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LA MARCHA ROSA: REALIDADES, FARSAS Y EXCESOS.

Por Pedro Vargas Avalos

 Este movimiento, viene a ser el tercero a partir del efectuado en 13 de noviembre de 2022, cuando al grito de “El INE no se toca”, casi llenaron el espacio entre el ángel de la independencia y el monumento a la revolución de la capital mexicana: entonces propalaron que habían sido 200 mil asistentes, aunque el gobierno del antiguo DF afirmó que solo fueron 10 mil, y otros observadores aceptaron cifras entre 50 y 60 mil partícipes. El orador estrella fue José Woldenberg, quien en suma llamó para que los mexicanos expresaran rotundo, “no al autoritarismo, … sí a un México democrático”. (Expansión Política, 13-XI-2022). A la arenga, correspondieron nutridos aplausos y vítores de los dirigentes (por sus apodos, Markitito, Alito y Chucho) de la entonces alianza del PRI, PAN y PRD, llamada Frente Amplio por México (FAM).

La segunda gran marcha rosa auspiciada por Claudio X. González y sus subalternos de la sociedad civil (¿?), fue en febrero 26 de 2023: la organización “Unidos por México 2024″, que aseguró integrar a más de 60 asociaciones, convocó a también a protestar en más de 82 ciudades del territorio nacional y el extranjero. La concentración llevó el nombre de “Mi voto no se toca”, focalizándose contra el Plan B electoral del presidente; la máxima protesta fue el zócalo de la Ciudad de México, a las 11:00 horas, donde se colocó un templete para que algunos de los representantes de las ahora -dijeron- 117 organizaciones convocantes, brindaran discursos y argumentos en contra de la reforma al INE. El orador estelar fue el exministro José Ramón Cossío, adalid de los recursos jurídicos contra la 4T, quien llamó a los ministros de la Corte para reprobar las leyes electorales del plan B. También habló la iracunda periodista Beatriz Pagés, -exdiputada priísta- quien aseveró que con las reformas que contemplaba el antedicho Plan, Amlo y seguidores “pretenden dar paso a una dictadura electoral”. (Baruc Mayen, en Infobae, 27-II-2023). Excitados, los integrantes del todavía FAM, batían las palmas y multiplicaban vivas.

Ahora pues, se llevaba a cabo la tercera gran marcha de las oposiciones, enmascaradas -como lo prueban los hechos- de sociedad civil. En la plataforma erigida en el centro de la capital azteca, tres personajes de reconocido color antiobradorista: Fernando Belaunzaran, rabioso experredista ahora panista; Amado Avendaño V., activista del Frente Cívico Nacional que juzga a Morena como enemiga de la democracia, y la panista fundadora del membrete Sociedad Civil México, Ana Lucía Medina Galindo, quien califica al presidente de sádico mediático, arengaban a la muchedumbre abigarrada, que ellos proclamaban como impresionante y que Enrique Krause, concurrente al acto vestido de paisano y cachucha, calificó como similar a las de 1968 (¡vaya figuración!, semejante a sus ideas); este afamado ingeniero-empresario de la historia-  claramente indicó que el peligro de perder la democracia y la libertad, valores conquistados con sangre, y “que no permitiremos nos los quiten”, tiene su principal riesgo, en  “el autoritarismo del presidente, el despotismo del presidente, la tiranía del presidente” y rubricó, que esa concentración si era un evento político, pero como no veía banderas del PAN, el PRI ni el PRD, “los ciudadanos son los protagonistas de esta marcha”. (X antes twitter, de Reforma, 18-II-2024). Por cierto, como no estaba la gigantesca bandera del zócalo, Leo Zuckerman (notorio antilopezobradorista) aseveró que “era una canallada y pinta de cuerpo entero a López Obrador”; junto a este comentarista, Héctor Aguilar Camín, encrespado explicó ese detalle: el mensaje siniestro del presidente fue, a los manifestantes, “yo estoy blindado aquí, (en palacio) contra ustedes que no son mexicanos y no están bajo el amparo de su bandera”. (Es la hora de opinar, Foro TV, 19-II-2024).

