Balance Final.

POR PEDRO VARGAS AVALOS.
No hay plazo que no se llegue ni fecha que no se cumpla. El final del período de Felipe Calderón Hinojosa expira este último día de noviembre; lo que sigue nos tiene haciendo conjeturas, porque seguridad de que nos vaya bien no existe, pero si la esperanza de que al menos no resulte el venidero sexenio tan de lamentar como el que se va.

     De las fanfarrias con que celebró el pueblo mexicano el arribo de la alternancia el año 2000, cuando se pedía a Vicente Fox que no nos fuera a fallar, -y falló rotundamente al no hacer verdaderos cambios pero si dirigir frívolamente al país- hemos terminado con el reclamo a Calderón de que termine la violencia, la inseguridad, el empobrecimiento de la población y el acoso de los órganos del gobierno sobre los ciudadanos: no mas crimen, injusticias, ni sangre.

     El hombre que presumía las manos limpias, se retira dejando un panorama de suciedad en la clase política; para los que duden solo vean lo que ha pasado en las administraciones panistas, poniendo como ejemplo no solo al gobierno federal, sino a casi cualesquier Entidad federativa, pero sin ir lejos a los diputados de Jalisco de las legislaturas 58 y 59, que son para dar náuseas, sin dejar de lado a bastantes alcaldes y desde luego, a muchos colaboradores del ejecutivo y a quien responde como su jefe y fue bautizado popularmente como “gober piadoso” o “gober generoso”, para no recordar la mentada que lo hizo más célebre.

     El mandatario que prometió se presidente del empleo, nos lega una altísimo nivel de gente sin trabajo. Y la mayoría de los que lo tienen, con pésimos ingresos, salvo claro está, la alta burocracia y los empresarios súper enriquecidos.

     En la nación se refinaron los controles de los grupos de presión como los pulpos televisivos o las grandes empresas que explotan y ni siquiera tienen la delicadeza de aportar al fisco de manera decente: regatean y finalmente hasta reclaman, obteniendo jugosas devoluciones. Y ahora traen la cantaleta de que para fortalecer la hacienda pública, se aumente el IVA sin perdonar alimentos ni medicinas; es decir, que al perro mas flaco se le carguen todas las pulgas.

     No le falta razón al excandidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas, cuando al hacer un balance del régimen que fenece, dice: “Más allá de que haya algunos o muchos kilómetros más de carreteras y algunas nuevas escuelas o nuevos hospitales, el balance es el fortísimo deterioro social, la gran desigualdad social, la pobreza y la insuficiencia de crecimiento, mas la violencia que no ha sido controlada…”
A juicio de Enrique Krauze, el presidente admite que será recordado por lo que él bautizó como la guerra al narco y su aterrador balance: 60 mil muertos, o como dicen otros, 70 o cien mil, los que Ud., lector, considere cifra mas cercana a la verdad.

     Asegura el autor antedicho, que Calderón es desconfiado por naturaleza, y que a ello se debe no haber atraído colaboradores que le hubieren asesorado adecuadamente; llevó amigos y no se debe gobernar solo con ellos, porque suelen ser dóciles subalternos. Véase el caso de la emigración, que tiene doble faceta: la mexicana en Estados Unidos es maltratada, en tanto que la proveniente de centro y Sudamérica, en México es humillada. ¿Que hizo Calderón con sus ministros?, deplorable, lamentable papel.

     En fin; el balance final del docenio panista, tristemente es negativo; se acaba un período, y los dos abanderados del mismo, que abarca doce años, pasarán a la historia como presidentes fallidos. El color rosáceo del año 2000, pálido a los seis años, se tornó en rojo al concluir el 2012. Como la esperanza muere al último, confiemos en que el venidero período sea benigno para los mexicanos.

Comments

comments