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Un noviciado escaldoso

J. Manuel Negrete

Una vez concluido este período de gracia se desata el vendaval de los señalamientos y empiezan a desaparecer los requiebros de afecto o cariño declarado. Se guardan las distancias e inicia la lupa inquisidora, la cual, por otra parte, debe encontrar espacios de aprobación. Por ahí se va construyendo y consolidando la imagen de credibilidad y de aceptación para los nuevos gobiernos instalados. Es período de prueba y hay que saldarlo en positivo. De no ser así, se precipitan las variables negativas, a cuál más y mejor. Se supone que es una etapa deconsenso colectivo, que no dura para siempre.

Pues bien, doña Claudia va a cumplir apenas un mes en la titularidad del poder ejecutivo federal. Está gozando a plenitud de la aprobación por el arranque de su gobierno. No quiere decir que se le ha venido presentando el manejo del país y nuestras dificultades permanentes como si su tranvía corriera en miel sobre hojuelas. Nada de eso. Las complicaciones más serias que sacuden nuestra comuna le saltaron de inmediato al escenario y no le ha quedado de otra sino enfrentarlas.

Tres o cuatro focos de nuestras explosiones de violencia saltaron de inmediato a palestra. La que se vive en Chiapas es insondable. Desde que dio la cara el EZLN, viven allá en el sobresalto permanente, sobre todo las comunidades indígenas, confrontadas con los ricardos y viejos hacendados de aquellos lares. Por si fuera poco, esto mediatiza todo este enredo la presencia de los cárteles del crimen organizado. Muchos pintan tan tétrico el escenario chiapaneco que pronostican el estallido de una indeseable guerra civil. Las alarmas están prendidas y hay que hacerles caso.

Otro estado, siempre convulso, es el de Guerrero. Casi no hay región de esta entidad que no viva inserta en la violencia desbordada. Se sabe que derivan todos estos hechos denigrantes del enfrentamiento abierto ya entre las bandas del crimen organizado, de los cárteles de la droga, que cobran piso, extorsionan e imponen su ‘ley’ a cuanto ciudadano cae en sus garras. No es nuevo el deterioro que se vive en la entidad, a cuyas desgracias se suman luego los desastres naturales que la asuelan un año sí y el otro también.

La buena fortuna de una de nuestras regiones más nobles, como lo es el Bajío, también está soportando la purulencia derivada de la presencia de las bandas delincuenciales en disputa. No pasa día en el que no sea noticia nacional una masacre en Celaya, otra en Silao, y así en sus diferentes rincones, otrora idílicos. Se sabe que la medicina amarga de estos cárteles, aparte del control de las drogas, incluye la disputa por los espacios clandestinos del huachicoleo. Del atraco de esta materia prima energética han hecho su agosto los grupos armados en disputa. La única que no se aparece por ningún lado en Guanajuato es el hada madrina de la paz. O la secuestraron, o de plano ha de vivir soterrada ya casi sin signos vitales en algún sótano perdido de tan bellos rincones de nuestra patria.

Pero el conflicto que ha parado el dedo por estos últimos días, a los que tuvo que afrontar como tarea prima la señora Sheinbaum, vino a ser la guerra declarada entre las dos bandas sinaloenses, de las que se ha dicho siempre que son los productores y traficantes de las drogas más poderosas del país. Su presencia posee relevancia hasta mundial por su contacto con el mercado consumidor de drogas más grande del planeta, que es la unión americana. Si la materia prima para este gran consumidor le llega de cualquier girón del planeta, es evidente que por nuestra frontera norte hayan hecho la vía de traslado más efectiva. Y en ese enredo se están llevando a todo el país entre las patas, dicho con todo comedimiento.

Hay muchos otros líos, aunque de menor calado, que le han dado cara para afrontar a nuestra dama en el poder ejecutivo. El más escandaloso de todos viene a ser el conflicto con el poder judicial. Tal vez no lo sea con todo el espectro de los togados, sino fundamentalmente con la que conocemos como la suprema corta (SCJN). En los estertores del sexenio recién concluido, el reformador constituyente aprobó que el poder judicial fuera sometido al veredicto de las urnas. Dio los pasos conducentes para establecer esta nueva normativa y quedó establecida en nuestra Ley Fundamental.