Haciendo un recorrido entre los miles de asistentes vestidos con indumentarias rositas, la mayoría de buena presencia física, tez blanca y porte garboso, taodo observador se podía dar cuenta del talante de ellos. Me da mucho miedo -dice Mari Carmen, señora que porta una pancarta que rotula “El diálogo democrático construye puentes, el autoritarismo levanta muros”- y exterioriza: “me da pavor que el próximo sexenio gane MORENA”; cuando la interroga un youtubero, declara que asiste a la marcha porque tiene pesadilla que los de Morena “Quieran quitar la propiedad privada.”  Por ello, considera que “Xóchitl es la mejor opción por el momento”. (Manuel Pedrero, desde el zócalo, 18-II-2024).

En la plancha del zócalo del antiguo DF, en medio de gritos de “voto libre” y pancartas que repiten “Democracia si, dictadura no”,  un furibundo pancartista, ostenta en su cartel: “Basta de pejendejadas o nos lleva la shienbada” y entrevistado, no revela como llamarse pero  manifiesta que asiste al acaecimiento porque está totalmente en contra “del loco” López Obrador, quien pretende perpetuarse en el poder a través de Sheinbaum; en cambio, Xóchitl es “una gran mujer, bien abusada”, aunque eso sí, todos los partidos le parecen corruptos, y él votará por el que sea menos.  Otro individuo, quien manifestó ser Manuel Torres, despliega una placa con solo letras grandes (4T-VT- ALV), afirma que AMLO es un político que “no está preparado para ser gobernante, …desgraciadamente lo llevó el pueblo, pero el pueblo lo va a quitar”; de ahí que votará contra quien sea, pero en contra de la 4T.

El mosaico de leyendas que esgrimían las personas que concurrieron a la manifestación del domingo 18 de febrero, eran variadísimas; muchas aludían a las encuestas conocidas hasta la fecha (favorables ampliamente en pro de Claudia Sheinbaum), tildándolas de pagadas, por lo que, reprobándolas, clamaban “sí al voto informado”.  Otros asistentes, sobre todo mujeres, manifestaban su temor por el comunismo, que podría imponerse con el lopezobradorismo, o bien otros repudiaban que México -con la 4T- pudiera ser una Cuba o Venezuela. En manos de un grupo, se podía leer un acróstico, que con el nombre Andrés, construían las palabras: A-bsurdo, N-ecio, D-emagogo, R-esentido, E-squizofrénico, S-invergüenza.

Otros cartelones esgrimían la leyenda: La Suprema Corte de Justicia no se toca, o la de “Basta del financiamiento del narco”. Muchos otros letreros, la verdad más que injuriosos al presidente del país, eran irreverencias a la moral y el lenguaje, por sus obscenidades, lo cual desmerece mucho a quienes los portaban, en general güeritos con matiz de fifí, de esas clases que ordinariamente se afrentan de las palabrotas, siempre que las pronuncien necesitados, prietitos o chairos. Como reza un viejo refrán: Lo que en el rico es alegría, en el pobre es borrachera.

“En defensa de la democracia”, fue el título de la marcha del 18 de febrero. Las organizaciones convocantes presentaron un “manifiesto ciudadano” en el que se pidió al gobierno (federal, estatales y municipales) “no meter las manos en las elecciones”, y se acusó a la administración nacional de promover “encuestas falsas para que creas que este arroz ya se coció y que la elección está definida”.

El evento llegó al cenit cuando arribó al templete el orador oficial de la manifestación, Lorenzo Córdova Vianello, precedido por José Woldenberg, santón del ramo electoral; José Ramón Cossío, quien fue ministro gracias a Fox y ahora está en retiro y la abogada Ma. Del Carmen Alanís Figueroa, expresidenta del Tribunal Electoral Federal: todos con el común denominador de tener ligas entre sí, además de jugosa pensión o ingresos elevadísimos, lo que los hace actuar con la tranquilidad de quien ve llover y no se moja. El “seudocaudillo de la democracia”, Córdova, expresó: “nos reunimos en las plazas del país para defender a la democracia y a las libertades y derechos que hoy pretenden arrebatarnos”.  Desde luego que se refiere al “dictador” AMLO (¿?).

