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APANICADOS

Por: Pedro Vargas Avalos.

El lenguaje que los mexicanos usamos suele tener palabras muy particulares.  Algunas  son  utilizadas generalmente y hasta remontan las fronteras, por lo que se identifican como mexicanismos. Otras  no pasan de ciertas áreas geográficas bien delimitadas, o que cuando mucho abarcan uno o dos Estados; en este caso son regionalismos.

Ejemplo de las primeras existen tantos, que Francisco J. Santamaría redactó un enorme libro que intituló “Diccionario de Mexicanismos”, pero que registraba el antecedente de Félix Ramos Y Duarte, quien había escrito hacía muchísimos años otro repertorio que llamó “Diccionario de Mejicanismos, Colección de Locuciones y Frases Viciosas, Con Sus Correspondientes Criticas y Correcciones”. En ese perfil, también nuestro gran polígrafo Joaquín García Icazbalceta publicó en 1899 un “Vocabulario de Mexicanismos”.  Desde luego que sin desconocer lo muy mexicano de “achicopalar” (desanimar), “apapachar” (mimar) o “maicear” (sobornar),  la palabra más recurrente en el país, es la que empieza con “chin…” y que utilizada así, con brevedad, todo mundo sabe lo que significa.

Por lo que ve a Jalisco, tenemos el excelente libro que fue premio Jalisco 1957: “Lenguaje Popular en Jalisco” por Don Alberto Magno Brambila Pelayo,  y la colaboración del cronista tapatío Luis Páez Brotchie. Ellos nos dieron ejemplos de sobra: estramancia (treta), huizachada  (procedimiento de tinterillo) o tajarrear, (cortar).

Sin embargo, desde hace algunos lustros, se comenzó a utilizar un adjetivo que  describe el momento que vivimos, con grandes retos, los mexicanos. Este término es “apanicado” y sus varias acepciones, como apanicar, apanicarse, apanicamiento o el plural apanicados.  En estas voces, todo gira alrededor de “pánico”, es decir del miedo intenso, del sobresalto alterado.

Cuando  el 2 de octubre de 1968 sucedió la cruenta jornada que costó la vida de miles de estudiantes, la gente quedó “apanicada” ante la crueldad con que actuó el gobierno de Díaz Ordaz. En los desgobiernos de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari, la terrible devaluación del peso, o el famoso “error de diciembre” que provocó Salinas y tambaleó a Zedillo, provocó que los mexicanos nos apanicáramos. Al final el FOBAPROA apanicó a la nación.

Pero existieron muchos otros casos de apanicamiento,  antes y después de esos acontecimientos  que hemos señalado. Empero, en esos entonces, aún no aparecían los terminajos que nos ocupan en esta ocasión. 

Sin embargo a dale y dale, con los tristes o aterrorizantes hechos que angustian y acongojan a nuestros connacionales desde que Felipe Calderón abrió la guerra contra el narco hasta el momento,  “apanicarse” fue un término de recurrente uso, hasta que de plano tomó carta de naturalización.

Y es que no hay día en que no seamos impactados por escándalos de corrupción; sacudidos por enfrentamientos entre autoridades contra el crimen organizado; impresionados por convulsiones bursátiles o preocupados por declaraciones alarmantes de inversores, financieros y otros sectores, tanto de corte internacional como de índole nacional. 

A lo largo de la república, pero lamentablemente con reiteración en Jalisco, se han descubierto fosas clandestinas con decenas de asesinados. Y esto es para aterrar, para estar horrorizados, espantados y con los pelos de punta: en pocas palabras, apanicados.

¿Y qué decir de cuando, hace unos meses, se descubrieron vehículos repletos de cadáveres, paseándose de la capital tapatía a municipios cercanos, en una macabra marcha?

Y nos exasperamos al enterarnos de los miles y miles de vidas perdidas, por la pandemia que actualmente golpea a la humanidad  entera. Y nos apanicamos al enterarnos de que repunta este brutal mal del corona virus, razón por la cual en nuestra tierra se echó a andar un tristemente célebre botón de emergencia.

No obstante ese panorama tétrico, también es de apanicarse cuando vemos en calles, plazas y pueblos del Estado (por no decir del país entero) a hombres, mujeres y niños, sin guardar la sana distancia ni utilizar cubrebocas.