Pero como si no hubiese sido plantada como directriz constitucional. Los señores togados viven una convulsión permanente y ensayan a dañar la imagen del nuevo gobierno, para presentarla con la cara de hereje que nos la vuelve repulsiva. Le han girado datos, documentos, amparos, dicterios e impugnaciones, apelaciones y huizachadas al por mayor. Y no podía ser de otra manera, porque, para trampas y dobles discursos, los señores del poder judicial se pintan solos. Aunque pareciera que ya empiezan a bajarle el tono a sus exabruptos, todavía no se canta la ranchera final. Quedemos atentos pues a mirar en qué termina tanto sainete tan descosido y tantos alaridos tan descompuestos. Aún le quedan dos meses vitales al premio del noviciado.

IN MEMORIAM: DOS JALISCIENSES PILARES DE LA COMUNICACIÓN.

POR PEDRO VARGAS AVALOS


El primero de estos dos distinguidos comunicadores, lo fue Ignacio Martín del
Campo Ramírez, a quien amistosamente lo conocíamos como Nacho Martín del Campo.
Fue un tapatío vehemente: siempre procuró enaltecer a Guadalajara y en general a
Jalisco.
El gentil Nacho, se desempeñó en variadas facetas en general referentes con la
comunicación, especialmente radiofónica y televisiva. En los años ochenta, dirigió a la
entonces popularísima estación de radio XEW, identificada como “La voz de la América
Latina desde México”. En tal calidad, me tocó comentar su conferencia dictada en la
Universidad del Valle de Atemajac, organizada para conmemorar los 25 años de la
fundación de la primera escuela de periodismo en nuestra Atenas jalisciense, la bellísima
Guadalajara; el tema desarrollado con aplaudido estilo, fue el periodismo radiofónico,
que era su especialidad.
Su calidad humana se advirtió en un evento realizado -a principios de diciembre de
1988- con motivo de los 28 años de prodigar sonrisas a la niñez por parte del entonces
popular Francisco Javier Contreras, “Paquín”, reconociendo la trascendencia de ese actor
en la radiofonía local. En julio de 1991, los jefes de Estado y de Gobierno de 21 países
miembros de la Comunidad Iberoamericana de Naciones se reunieron en Guadalajara
para sentar las bases de la Conferencia Iberoamericana; Nacho encabezó las actividades
de divulgación de dicha magna reunión (por medio la W radio), y el suscrito participé
como opinante.
En 1993 nació el Consejo Consultivo del Sistema del Sistema Jalisciense de Radio
y Televisión, siendo llamado a ser consejero del m ismo. Para fines del año siguiente, ya
se tenía un proyecto para fortalecer ese organismo, con el fin de que esos medios de
información de carácter oficial facilitaran la promoción cultural en el Estado, plan que se
llevó a cabo en 1995. En este mismo año, desempeñándose como director de Televisión
Tapatía, canal 6, luchó por evitar su desaparición, la cual se decía era promovida por
accionistas de la empresa, aclarando que la fuente televisiva se conservaría.
Nacho, complementaba sus tareas administrativas radiodifusoras, participando en
programas de entrevistas, en cuya faceta me tocó colaborar con él. encabezó antes y
después del año 2000, la comisión de difusión de la COPARMEX y colaboró cuando el