Entre alaridos de “Fuera López” que se repitieron constantemente mientras hablaba el ex presidente del INE, señalando “no se vale destruir» las circunstancias, normas, y a las autoridades que validaron la renovación pacífica, apuntando: “No se vale exigir reglas de equidad, siendo oposición, y violarlas sistemáticamente, siendo gobierno, esa deslealtad hoy pone en peligro a nuestra democracia”. Y eso que el orador afirmó: “no estamos aquí para criticar a ningún gobierno”. (¡!)

También el señor Córdoba, rebatió las iniciativas del presidente, ahora tramitándose en el Congreso, prediciendo que, así como se detuvo el Plan A y el Plan B, de reformas electorales, las correspondientes a las propuestas del pasado 5 de febrero, no volverán a pasar por ser un “intento de arrebatarnos o debilitar nuestra democracia”. Eso sí, enfatizó: “las instituciones si se tocan, claro que sí, pero sólo si es para mejorarlas”, jamás para destazarlas, porque sería “robarnos la esperanza del futuro para regresar a un pasado autoritario que con mucho esfuerzo dejamos atrás”.  A la par del discurso, atronaban las exclamaciones de “las instituciones no se tocan” y otra vez “fuera López”. Y se agotó el discurso, mas o menos a la media hora de su inicio.

Variadas han sido las opiniones sobre esa multicitada movilidad. El mismísimo orador central (Córdova) dijo: “La democracia tiene quien la defienda. Somos muchas y muchos.   ¿Está en riesgo la democracia ¿?  Claro que no, quien eche a tocar las campanas como réquiem para la democracia, nomás no entiende lo que está pasando.” (Lorenzo Córdoba, testimonio en video de YouTube al terminar la marcha). A propósito de asistentes, estos no llegaron a los 700 mil que presumieron las oposiciones, ni los 90 mil que apreciaron las autoridades; el zócalo mide en total 46,800 metros cuadrados y estaba pleno, con las salvedades frente a Palacio Nacional, al lado de catedral, los corredores para desplazarse y las naturales separaciones entre persona y persona, por lo que considerando un promedio de 6 personas por metro, dan un total de 280,800 concurrentes: los números no tienen color y esa es la cifra real.

Xóchitl Gálvez, quien ya quisiera para su proyección una marcha como esa del 18 de febrero, declaró en un video: “Mientras México tenga ciudadanos y ciudadanas que salgan a manifestarse para defender su democracia, que ejerzan su derecho a la libre expresión de ideas, no habrá tentación autoritaria que pueda mandar al diablo a nuestras instituciones” (X, antes twitter, 18-II-24). Eso lo repitió en su registro ante el INE como candidata presidencial, el 20 del mes retropróximo, dedicando sus palabras centrales para atacar al presidente y “su candidata”: es decir, improperios en lugar de conceptos.

El historiador y maestro emérito, Lorenzo Meyer, explicó: En general, yo veo esto más positivo que negativo, pues lo que prueba es que existe real competición de ideas, reunión y democracia: el pluralismo está vivo. La derecha se inventa un demonio en Palacio para sentirse heroica: la oposición afirma que hay una dictadura, y el hecho es que tienen abierto el campo para presentar su proyecto, que a la mera hora no han mostrado. Ayer prevaleció lo que ya es natural para la derecha, decir “no se toca”: la democracia, la Constitución, el voto, el INE, los organismos autónomos, etc. O sea, quieren que el estatus quo que rige, exigen que continúe, lo cual contradice el discurso de Córdova, quien enfatizó no hubiese inmovilismo. (Los Periodistas, Sin Embargo, 19-II-024).