Bueno, hasta con motivo de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la carrera resultó tan peleada palmo a palmo, que el mismísimo Donald Trump se mostró apanicado, acusando de fraude a sus adversarios. Y para el orbe, para nuestro continente y desde luego para México, el resultado de esos comicios es sumamente trascendental.

En fin, ya sea por la inseguridad reinante, la corrupción que no ceja, la polarización que cada quien por su lado (oposiciones y gobiernos) atiza, la pandemia que amaga con repuntes mortales y muchas otras causas económicas, sociales y políticas, es bueno recordar aquella frase del aplaudido Chavo del Ocho: “Que no panda el cúnico”. Es decir, que procuremos abatir el miedo, el pánico, y de esa manera, venzamos al “apanicamiento”, que tanto mal causa a la sociedad mexicana.

Hecho Por unas Adolescentes de Secundaria

Leonel Michel Velasco

Hazañas que difícilmente podrán replicarse.

Cuando se podrá volver a esta normalidad, clases presenciales, socialización, liderazgos, participaciones, competiciones, emociones, entre otras. ¿cómo será el desarrollo de potencialidades… ante esta pronosticada e impuesta realidad diecinueve, ya que no todo es tecnología y ¿la docencia ?

De prolongarse COVID ¿Cómo afectara a las nuevas generaciones?, ¿ El autismo pasara a ser la afección de moda?, ¿Cómo afectará al deporte en general?; las artes, la economía, el ocio, la política, religiones, salud, la psique, el amor, en sí, toda actividad humana?

El coco de los kinestésicos necesitados de apapacho, de contacto. Que por hoy solo se permite visual; sin olfato, ni gusto, solo falta perder el tacto y nulificar las relaciones genitales. Para no multiplicar solo restar.

…Y dividir. Hea Hea Hu Hu

Urge conocer más a ese tal virus y conocernos más para unir sumar y vencer.

Muy conveniente seria trabajar interdiciplinadamente en el desarrollo de acciones preventivas y en su caso readaptativas, para enfrentar lo más humanamente posible los estragos y secuelas, perdidas: emotivas y materiales, con largos procesos de luto y/o economía colapsada, consecuencia de guerra virulenta.

Un equipo conformado por: Antropólogos, Sociólogos, Psicólogos sociales y demás especialidades, maestros de educación en general , Trabajadores Sociales, Médicos, Abogados, Promotores Sociales, virologos…

Dedicado todo esfuerzo a las generaciones de niños y jóvenes.

Crecen Los Contagios

Rodolfo Gonzáles Figueroa.

En el Municipio ya hay más casos. Y no sólo en el Municipio, también en la Región Costa Sur y Sierra de Amula. Y más, todo el Sur de Jalisco está contagiándose sin que, al parecer, halla modo de detener la propagación. 

Las autoridades no han hecho nada para detener este virus.

¿No sabías?

Debemos enterarnos todas y todos.

Cada vez es mayor el número de contagios. Y, al parecer, puede que se propague exponencialmente si las familias siguen abriendo su rigidez, cambiando los hábitos y dando mayor atención a lo esencial. 

Es claro cómo permanece la tendencia al alza. Por todos lados muchas personas siguen estando en contacto directo y sin cubrirse la boca, por lo que el tema crece no sólo en el país, sino, en el mundo.

El indicador es permanente, la curva no se aplana, los datos existentes no muestran ni la mitad de la realidad. Hay muchos casos escondidos, relegados, aislados que no entran en las bases de datos de quienes se encargan de medir el número de contagios.

Muchas personas no avisan y no consultan. No atienden las medidas oficiales ni mucho menos los mandatos, quizá por eso siguen reproduciéndose los huertos, chicos y grandes, medianos, en botes, en llantas o en el patio. Huertos familiares, comunitarios, escolares, pedagógicos o terapéuticos. Horizontales, verticales, circulares o cuadrados.

Donde nace un huerto se crea un foco de infección comunitaria muy saludable, es irreversible y por fortuna, no tiene control.

Mujeres en grupo, en colectivo deciden hacer otra agricultura, chiquita y a pequeña escala, pero más diversa que los monocultivos agroindustriales. Chiquita, pero más rica en conocimientos, memoria y cultura que la mecánica y asesina agroindustria.

