente la más desvalida.

Por lo que ve a la salud, la celebérrima pandemia que nos flageló mas de dos años, atrasó todos los planes para, como aseguraba al inicio del sexenio el presidente López Obrador, pronto tendríamos los mexicanos un sistema de salud universal semejante al de Dinamarca, es decir, eficiente, integral y calificado. El 3 de mayo pasado, declaró el primer mandatario en la consabida mañanera: “Nos hemos propuesto tener el sistema de salud funcionando de manera óptima para el primer trimestre del año próximo, … hasta que entre todos podamos lograr levantar el sistema de salud público, gratuito, no sólo el cuadro básico de medicamentos, todas las medicinas, todos los análisis clínicos, todas las intervenciones.”

Es de hacer notar que el ejecutivo de Jalisco, “porque la salud es prioridad y la pandemia lo ha demostrado”, Enrique Alfaro, presentó el plan “de infraestructura hospitalaria hasta el 2024, para llevar los servicios a zonas rezagadas y cumplir con 100 por ciento de acreditación de las unidades, con una reprogramación presupuestal que llegará a seis mil 160 millones de pesos en inversión total”.  De ambos gobernantes, solo podremos decir que una cosa es prometer y otra cumplir, por lo que concediéndoles el beneficio de la duda, como el apóstol Santo Tomás, (que dijo: ver y creer) en su momento, ya veremos y si es cierto, les creeremos.

Sobre el fenómeno de la corrupción, cuyo propósito de abatirla ha sido el lema del régimen lopezobradorista, la mera verdad que avanza muy poco, y esa levedad solo en algunos renglones del gobierno de la Cuatro T. En las demás ramas, y en las esferas de los Estados y las municipalidades, no se advierten adelantos y más bien, al decir de mucha gente, es aplicable el refrán de “en vez de andar, gateamos”. Y conste, decimos de la gente, no de las oposiciones, porque si nos atuviéramos a estas (que siempre hablan de refilón y con miras sectarias), el estado es fallido y nuestra ubicación el abismo en todos los órdenes.

Y es que nuestros políticos, casi como regla imperativa, cual escribiera el humorista Alfredo Lamont, son “individuos que nos escuchan con la mayor atención, sin oír una palabra de lo que les decimos”. (Definiciones, ed. Océano, Esp., 1983). Por ello, su interés se cifra en lo que quiere su grupo y lo que personalmente les beneficia, olvidando que representan al pueblo y que deben cuidar del bien nacional. Como afirmaba Rius, la política a la mexicana, “es el arte de robar a la gente, y que esta siga aplaudiendo”. (Pequeño Rius Ilustrado, Grijalbo, 1978). Y por lo que ve a la prensa, es bueno saber que así como se le considera el cuarto poder por su influencia en los asuntos públicos esenciales,  no debemos olvidar lo que aseveraba Malcolm X, (1925-1965) el defensor de los derechos afroamericanos: “Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido”.

Y así, remontando esta gradería de calamidades, arribamos al peldaño de la violencia, que como apuntamos, implica crímenes e inseguridad. No hay día en que no seamos sacudidos por notas estremecedoras por lo indignantes. Ante ataques en Teocaltiche, tiroteos en las cercanías de Lagos de Moreno o El Salto, por Tepatitlán y Mazamitla; fosas clandestinas en Tlajomulco, en el norte estatal, o el feraz sur y la bulliciosa costa, sin omitir el populoso centro jalisciense, el gobernador Alfaro atinó en decir que esos hechos eran por la vigilancia que se despliega: “Lo que hay es un trabajo de patrullaje…cuando tu no vigilas, cuando dejas que los delincuentes caminen libremente por las calles, pues no hay enfrentamiento.” (Mural, 19 junio 2022).

Y así se vinieron acaeciendo trágicos sucesos, en Jalisco, en Michoacán, en Guanajuato, Tamaulipas, Sinaloa y Colima; en el sureste, el norte, el centro, etc., de nuestra república. El Universal del martes 21, publicó en primera plana: “La extorsión, delito imparable. Alcanza niveles récord”.  El mismo día leemos en El Sol de México: “Aumentan en mayo los homicidios dolosos”.