Entre los asistentes connotados, enemigos declarados de la Cuatro T, se vio al hijo del padre del neoliberalismo mexicano, Enrique de la Madrid, personaje central de la campaña de Xóchitl Gálvez. Minerva Hernández Ramos, senadora del Partido Acción Nacional (PAN). Mauricio Tabe, alcalde blanquiazul de Miguel Hidalgo. Marko Cortés, presidente nacional del PAN. Carlos Alazraki, espinoso publicista cercano a los partidos de oposición y Margarita Zavala de Calderón, diputada federal por el PAN y excandidata independiente -fallida- a la presidencia. 

Asimismo, se encontraban Tania Larios, secretaria general del PRI de la Ciudad de México y su correligionaria Mariana Moguel Robles, expresidenta del PRI en la capital y aspirante a diputada local; Rosario Robles Berlanga, extitular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) hoy Secretaría del Bienestar, acusada de la cuantiosa “Estafa maestra”. Y desde luego, el singular impulsor del movimiento, el magnate Claudio X. González, cabecilla de organizaciones adversarias de la administración federal, quien, en su cuenta de X, escribió: “La marcha ciudadana por la democracia es una jornada electoral anticipada. Puede ser, debe ser, presagio del 2 de junio en el que México irá a las urnas para defender su derecho a ser libre y dueño de su destino.”

Innegablemente, el acto que comentamos se registró en muchas ciudades de la república y fue una marcha político-electoral. Los tres partidos -PRI, PAN Y PRD- de “Fuerza y Corazón por México” con su virtual padrino empresarial, azuzaron y buscaron sacar ganancia del movimiento: la marcha mentía al decirse que no iban contra o a favor de nadie, empero embistieron a la aspirante de Morena y aliados, detractaron al primer mandatario y escarnecieron su investidura. Por lo tanto, la marcha fue amasijo de realidades, farsas y excesos

Concluyendo: entre los mexicanos hay diversidad, derecho a disentir, concientización y multipartidismo; la marcha fue provechosa porque al llevarse a cabo desmiente lo que la oposición pregona: que hay dictadura, carencia de libertad, ataques a la democracia, etc. En una tiranía, la marcha y los agravios infamantes jamás serían posible, en cambio, la oposición los realiza y sin recato recurre a la mentira (esencia de la antidemocracia), incentivando la polarización a la vez que desplegando “fake news” día a día, incitando incalificable guerra sucia que mancilla y degrada el noble oficio de la política. Esta actitud sórdida, aun cuando no lo crean los auspiciadores de ese movimiento, podrá resultarles contraproducente en las urnas, cuando los votantes, en uso de sus atributos, decidirán quién tiene la razón.

Por lo antedicho y de una vez por todas, entiéndase bien: la democracia mexicana, está más viva que nunca y el venidero dos de junio, pondrá a cada uno en su lugar. El que tenga ojos que vea, y quien posea entendimiento que entienda.

DESASTRE PENSIONARIO EN UDEG

POR: JUAN M. NEGRETE

El rincón por donde se va destapando la cloaca es precisamente en el rubro de las pensiones. Nuestro extenso público conocedor no está bien enterado de lo que se tiene armado en este renglón con los trabajadores universitarios. Para su mejor entendimiento habrá que dar unas breves pinceladas históricas del asunto. Eso nos permitirá venir ya con más claridad y entender lo que se quieren sacar de la manga en estos días.

Antaño la nómina laboral de la UdeG estuvo inscrita en el IMSS. Pero la inscripción no se atenía a la percepción real. Los trabajadores manuales estaban inscritos como receptores de un salario mínimo y a los docentes se nos inscribió con dos. Así transitamos muchos años, sin que esta irregularidad generara complicaciones. Pero se nos apareció la reforma al IMSS de 1997, en la que se ordenó que los recursos acumulados en la bolsa de las pensiones pasaran al modelo de las cuentas individuales y se fueran a las Afores. Los trabajadores de la UdeG no fuimos la excepción.