Las niñas y niños, también se contagian, y mucho. En el Huerto y en la Milpa aprenden otras pedagogías que no estresan, sino, que liberan. Qué no enferman, sino, que sanan.

Contagios descontrolados y desmedidos que motivan la soberanía alimentaria, curvas que ascienden sin aplanarse. 

Relieves, geografías y edafologías productivas y agroecológicas que transmiten diversidad infectando a la normalidad monocultural y homogénea. 

Siguen regándose, diseminándose, reproduciéndose afortunadamente sin control, las iniciativas de autonomía y autogestión que invitan a juntarnos, a religarnos, a reconectarnos con la tierra, la biodiversidad y el territorio tan olvidado.

Eso que llaman pandemia que mata y enferma, también es origen de otra realidad que nos hace renacer y nos cura. La agricultura en nuestras manos. ¿Agriculturademia?

Ahí dónde nace una milpa entre el concreto o en el traspatio se abre una grieta que, junto con eso que llaman pandemia, terminará por fracturar y derribar a un sistema que de por sí, venía ya cayendo solito y sin vértigo.

La independencia alimentaria está trayendo consigo una ruptura al modelo de consumo, acaparamiento y despojo del mercado dominante. La soberanía alimentaria está curando a los pueblos, a los suelos y a los cielos. Los virus del capital sucumben ante el coctel microbiológico de los cuerpos agroecológicos que antes de aislarse salen al sol y a la tierra y esparcen con mucha energía y amor semillas libres para transformar sociedades.

Huertos y Milpas diversas nacen aquí y allá. 

Sal y contágiate junto con tu familia y tus seres queridos, la principal medida sanitaria es recuperar la capacidad de creatividad y transformación de tu espacio, tierra, terruño o territorio.

Sí, cada vez hay más contagios.

Sembrar una semilla en la tierra o regar plantitas, son unos de los principales síntomas. Si sientes ganas de cosechar tu propia zanahoria o algún otro alimento, felicidades, ya estás contagiad@.

DIVISION EN VEZ DE UNIDAD: PÉSIMO EJEMPLO.

Por: Pedro Vargas Avalos.

Las diferencias en nuestra nación ya no son a nivel de ideologías y partidos políticos; ni están siquiera entre los dueños del capital y las autoridades, sino que ahora se han ampliado a los niveles de gobierno: gobernadores contra el Presidente, y gobernadores entre los mismos gobernantes. Esto arrastra a grandes sectores de la población y como resultado nefasto, se radicaliza la polarización entre los mexicanos, lo cual es incomprensible e indeseable.

Que los institutos políticos tengan sus diferencias, en muchos casos abismales, es natural; pero eso no significa peligro para el país, pues la lucha por el poder contempla ese panorama de diferencias. Por medio de la democracia se dirimen tales diversificaciones y todo sigue adelante.

Que los capitanes del dinero (no todos, por cierto) tengan forcejeos con el gobierno, específicamente con el federal, es algo esperado cuando el poder público lo detentan por mandato popular, fuerzas de izquierda, como es el caso actual de nuestra República, donde se libra soterrada disputa entre el poder económico y el poder político. Es una versión semejante a la pugna que se sostuvo en el siglo XIX, entre el clero y el gobierno, lid que llevó a la Reforma y se quedó para siempre. Al menos eso consideramos nosotros y la mayoría de nuestros conciudadanos.

Pero desde hace tiempo, surgieron ciertas corrientes entre la clase gobernante, que los fue contraponiendo entre sí, y ahora tal parece que cuando más unidad nacional se necesita, se pretende fracturar a la República. Y todo por la ambición y el dinero, por más que se argumente la justicia, la inequidad y las diferencias ideológico-políticas.

