Más de Cuarenta Años, Quemando Caña

Leonel Michel Velasco

Cuando la quema de caña eclipsa el sol, igualmente eclipsa a El Grullo, como tratando de ocultar sus prejuicios y exaltar los beneficios al ver caer las tiznaduras que son tiznaderas, como si fueran billetes, el MANÁ que cae del cielo.

Del cielo caen mugres de perjuicios, daños irreversibles a lo que fueron fértiles tierras, que competían presumiendo su fertilidad a nivel nacional.

Así mismo ante el mundo se presenta El Grullo, como un sucia población, en temporada de zafra y fiestas.

La absorción del hollín atenta contra la salud poblacional, ¿qué decir de los afectados de las vías respiratorias? ¿De las amas de casa que dedican gran tiempo a la limpieza tras una intensa lluvia tiznada, continuando su goteo, a caprichos del viento todo el día y hasta otros días?

¿Cómo ocultar el prejuicio del monocultivo por más de cuarenta años, al grado que ni todo lo ganado por esos años alcanzará para devolverle su fertilidad a nuestra querida tierra. (Cuando la agricultura de los sabios viejos, alternando cultivos, era sembrar en temporal y/o riego y, en la misma yunta, maíz y calabaza y hasta pastoreo, en equilibrada simbiosis con la sagrada tierra, pan nuestro de cada día…; prácticas generadoras de empleos directos e indirectos). 

¿Cómo ocultar la muerte de millones de microorganismos y otros seres silvestres alcanzados por las voraces llamas y, que decir de la tierra, que poco le ha faltado para convertirse en  un gran COMAL de barro? así como la gran cantidad de oxigeno quemado y muy ahora en tiempos de pandemia… nota: (con o sin pandemia, los grullenses debemos usar el cubrebocas, sobre todo en tiempos de zafra)

¿Cómo pedirle al Ayuntamiento actual, así como a los candidatos de los partidos contendientes, acciones, propuestas que ingresen a las arcas del municipio, vía fuertes multas de los quemadores de caña?

Por nuestra SALUD por nuestra ECONOMIA; por favor no la chiflen, ya no quemen la caña, no atenten nuestra sustentabilidad.

¿Hasta cuándo?

Se dejará de contaminar, ensuciar y, dejaremos de absorber tiznaderas…

Cuando se elevan las tiznaduras por la permisiva e innecesaria quema de la caña, para luego ir cayendo desprendiéndose con el roce del viento pequeñas partículas invisibles que absorbemos, como si fuéramos fumadores pasivos y, si muy pasivos…, 

Y las partículas de tizne que inundan todo, taponando cañerías de techos, introduciéndose entre los tejados cayendo poco a poco ensuciando nuestros hogares, las calles los jardines en fin contaminando todo, por unos pocos pesos para unos pocos que ya nos les gusta el trabajo duro, de aquellos tiempos… 

¿Hasta cuándo las autoridades impondrán multas considerables que frenen a los quemadores?…

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