Por supuesto que con estas medidas se movió el avispero y fue cuando nos dimos cuenta de que cotizábamos mal. Hubo reacciones y movilizaciones serias para corregir semejantes deficiencias. La solución que encontraron los prohombres administradores de nuestra bella alma máter fue cancelar la inscripción del IMSS de todos los trabajadores. Como con esta medida tan arbitraria se iba a perder el beneficio de una pensión ya en los años del retiro, para tapar el bache escarbado abrieron otro más adelante. Decidieron conformar un fideicomiso en el que se guardara un buen billete que luego viniera a remediar los daños que se avizoraban. Y así nos quedamos.

El tal fideicomiso, al que se le nombra siempre como Sistema de Pensiones de la UdeG, se armó mediante una sangría directa al salario de los trabajadores. Y como estamos cautivos en nómina, ni cómo chistar. Se nos descuenta del cheque el diez por ciento del salario. Dijeron que la administración iba a poner el otro diez. Así que con ese veinte por ciento, son dos los arroyos financieros que lo sustentan y garantizan que todos los trabajadores recibamos ya en los años de retiro una pensión tasada al cien por ciento del salario.

La parte del monto no suena mal. Hay que reconocer que ha estado funcionando. Pero como que no es fácil caer a cuenta de que se trata de una mera medida mutualista y no del goce de un derecho laboral bien ganado y que debería cubrir la parte patronal. O sea, es una autojubilación. Pero dejemos esta discusión de lado por ahora. Quedémonos con que los fondos del tal fideicomiso, tal como se orquestó, iban a amasar una bonita suma de 38 mil millones de pesos y que garantizarían el pago puntual de las pensiones por lo menos hasta el año 2039. Fueron los números y las fechas que se manejaron y con tales cifras nos quedamos.

A finales del año pasado, en el marco de la FIL, el rector de la UdeG, Ricardo Villanueva Lomelí, soltó la presunción de que “El sistema de pensiones de la UdeG era el mejor de México y tenía una solidez financiera que garantizaba su viabilidad hasta el año 2039”. Pero hace días soltó de nuevo, de su ronco pecho, la trastada real que aqueja a ese mundo de dinero. “Apenas hay 17 mil millones de pesos en el fideicomiso y no alcanzaría esta suma a sostener el pago de las jubilaciones sino hasta el año 2032”.

Así de fino se borda en casa. Pero ya traía el remedio y el trapito. Esta deficiencia se subsana, según ellos, aumentando la aportación de los trabajadores a un cinco por ciento más de lo que recibe de su salario. La misma suma aportaría a su vez la institución. Pero para que no se sienta esta nueva erogación, en los próximos cinco años se les estaría restando a los trabajadores el uno por ciento nada más de su incremento salarial que se realiza anualmente por los ajustes de la inflación. Y todos contentos.

Como no se reflejaría esta deducción en la nómina, los pobres angelitos trabajadores de la UdeG no van a notar el descuento y, por supuesto, no se van a encorajinar. O sea que no vamos a sentir el atraco, aunque se nos arrebate la bolsa a la mala. ¡No nos daremos cuenta! ¿Cómo la ven? Allá nosotros si nos dejamos. La medida ya está tomada y hasta signada por los dos dizque sindicatos que nos representan. Pero, la neta del planeta: ¿Nos vamos a dejar? ¿Van a continuar las arbitrariedades, sin que la fuerza real laboral de la universidad les ponga freno? Los trabajadores de la UdeG tienen la palabra. Y no se diga más. Por lo pronto ya está denunciado el desaguisado.

Los carnavales de Autlán y Don Memo Roldán

In memoriam del corresponsal regional de El Occidental: periodista Guillermo Roldán.