La decena de ejecutivos estatales autodenominados “federalistas”, abrieron las discrepancias y llegaron a las hostilidades frente al gobierno federal. Los adjetivos que le endilgan a éste, son impulsivos: “Si AMLO sigue sin escuchar a la Alianza, ocasionará el rompimiento”, afirmó desde Monterrey el controvertido “Bronco”, Jaime Rodríguez. Alfaro, desde la Perla Tapatía expresó que el gobierno nacional: “nos ignora, ataca, insulta y nos quita lo que nos pertenece”. Silvano Aureoles, el michoacano despistado, señaló de “centralista, autoritario y tiránico” a López Obrador. Por su parte, Francisco García Cabeza de Vaca, mandatario tamaulipeco, subrayó que AMLO busca confundir al incluir todo en la corrupción; el priísta colimense Ignacio Peralta, planteó respeto hacia su Estado; el panista Javier Correa, obsesionado por lo del agua, exigió se resuelva el asunto del Tratado Internacional de Aguas México-Estados Unidos, y así los demás gobernadores de la Alianza Federalista indicaron algún cuestionamiento, denotando todos que cuando hablan de este tema (el federalismo), lo que acreditan de plano, es su poco conocimiento sobre ese sistema gubernamental. En plata pura, lo que quieren es más poder y dinero, amenazando con salirse del Pacto Fiscal (que no del Pacto Federal) sino se les complace al respecto.

Por su lado, el Presidente les contestó el martes 27 de octubre: del Pacto Federal no se puede salir nadie si no se hace una reforma constitucional al respecto; sobre el asunto de los recursos, remarcó que no se les debe un centavo a los Estados, que todo lo que contempla la Coordinación Fiscal está cubierto, y que más bien, escarbando al respecto, varias entidades federativas salen debiendo; finalmente les pide que antes de actuar, consulten a sus gobernados, recomendándoles que “se enseñen a mandar obedeciendo”. Alfaro y Aureoles, prontamente respondieron que harían consultas ciudadanas para saber si el pueblo se quería salir de la Federación.(Hernán Gómez, La Octava, 29 octubre 2020).

Para el morenista jalisciense Alejandro Puerto, la actitud de Alfaro es un despropósito y busca proyectarse políticamente dentro y fuera del Estado. Sobre ese mismo asunto, Mariana Fernández, diputada local priísta, indicó que no tiene el gobernador Alfaro integrado su Consejo de Participación Ciudadana, necesario para convocar consultas populares, agregando que solo sería un gasto innecesario pues a nadie obligaría, menos al gobierno federal. Un diputado federal emecista, Tonatiuh Bravo Padilla, defiende a capa y espada lo que el “gober” de Jalisco dice, revelando sus compromisos del momento.

Algo muy revelador es lo que sostiene el analista Mario Campa, quien afirma que si Jalisco (y esto es aplicable a sus compañeros aliancistas) se saliera del Pacto fiscal, sería como darse un balazo en el pie, pues la mayor parte de su presupuesto proviene de la Federación.

Lo malo de todo este enredo, es que siete mandatarios provenientes del partido del Presidente (MORENA) donde se incluye a la poderosa ciudad de México, se agruparon para defender la postura de AMLO y criticar a los “federalistas”, manifestando que: “la dificultad electoral que enfrentan en sus Estados” por las elecciones del año venidero, los lleva a “una desesperada acción por llamar la atención”. Siguen diciendo que esos “aliancistas” “no quieren entender “que nuestro país se encuentra en una nueva realidad política a partir del voto popular expresado en las urnas” en 2018. Exhortan a los mandatarios estatales para que se ajusten a la situación crítica que padece la nación por la pandemia, admitan que los recursos se deben aplicar proporcionalmente para evitar que haya regiones muy desarrolladas y otras demasiado atrasadas, y que por ello se ajusten al principio republicano de que “no puede haber un gobierno rico y privilegiado con pueblo pobre”.

Finalmente, tenemos a un tercer conjunto integrado por 16 entidades federativas, en las cuales, reconociendo la situación vigente como distinta a la de épocas pasadas, conforme la voluntad ciudadana se patentizó en los comicios pasados, impera la moderación; para ellos, se debe dar primerísimo lugar a la negociación, la política y el diálogo, para caminar unidos y encarar positivamente los grandes retos nacionales. Esta actitud, es la más adecuada y el sendero sobre el cual deberían andar todos los actores políticos de la República.

Es tiempo, ahora más que nunca, de unidad nacional, no de sembrar divisiones y mucho menos gestar enconos. La democracia da opciones para corregir rumbos cuando es menester. A ella debemos apegarnos, y si lo sabemos hacer, daremos a México la certeza de que pronto saldremos de esta crisis, y lo haremos más robustecidos para poder ampliar el horizonte de nuestra patria.