IN MEMORIAM: DOS JALISCIENSES PILARES DE LA COMUNICACIÓN.

POR PEDRO VARGAS AVALOS


El primero de estos dos distinguidos comunicadores, lo fue Ignacio Martín del
Campo Ramírez, a quien amistosamente lo conocíamos como Nacho Martín del Campo.
Fue un tapatío vehemente: siempre procuró enaltecer a Guadalajara y en general a
Jalisco.
El gentil Nacho, se desempeñó en variadas facetas en general referentes con la
comunicación, especialmente radiofónica y televisiva. En los años ochenta, dirigió a la
entonces popularísima estación de radio XEW, identificada como “La voz de la América
Latina desde México”. En tal calidad, me tocó comentar su conferencia dictada en la
Universidad del Valle de Atemajac, organizada para conmemorar los 25 años de la
fundación de la primera escuela de periodismo en nuestra Atenas jalisciense, la bellísima
Guadalajara; el tema desarrollado con aplaudido estilo, fue el periodismo radiofónico,
que era su especialidad.
Su calidad humana se advirtió en un evento realizado -a principios de diciembre de
1988- con motivo de los 28 años de prodigar sonrisas a la niñez por parte del entonces
popular Francisco Javier Contreras, “Paquín”, reconociendo la trascendencia de ese actor
en la radiofonía local. En julio de 1991, los jefes de Estado y de Gobierno de 21 países
miembros de la Comunidad Iberoamericana de Naciones se reunieron en Guadalajara
para sentar las bases de la Conferencia Iberoamericana; Nacho encabezó las actividades
de divulgación de dicha magna reunión (por medio la W radio), y el suscrito participé
como opinante.
En 1993 nació el Consejo Consultivo del Sistema del Sistema Jalisciense de Radio
y Televisión, siendo llamado a ser consejero del m ismo. Para fines del año siguiente, ya
se tenía un proyecto para fortalecer ese organismo, con el fin de que esos medios de
información de carácter oficial facilitaran la promoción cultural en el Estado, plan que se
llevó a cabo en 1995. En este mismo año, desempeñándose como director de Televisión
Tapatía, canal 6, luchó por evitar su desaparición, la cual se decía era promovida por
accionistas de la empresa, aclarando que la fuente televisiva se conservaría.
Nacho, complementaba sus tareas administrativas radiodifusoras, participando en
programas de entrevistas, en cuya faceta me tocó colaborar con él. encabezó antes y
después del año 2000, la comisión de difusión de la COPARMEX y colaboró cuando el

actual gobernador electo de la Entidad dirigió a esa institución patronal. Por cierto, en
estos tiempos fue asesor en materia comunicadora del gobierno local.
Es de señalar, que también dirigió el canal 4 de Televisa Guadalajara y en 2003 el
programa diario de servicio a la comunidad “Hasta la Cocina y algo más”, lo codirigió junto
a Lupita Venegas.
Martín del Campo Ramírez coadyuvó constantemente en todo lo que fuera útil
para desarrollar al Estado. Participando en el CESJAL (Consejo Económico y Social del
Estado de Jalisco para el Desarrollo y la Competitividad, el 13 de mayo de 2013 hizo
púbico el esfuerzo que se realizó para que el gobierno de Jorge Aristóteles Sandoval,
quien auspiciaba un Pacto para Jalisco, dejara a un lado las declaraciones y se abocara a
instrumentar soluciones que reclamaba la sociedad para el crecimiento de todos los
sectores estatales. Para octubre de este año, impulsó una denuncia contra la Secretaría
del Trabajo, en razón a que se había convertido en “guarida de ladrones de cuello blanco”.
Gente de bien, excelente plática y de invariable actitud solidaria, Nacho Martín del
Campo, el jalisciense nacido en esta ciudad capital del Estado, un 4 de enero de 1953,
sorpresivamente falleció en su tierra natal el 17 de agosto del presente año. Un cercano
amigo se expresó así: Fue un hombre que se impuso a los tiempos difíciles, ayudó
invariablemente a sus semejantes, pugnó por la grandeza de Jalisco y honró la amistad.
El segundo de los paisanos que paso a la eternidad el 13 del presente mes de
octubre, fue el nativo -29 de diciembre de 1939- del sereno pueblo de Jocotepec, en las
cercanías del gran lago de Chapala: el abogado Jesús Pérez Loza.
La familia del destacado jurista y hombre de prensa, además de notable cultura, al
hacer público el sensible hecho, escribió que fue “abogado de profesión, periodista de
vocación, académico universitario y estudioso de la Filosofía y la Historia”. Nosotros
agregamos que también lo caracterizó la honradez, su gentileza y eminentes servicios en
fusión de la amistad. Fue su esposa doña María de los Ángeles Hernández, con quien
procreó a sus hijos Fernando y Jesús Francisco.
Chuy Pérez Loza, fue hombre sencillo y no presumía lo mucho que compendió en
su conocimiento. Reportero esforzado y articulista penetrante, en numerosas ocasiones
dio muestras de su valentía frente a las arbitrariedades de las autoridades.
Enalteció a los organismos en donde militó, como Prensa Unida de Guadalajara,
en donde fugió como directivo. Un organismo al cual dedicó muchos de sus desvelos fue
el Club de Periodistas que desde 1972 ocupó gran parte de sus preocupaciones. Pero ya
antes había prestado servicios en impresos como Fiesta Brava (1959), El Sol de
Guadalajara, El Occidental, El Diario y ya recientemente, en Crónica de Jalisco, así como
en el órgano digital Axios, y desde luego, en las redes sociales. Por cierto, en 2017 se le
otorgó el galardón “Ricardo Flores Magón”
Pérez Loza, si de vocación fue periodista, de profesión se desempeñó como
abogado y ejerció la carrera. Ejerció como maestro y se perfeccionó cursando la maestría
en Metodología de la Enseñanza.

Desempeño varios cargos públicos, tanto en Zapopan con el Ing. Alberto Mora
López, como en el Banco Nacional de Crédito Rural, y desde luego como catedrático
universitario. En todos y cada uno de sus puestos, se caracterizó por su honestidad y
espíritu de colaboración. Bien dice el experimentado periodista Juan Carlos Amaral:
“Descanse en paz un auténtico veterano de la información y el periodismo que siempre se
ganó el respeto”.
Nos unimos a ese pensamiento y al sentir de sus deudos: Fue un hombre íntegro,
que vivió con valores y rectitud, para ejemplo de amigos, familiares y conocidos.
En suma, pues, Jalisco perdió a dos pilares de la comunicación, el servicio, la
cultura y el civismo. Nuestro deber es rendirles honor permanente a su vida y obra.

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