A la postre, se difundió el terrible asesinato de dos jesuitas y un civil en la población de Cerocahui, municipio de Urique (Chihuahua). El aciago hecho ocurrió al mediodía del lunes 20 de junio, dentro del templo en que ejercía los religiosos. Las victimas fueron un guía de turistas de esa comunidad, (Pedro E. Palma) y dos sacerdotes de la compañía de Jesús, (Joaquín Mora y Javier Campos) de edad avanzada ambos (alrededor de 80 años) y con plausible reconocimiento comunitario, pues su vida y obra por décadas, siempre fue a favor de esa población, cuyo común denominador es la pobreza. El presunto responsable de esa atrocidad, es apodado El Chueco, reputado como cabecilla de una cuadrilla de criminales de la sierra tarahumara, (Los Salazar) que a la vez tiene conexiones con carteles de la mafia con sede en Sinaloa.

El provincial de los jesuitas en el país, Luis Gerardo Moro Madrid, con motivo de esa barbarie, expresó: “México vive una violencia criminal lacerante” (El Universal, 22 junio 2022). Y claro, demandaron justicia,  junto al esclarecimiento del feroz acontecimiento.  La gobernadora chihuahuense (Maru Campos) opinó que los sacerdotes fueron víctimas circunstanciales. Lo cierto es que inmediatamente el ejecutivo federal ordenó una indagatoria a fondo, apoyando a la autoridad de Chihuahua, (pues el homicidio es competencia del fuero común, o sea, del Estado) con elementos del ejército y la guardia nacional, que se sumaron a los de seguridad pública estatal. Los cuerpos, que habían sido sustraídos por los homicidas, fueron encontrados rápidamente y al fiero “Chueco” se le persigue denodadamente.

Con cuánta razón, al ver que México está al rojo vivo, exclamó el destacado analista Jorge Zepeda Patterson: “El infame asesinato de dos jesuitas misioneros en la sierra Tarahumara, de manera gratuita y salvaje, ha indignado a la opinión pública con sobrada razón. Una cuenta más de un largo rosario de incidentes que muestra que la población en amplios territorios se encuentra indefensa…”. (Milenio, 23-06-2022).

El Sumo Pontífice Francisco, jerarca del catolicismo mundial, es jesuita, por lo que muy particularmente se sintió lastimado, y emitió una reflexión: “Expreso mi dolor y consternación por el asesinato en México anteayer de dos religiosos jesuitas y de un laico. ¡Cuántos asesinatos en México! La violencia no resuelve los problemas, sino que sólo aumenta los sufrimientos innecesarios.”

 Ante tal enunciado, López Obrador contestó: “Estamos totalmente de acuerdo, porque hay todavía quienes piensan que la violencia hay que enfrentarla con violencia, el mal con el mal.” En consecuencia, en primer lugar, se deben abatir las causas de la violencia; ¿Cómo?, logrando que haya trabajo para todos, que tengan oportunidades los jóvenes para el estudio, que se combata la pobreza. Y lo segundo, que es importantísimo, lograr cero corrupciones y cero impunidades, lo cual incluye, agregamos nosotros, una lucha sin cuartel, pero ajustada a la ley y con el soporte de la sociedad, contra la delincuencia organizada. Solo así, estamos seguros, se le podrá someter.

DE MONREAL HASTA “ALITO”: LA CRUDEZA DE NUESTROS POLITICOS.

Por Pedro Vargas Avalos

La política es materia tan importante socialmente, que no es sano que solo los políticos se ocupen de ella, y todavía peor, que ellos exclusivamente sean quienes resuelvan su áspera problemática. Por ello llama poderosamente la atención la conducta que han observado recientemente dos mexicanos, que de la política han hecho su modus vivendi, y que nos dan lecciones de lo que debe ser y lo que no debería hacerse en cuestiones políticas. Ellos son Ricardo Monreal Ávila (RM) y Alejandro Moreno Cárdenas (a) Alito.

Estos dos personajes han sido gobernadores de sus Entidades federativas de donde son oriundos: Zacatecas y Campeche, respectivamente. En su inicio político, ambos eran priistas, pero con el paso del tiempo y las peculiares circunstancias de cada uno, RM renunció al partido tricolor, en tanto que Alito persevera en el vetusto priísmo. Los resultados en cada caso como ejecutivos de sus Estados, han sido distintos: RM es más o menos recordado entre la mayoría de sus coterráneos, en tanto que Alito es motivo de todo tipo de críticas, desde narcisista y patán, hasta rapaz.