Por: Jesús Donaciano Medina García

 Tuvo una cenaduría en pleno centro, donde se juntaban los bohemios de aquel Autlán de los años sesenta, setenta. Iba al Occidental una o dos veces a la semana. Aprovechaba para irse al Mercado Corona y degustar taquitos al pastor, tepache y tlapehue. Acudía a la iglesia de La Merced y a la Catedral. Caminaba por el centro de Guadalajara, sacaba de su maletilla una bolsa de maíz y en segundos decenas de palomas lo rodeaban atrevidas en busca del alimento. Gran espectáculo.

La época de procesos electorales y el carnaval eran las temporadas más rentables e interesantes para su trabajo. Hacía entrevistas pagadas a los políticos aspirantes… ya saben; la foto familiar con la pareja oficial, grandes proyectos y trayectorias impecables. Sonrisas amables y sabios consejos y proyectos para todos.

Don Memo, iba al Centro Universitario de la Costa Sur, a pedir información, a tratar de vender publicidad, ahí nos conocimos. 

Pues sucede que en la década de los años 90 decidimos junto con mí compadrito OSV (D.E.P) crear un semanario – quincenal regional, le pusimos “El Regional Nueva Era”. De formato tabloide, la línea editorial era atrevida: de análisis político, con secciones de cultura, arte, caricatura política, fotos eróticas de mujeres y hombres.

 Alcanzamos a editar como …9…10 números, ya teníamos algunos clientes para la publicidad y puntos de venta como en 6 municipios de la región, incluso un inversionista me invitó un café y en resumen me dijo:

  • Este periodiquito puede crecer mucho más, pero hay que meterle algo de lana…mi padre anduvo en estas andanzas de los medios…me gusta como hobby, andamos invirtiendo en medios en diversas plazas del país, en software de tercera generación…
  • Qué bien- le dije, pero tendría que consultarlo con mis socios-
  • Ah mira qué bueno que tocas ese tema, fíjate que ya hasta hemos pensado maquilar en otro lado, montar unas oficinitas decentes, contratar personal sobre todo para comercialización y un vehículo para su distribución…y sobre todo amigo: brincarle a lo digital. Puedes continuar con tus clases, pero serias el director, el que dé legalmente la cara por la firma ante la sociedad y las diversas instancias, y por supuesto; tendrás un sueldo decoroso. 
  • Suena bien…- respondí; entonces ya tendríamos que hablar más seriamente de horarios, responsabilidades, pesos y centavos…
  • Exacto, y mira Don Memo puede seguir… es de la vieja guardia, ya está viejón. Peeeroooo OSV no entra en este proyecto. No hemos tenido buenas experiencias.

Me sentí abatido, este proyecto editorial lo iniciamos románticamente con OVS y Don Memo, ese viejo corresponsal del Occidental que dibujaba el nombre del pueblo en el diario de circulación estatal, el que mandaba las pormenorizadas reseñas de las corridas de toros, no le tocó enviarlo por WhatsApp o cualquier otra plataforma, terminaba las reseñas lo antes posible y las enviaba por fax directo a la mesa de redacción de El Occidental. Al día siguiente esperaba con ansia el periódico en la Papelería Casillas, buscaba una banca con sombra, abría su coquita y en esos momentos al descubrir su nota era el hombre más brillante y feliz del mundo. 

Ocasiones especiales se presentaban cuando nos aceptaban elaborar suplementos de carnaval atiborrados de fotos, toreros, manolas, farolas, poesías y otras ocurrencias carnavalescas. Pagaban bien y se distribuían gratuitamente, principalmente en la plaza de toros, El Callejón o sitios públicos que el Patronato seleccionaba. El tiraje llegó a ser de 15 mil ejemplares, se maquilaba en las prensas de El Occidental. Publicamos sólo dos ediciones.