actual gobernador electo de la Entidad dirigió a esa institución patronal. Por cierto, en
estos tiempos fue asesor en materia comunicadora del gobierno local.
Es de señalar, que también dirigió el canal 4 de Televisa Guadalajara y en 2003 el
programa diario de servicio a la comunidad “Hasta la Cocina y algo más”, lo codirigió junto
a Lupita Venegas.
Martín del Campo Ramírez coadyuvó constantemente en todo lo que fuera útil
para desarrollar al Estado. Participando en el CESJAL (Consejo Económico y Social del
Estado de Jalisco para el Desarrollo y la Competitividad, el 13 de mayo de 2013 hizo
púbico el esfuerzo que se realizó para que el gobierno de Jorge Aristóteles Sandoval,
quien auspiciaba un Pacto para Jalisco, dejara a un lado las declaraciones y se abocara a
instrumentar soluciones que reclamaba la sociedad para el crecimiento de todos los
sectores estatales. Para octubre de este año, impulsó una denuncia contra la Secretaría
del Trabajo, en razón a que se había convertido en “guarida de ladrones de cuello blanco”.
Gente de bien, excelente plática y de invariable actitud solidaria, Nacho Martín del
Campo, el jalisciense nacido en esta ciudad capital del Estado, un 4 de enero de 1953,
sorpresivamente falleció en su tierra natal el 17 de agosto del presente año. Un cercano
amigo se expresó así: Fue un hombre que se impuso a los tiempos difíciles, ayudó
invariablemente a sus semejantes, pugnó por la grandeza de Jalisco y honró la amistad.
El segundo de los paisanos que paso a la eternidad el 13 del presente mes de
octubre, fue el nativo -29 de diciembre de 1939- del sereno pueblo de Jocotepec, en las
cercanías del gran lago de Chapala: el abogado Jesús Pérez Loza.
La familia del destacado jurista y hombre de prensa, además de notable cultura, al
hacer público el sensible hecho, escribió que fue “abogado de profesión, periodista de
vocación, académico universitario y estudioso de la Filosofía y la Historia”. Nosotros
agregamos que también lo caracterizó la honradez, su gentileza y eminentes servicios en
fusión de la amistad. Fue su esposa doña María de los Ángeles Hernández, con quien
procreó a sus hijos Fernando y Jesús Francisco.
Chuy Pérez Loza, fue hombre sencillo y no presumía lo mucho que compendió en
su conocimiento. Reportero esforzado y articulista penetrante, en numerosas ocasiones
dio muestras de su valentía frente a las arbitrariedades de las autoridades.
Enalteció a los organismos en donde militó, como Prensa Unida de Guadalajara,
en donde fugió como directivo. Un organismo al cual dedicó muchos de sus desvelos fue
el Club de Periodistas que desde 1972 ocupó gran parte de sus preocupaciones. Pero ya
antes había prestado servicios en impresos como Fiesta Brava (1959), El Sol de
Guadalajara, El Occidental, El Diario y ya recientemente, en Crónica de Jalisco, así como
en el órgano digital Axios, y desde luego, en las redes sociales. Por cierto, en 2017 se le
otorgó el galardón “Ricardo Flores Magón”
Pérez Loza, si de vocación fue periodista, de profesión se desempeñó como
abogado y ejerció la carrera. Ejerció como maestro y se perfeccionó cursando la maestría
en Metodología de la Enseñanza.

Desempeño varios cargos públicos, tanto en Zapopan con el Ing. Alberto Mora
López, como en el Banco Nacional de Crédito Rural, y desde luego como catedrático
universitario. En todos y cada uno de sus puestos, se caracterizó por su honestidad y
espíritu de colaboración. Bien dice el experimentado periodista Juan Carlos Amaral:
“Descanse en paz un auténtico veterano de la información y el periodismo que siempre se
ganó el respeto”.
Nos unimos a ese pensamiento y al sentir de sus deudos: Fue un hombre íntegro,
que vivió con valores y rectitud, para ejemplo de amigos, familiares y conocidos.
En suma, pues, Jalisco perdió a dos pilares de la comunicación, el servicio, la
cultura y el civismo. Nuestro deber es rendirles honor permanente a su vida y obra.

GUADALAJARA Y EL RETO DE LOS SERVICIOS MUNICIPALES.

POR PEDRO VARGAS AVALOS.

De nuestras asimetrías con los yankis

Juan M. Negrete

El primer dato nos viene de la nota más escandalosa de la semana. El juez Cogan, de Brooklyn, le leyó finalmente la cartilla de la sentencia al preso mexicano de más encumbrado nombramiento como funcionario en el gobierno mexicano. Ya antes le habían impuesto el castigo de la cadena perpetua al también famoso Chapo Guzmán. Pero traigamos a tema lo de García Luna. Cayó éste en las redes de la justicia gringa por haberse ido a vivir allá, con los primos. Se les puso de pechito. Lo extraño del caso es que ocurriera después de que les tramitó todo lo que se debe hacer para obtener la residencia por allá y que no le hayan obstruido el proceso. Allá vivía ya.

Lo detuvieron el 2019. Su juicio duró cinco años. Ya le dictaron sentencia. Se manejaban dos posibles opciones. Una, como al Chapo, la cadena perpetua; la otra, una sentencia de veinte años. El veredicto fue la de prisión por 38 años. Los conocedores de estas variables dicen que le dejaron abierta la puerta para una reducción. Aparte de que lleva cinco años detenido, le faltarían sólo treinta y tres por cumplir. Pero si se le barajan más facilidades, como la de virar a soplón y soltar sopa, le reblandecerían el lapso. Ya veremos.