En la actualidad, RM es senador morenista y líder de la Cámara Alta, mientras que el campechano es guía del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, y diputado federal. Ambos habían expuesto que anhelaban, y se estaban preparando a fin de ser candidatos presidenciales para el año 2024.

Tras los comicios del 6 de junio de 2021, a los dos se les señaló como causantes de las derrotas sufridas por sus respectivos partidos: a RM, sin mas pruebas que algunas conjeturas, se le endilgó la pérdida de varias alcaldías en la Ciudad de México, sobresaliendo Cuauhtémoc, donde había sido Alcalde, y la opositora que triunfó (Sandra Cuevas) considerada su discípula. Al malmirado Alito, ni como defenderlo de la debacle electoral que registró, pues de las gubernaturas jugadas (8), todas las perdió, restándole en ese entonces a su Instituto, cuatro. A la fecha ya malogró otras dos (Oaxaca e Hidalgo) y se tiene la creencia de que al paso que va, el año próximo caerán las restantes: Estado de México y Coahuila.

Ante ese panorama, la semana anterior cada uno de estos políticos, fueron centro de la atención del país entero. El senador Monreal, porque su declarada pretensión de ser abanderado presidencial de su partido (MORENA) se vio muy desmejorada, luego de una especie de mitin guinda en la ciudad de Toluca, que, bajo la convocatoria de información y unidad, realmente fue una especie de arranque de precampaña para los aspirantes a la soñada dicha candidatura.

Por su parte, Alito, el mediocre diputado pero muy cuestionado dirigente priísta, con motivo del sonado fracaso que sufrió su partido en los comicios recientes del 5 de junio, y la actitud absurda de sumarse a una “moratoria constitucional”, consistente en no aprobar “cualquier iniciativa de reforma, adición o modificación a la Constitución”, en unión a sus coaligados (PAN y PRD) de la vapuleada y antinatural alianza “Va por México”, fue conminado por sus antecesores y correligionarios, a dimitir como presidente del CEN priista, con el objetivo de reestructurar y fortalecer a su organismo. Los medios de comunicación se encargaron de difundir ambos hechos (las declaraciones de RM y el reclamo de los exjefes tricolores a Alito), con encabezados y frases que ilustran elocuentemente la posición y modo de ser de cada uno de estos dos servidores públicos.

El jefe de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) del Senado, en tan solo el martes 14, dio mas de diez conferencias (según él mismo testimonió) aclarando el porque no asistió el domingo doce a Toluca, tanto al desayuno de los jerarcas morenistas, como al mitin a las once de la mañana, donde se placeó a los tres principales aspirantes presidenciales (Sheinbaum, Ebrard y Adán Augusto López). Sobre el tentempié (que fue de 7 a 9 a.m.) manifestó que no fue invitado, y asegura que eso de debió a que en tal convite se comentó el camino a seguir para elegir candidatos, tanto a la gubernatura del Estado de México (a disputarse en 2023) como a la presidencia de la república, que estará en juego en 2024. Un punto trascendente de esa reunión, es que se acordó realizar las postulaciones correspondientes, mediante el método de las encuestas. RM al respecto fue tajante: en eso yo no estoy de acuerdo, porque he sido víctima de ellas y, según su óptica, las que instrumenta MORENA no son claras ni convincentes.

A los cargos que se le imputan de haber traicionado durante la elección de 2021 al partido guinda, responde que él no fue encargado ni de seleccionar candidatos ni de implementar campañas; que a él ni siquiera se le invitó a ningún acto político-electoral. En consecuencia, los responsables son el partido y los mandamases morenistas de la ciudad de México. Así pues, como Pilato, RM se lava las manos, pero ahonda cada día las diferencias con su partido.