Conservo un suplemento fechado en febrero de 2004, en la portada aparece Pablo Hermoso de Mendoza, que se presentaría el lunes 23 de febrero de ese año, otra foto de Piedad Arias “La primera reina -1921-, en interiores una foto de la reina Mary Chuy, de las candidatas, otra de los integrantes del Patronato, reseñas de obras de Antonio Alatorre, Ernesto Medina, Atanasio Monroy, Hermilo Hernández. Incluía también el programa de lo que denominamos “El carnaval también es cultura”, que consideraba charlas, conciertos, como el del Maestro Ernesto Cano y su grupo completo “Huehecuicalt”, Luna Morena, espectáculo festivo y carnavalesco de zancos y títeres urbanos, y una muy buena exposición que se montó en el portal Guerrero de fotos históricas de reinas de carnaval y sitios emblemáticos Autlense. En ese año se presentaron: Alejandro Fernández, Joan Sebastian y Julio Preciado entre otros.

Recuerdo una ocasión que recorríamos la ruta: Autlán-Casimiro-Cuautitlán-La Villa- La Huerta -Cihuatlán, con su servidor al volante apreciando el paisaje y discutiendo con Don Memo. Íbamos por fotos, nunca salía sin sus armas: una vieja Canon, su ya mencionada libreta de taquigrafía y la lapicera en la oreja.

De alguna experiencia salía alguna nota, cobrábamos publicidad de números anteriores vendíamos (a veces) nueva publicidad más lo que fuese saliendo en el camino…incluyendo tejones, vacas, aves diversas, gusanos, víboras, tlacuaches, campesinos y zorrillos que eventualmente se cruzaban en el camino.

De esa mañana, lo que aún recuerdo es que cuando menos me di cuenta se quedó dormido camino de Cuautitlán a Villa Purificación, habíamos discutido pues yo le reprochaba los vicios y corruptelas del sistema que él tanto difundía. Él me tiraba de rojillo, de ingenuo despistado, ignorante de cómo se mueven las cosas…sin embargo se ufanaba de haber conocido a Fidel Castro y al Che Guevara en un café de la Ciudad de México, donde los cobijaba clandestinamente Fernando Gutiérrez Barrios, un poderoso y temido agente federal del gobierno de ésa época. Llegó a ser secretario de gobernación: Don Fernando.

Me encantaba que se apasionara en nuestras discusiones con su Coca-Cola que no soltaba por nada, se enojaba con facilidad, pero como no era una persona tonta también se contentaba con facilidad, no guardaba rencores. 

Al rato en el calor de la costa brindábamos con una deliciosa coca cola: “agüita negra del capitalismo yanqui”: La amistad, el perdón y el cariño por delante. 

Había que andar de regreso al Valle de Autlán por la sierra a esa hora, con los caminos solitarios, con temor a que nos fueran a bajar, promoviendo la prensa escrita y con Don Memo a un lado. Buena pareja: el de la voz y un viejón émulo del sistema, juntos ahí: más románticos que un par de insectos en la sierra.

Los camiones y tráileres siguieron comiéndose la línea en las curvas del Chorrillo, de la Cumbre, que eran de sus temas recurrentes, la agüita negra del imperialismo yanqui sigue rifando, mi compadre OSV igual que don Guillermo Roldán, que se cuenta cayó de muy mala manera de las escaleras de un billar, han fallecido y descansan en la paz del eterno oriente. A veces los extraño tal vez porque de alguna singular manera los sigo queriendo…” como el primer día”. Diría el gran Alberto Cortez.

Ah, por cierto, olvidaba mencionar que rechacé amablemente la oferta del inversionista lo cual nunca comenté con nadie.

Invadiendo carriles igual ando aún por estos barrios, y bueno, sigo creyendo como dije en un poemario que “La Verdad es lo Único que no cambia”, aunque dice la novelista Silvia Quezada que descubrió en ese poemario que encriptadamente sería “La muerte es lo Único que no cambia”. Otro furtivo escritor me dijo susurrando que ¨Dios es lo Único que no cambia”.

FILOSOFANDO: ¿HAY SALIDA AL PANTANO PENSIONARIO?