Otro preso, muy mentado en los días que corren, en el mismo juzgado neoyorkino y con el mismo juez, el señor Cogan, es Ismael el Mayo Zambada. Con él, el tinglado aparece distinto. El Mayo no vivía en Gringolandia. Estaba bien resguardado en un rincón inaccesible entre los estados de Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Durango. Al menos eso se nos dijo siempre. En realidad, se trataba de una guarida desconocida para el gran público.

Y decimos para el gran público, o séase nosotros, la gran mayoría de a pie, porque quienes lo pialaron bien supieron en dónde hallarlo y cómo tenderle la celada para que cayera y fuera a dar a las manos de la justicia gringa. Para nosotros, secreto y misterio; para los gabachos, transparencia y claridad. ¿Quién nos entiende? A quienes les gusta escribir novelas de misterio tienen aquí un filón riquísimo para explorarlo y sacarle cicuas.

Mas dejando a un lado la chunga que provoque esta situación tan anómala, el gobierno mexicano, mediante un ocurso que elevó al gobierno gringo mientras todavía estaba en la silla AMLO, habló de un extrañamiento y una atenta solicitud para que nos dieran a conocer los datos de este traslado, doloso o acordado, como haya sido. Y es que, la verdad sea dicha, a todos los de a pie nos dejó atónitos el hecho de que nos pasaran el dedo por la boca diciéndonos que el gobierno gringo no supo nada con antelación de este dizque secuestro; a la hora de que el capturado Zambada descendía del avioncito que lo trasladó a tierras gringas, ya estaban esperándolo por lo menos cinco patrullas de cherifes y se lo llevaron detenido. ¿Qué raro, no? Esta es la primera pichada de humo, abanicada por ambos gobiernos.

El espectáculo que sigue va a ser peor. Se trata de la condena que descargarán contra este recién detenido: el Mayo Zambada. El señor fiscal ya le propuso al juez que la condena sea la de la pena capital. Gulp. ¿De verdad puede extender la justicia gringa una inhumanidad como ésa a ciudadanos a los que no alcanza o no debería alcanzar su dominio? Allá ellos si no han podido o no han sabido cómo extirpar tales salvajadas dentro de sus esquemas de justicia. Pero aparte de horadar fronteras para desatar cacería con ciudadanos extranjeros, que no tienen por qué ser sometidos a sus juicios, ¿han de aplicarles la pena de muerte y quedarse tan campantes chiflando en la loma?

Bien les reprochaba Cicerón a los senadores romanos: Quosque tandem abutare Catilinam patientiam nostram?: ¿Hasta dónde va a tolerar nuestra paciencia los abusos de Catilina? Con el discurso de la soberanía, que es la clave primordial para la existencia misma y la vigencia de los derechos fundamentales de los estados-nación, los mexicanos debemos de poner ya de una vez por todas los puntos sobre las íes con nuestros vecinos, sean o no los más poderosos del planeta.

Dígase lo que se quiera del juicio y la sentencia final que le armaron a García Luna. Podrá ser el personaje más pecador y sucio que haya conocido nuestra generación. Pero entre los vecinos gringos y nosotros existe un tratado de extradición y debió respetarse. Nuestro gobierno debió solicitar la entrega de tal preso, por muy convicto delincuente que haya resultado, para que la justicia mexicana le ajuste las cuentas. Nada vale suponer o prejuzgar con la especie de que aquí se le hubiera soltado en libertad a las primeras de cambio. Había que haber procedido de tal forma. No se hizo. Es asignatura pendiente para las dos instituciones de gobierno, la gringa y la nuestra.

Ahora, con el juicio contra el Mayo Zambada, que apenas se inició, ya mostró la justicia gringa su oreja de lobo. Se habla de aplicarle la pena de muerte. ¿Otra vez se van a extralimitar en sus atribuciones en contra de un ciudadano nuestro, por más malandrín que resulte, para aplicar penas extremas, atizadas de morbosidad y de odio? Creo que más nos vale ponernos racionales y serios con ellos, para corregir entuertos que ya duran demasiado.