Por lo que hace a su papel ante el presidente del país, asegura que jamás se confrontará con él; que ambos fundaron MORENA, que este organismo surgió para combatir las atávicas formas de hacer política del priismo, y que él solo es congruente con su modo de pensar. Por lo que, si no es uniforme a lo que piense el primer mandatario o los dirigentes partidistas, eso es lo más normal en todo partido. Ante tal idea, reitera que seguirá su lucha por ser candidato presidencial dentro de su partido, en donde ha estado desde su nacimiento y en la lid que por democratizar a la nación sostiene desde hace mas de 25 años. RM enfatiza que él es feliz en su trabajo, que es muy creyente y a diario agradece a Dios todo lo que ha recibido, por lo que no respira rencores ni odios, y respeta a sus correligionarios tanto como a sus pares de otros institutos. En pocas palabras, aun cuando sea discordante con los meros, meros, de su partido, él no se pelea ni se sale, perseverando en su idea de ser candidato, por lo que prefiere “llevar la fiesta en paz.” Maliciosamente, Monreal sembró semilla de discordia, al indicar que el domingo en Toluca, MORENA violó la ley, señalamiento al que se asirán muchos oposicionistas, siempre prestos a ver “moros con tranchete”.

El asunto de Alito es peripatético. Sus compañeros de partido, los periodistas y medios de comunicación nos dan cabal cuenta de su grotesco modo de ser. Hace un año, al integrar las candidaturas para diputados federales, al flamante presidente del CEN priista, Lorena Beaurregard, quien encabeza la Fundación Colosio, filial tabasqueña, dijo que los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional “actuaron como pandilleros, como vándalos”.(Cuestione, Verónica Martínez, 14-II-021). Y debido a los estrepitosos fiascos electorales del año pasado y del presente, dice el Reforma del día 15 de junio, que, para evitar un quebranto mayor, “Exigen expresidentes renuncia de Alito”, eso en la junta que sostuvieron un día antes, con dicho presidente del CEN. Sin embargo, después de ese reclamo, informa El Universal del mismo día: “Pese a reproches, Alito se queda”, pues como afirma el diario Milenio de igual fecha: “”Alito bateó a los once exlíderes del PRI que le exigieron renunciar.”

Con ese “No me voy”, se dice que el sentir de los ex jefazos tricolores fue de que Alito “se queda solo” (La Jornada, 15-VI-022). Así pues, acudiendo a los estatutos del partido, alegando que “fuimos electos para un periodo de cuatro años”, Alito se aferró a la presidencia (El Sol de México, íd., íd.). En tal tesitura, a pesar de la situación “compleja y crítica” del partido, el trivial Moreno Cárdenas “Mantiene la dirigencia” hasta agosto del año que entra. (Dulce Ma. Riancho en diario 24 Horas, 15 junio/022, La Razón y El Heraldo de México). Los exlíderes nacionales, empero, aclararon que “ellos cierran filas con el PRI, no con Alito” (Excelsior, 15-06-022). ¿Qué fue lo que lograron tras ese cónclave los caudillos priístas? Nos lo dice la prensa: que Alito abandone su ensueño de ser candidato presidencial, y asuma el compromiso de reorganizar el CEN y los comités estatales en general. El inefable todavía faro del priismo, listillo que es, había concentrado en espacio contiguo a donde fue la deliberación, a sus incondicionales; allí no quisieron comparecer sus predecesores exigentes, que según Ricardo Raphael “lo ven como apestado”; en su defecto los seguidores de Alito, luego que este se autoalabó, como es de esperarse, lo aplaudieron y ensalzaron, olvidando el principio de que “alabanza en labio propio es vituperio”. Y como escribe Carlos Puig: “Por eso, todo indica, ahí seguirá, si es que alguna fiscalía no lo entamba” (Milenio, 16-VI-022).

Sin embargo, una cosa si es cierta: “El PRI hoy está en ruinas, aunque Alito Moreno diga lo contrario” (Guadalupe Loaeza en Reforma, 16-VI-022). Así pues, nos comenta Jorge Zepeda Paterson (Milenio, 16- VI-22) que, en vez de nueva sangre para el PRI, este liderazgo, “resultó ser una involución y a la postre un clavo en su ataúd.” Hasta el paladín morenista, Mario Delgado, echó su cuarto a espadas y cuajado de sarcasmo twitteó: “Alito Moreno debe seguir. Ha ayudado mucho al crecimiento de nuestro movimiento, en ese gran dúo dinámico que ha formado con Marko Cortés…” 

Viendo como han actuado Monreal y Alito, en representación de los políticos mexicanos, entendemos el acierto expresado por el humorista neoyorkino Groucho Marx, sobre que los ladinos “polacos” aztecas manejan con gran astucia “el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.