POR: JUAN M. NEGRETE

Una de las más comentadas en la semana ha sido precisamente la de las pensiones. Qué bueno que así sea. Qué bueno que se torne un tema mejor conocido de nuestro público. Es una partida que ejercen nuestros adultos de la tercera edad nada más, pero también viene a ser una expectativa de derecho para toda la fuerza de trabajo en activo. Es pues un asunto central de las remuneraciones, salarios y sueldos que se perciben o se han de recibir. Es un renglón que hemos de tener bien claro todos, tanto los de situación en activo como los ya jubilados y pensionados.

De manera más que general, tanto los voceros de la presidencia y el mismo AMLO como las repetidoras de oficio, han remarcado que el fondo de la iniciativa encierra la propuesta de subir, a nivel constitucional desde luego, la regla de que todo trabajador reciba, ya en estado de retiro, el cien por ciento que percibía de su último salario. Así de claro y así de sencillo. Que no se siga cometiendo la injusticia actual en la que muchos de los pensionados reciben del cincuenta por ciento de su última percepción y de ahí para abajo.

Si es necesario, remarcó el propio ejecutivo, la cartera de Hacienda pondrá a disposición un monto específico del erario para que sea cumplido tal objetivo. Lo importante será cercenar de tajo esta injusticia social latente, vigente y fungente por los días que corren. Hay que ponerle fin pues. Y para esto habrá que recurrir a los medios que sean necesarios. Es lo central del discurso presidencial en este punto y no tiene sombra que le opaque.

Los mismos señores de la oposición, que por sistema le están cuestionando al señor AMLO cada paso que da y cada palabra que profiere, reconocen la justeza de la medida. Aunque de inmediato le hallaron la pata de palo. Por ejemplo, Luis Cárdenas escribe ayer en El Universal lo siguiente: Prometer el 100% del salario en las pensiones de los trabajadores podría ser considerado progresista, si no fuera porque es una promesa cruel en tanto no hay recursos que le den soporte de largo plazo.

Ciertamente el tema es complejo y va a poner a trabajar a nuestros legisladores, quienes habrán de aplicarse a fondo en los detalles, en los que se dice que habita el diablo. Porque decir eso de que no hay recursos que le den soporte a la iniciativa es propio de los discursos merolicos. Por supuesto que los hay. Lo que pasa es que están distraídos o desviados. Y por ahí es por donde se han de enderezar las correcciones.

Hace tres años, en las cuentas de los rendimientos bancarios de las Afores, se leían los siguientes datos: Los mexicanos tienen 4 billones de pesos en sus cuentas individuales para el retiro. Esos recursos generaron rendimiento por 14 mil millones de pesos anuales. Pero aproximadamente el 60% se queda en manos de los bancos. (La Jornada, 2 de marzo del 2020, p. 20). Tales números no han decrecido sino aumentado en los años posteriores, pero el comportamiento de sus destinos no ha variado un ápice. Por supuesto que hay soportes económicos firmes. La cosa fina del asunto estará en ver la disposición tanto de los privados como del gobierno para poner orden final en este rubro. Es lo que va a tener que discutirse en serio y a fondo.

Lo dicho en este punto se refiere únicamente a los trabajadores que fueron sometidos a la inversión forzada en las Afores, que son los formales o registrados tanto en las nóminas del IMSS como del ISSSTE. Pero no es el universo total de nuestra fuerza de trabajo. Este espectro apenas cubre el 45% del empleo. El otro 55% vive en el infierno de la informalidad. Se calcula su número en una cifra que ronda los treinta millones de trabajadores.

De tal espectro no se dice todavía una sola palabra. ¿Seguirán invisibles? ¿Seguirán en el limbo de la explotación irredenta, sin derecho alguno de retiro? ¿No son acaso trabajadores? ¿No son mexicanos? ¿No son seres humanos? Por supuesto que es una asignatura pendiente y debe revisarse hasta con lupa, para ya poner fin en serio a esta injusticia secular que abate a nuestra población. No hemos de quitar el dedo del renglón, hasta que extirpemos tales cánceres de nuestra cotidianidad. Ahí seguimos.