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CUENTAS TURBULENTAS

Por Pedro Vargas Avalos.

El tema del manejo de dineros siempre ha sido espinoso. En el gobierno, suele ser muy embarazoso: los que tienen el poder, son propensos a derrochar lo que no es de ellos, por lo que se dice que la mayoría de las autoridades son al menos gastalonas, sino que de plano cleptómanas.

Debido a lo anterior, desde hace algunos lustros se insistió mucho en la rendición de cuentas, lo cual no pasaba de ser buen deseo. Las obras faraónicas o a veces fantasmas, no digamos mal hechas, abundaban. Como ejemplo de las primeras, podemos citar el monumento que Felipe Calderón ordenó construir para conmemorar el bicentenario y el tercer milenio, en 2010 y que se retrasó 15 meses, con un inaudito sobrecosto del 192% según la Auditoría Superior de la Federación, o de tres veces más según El Universal, ya que de 398 millones que se aseguró importaría, su costo final fue de 1,300 millones de pesos. De allí que se haya sugerido ponerle una placa que diga más bien: Monumento a la Corrupción.

Entre los gastos increíblemente desatinados, está la “refinería” que se anunció en marzo de 2008: se iría a edificar en algún lugar que se seleccionaría; esto hizo que diez Estados se disputaran fieramente ser los receptores de esa magna obra: Guanajuato hasta compró cientos de hectáreas para ese fin; el 14 de abril 2009, el entonces director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Jesús Reyes Heroles, informó que el complejo sería instalado en la comunidad rural de Atitalaquia, ubicada en el centro del país, pero la factoría petroquímica nunca se concretó, pero eso sí, el presupuesto aplicado para planes, estudios, nivelar el terreno y construir el muro que lo cercó, rebasó los nueve mil millones de pesos. Eso es modelo de obra fantasma, abusiva y dolosa.

Y en cuanto a obras malhechas o inconclusas, allí están varias carreteras y cientos de hospitales (326 para ser exactos) que dejó al garete la administración de Enrique Peña Nieto. El Secretario de Salud, Jorge Alcocer, al tocar el tema en 2019, expresó lo siguiente: «Hay abandono sistémico, los dejaron hecho añicos. Y los escombros cayeron sobre las espaldas de los más pobres».

No se crea que los gobiernos estatales, municipales o de organismos descentralizados o autónomos sean ejemplo de honradez, pues en muchos casos resultan peores que el sistema Federativo. Sin embargo ahora tratamos el tema del gobierno nacional con motivo del reciente informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

Este organismo, creado en 2020, es dependencia de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, misma que lo elije cada ocho años. El anterior Auditor Superior (Juan Manuel Portal Martínez) dejó buen sabor de boca, no obstante los pésimos tiempos que encaró; en 2018 fue sustituido por el actual (David Colmenares Páramo). Este por cierto, llegó al cargo tras sinuoso camino en que participaron 41 aspirantes a ese puesto, y en que como siempre que los diputados nombran a un funcionario, queda un tufo de azufre, por lo desaseado que resuelven sus encomiendas.

En esta ocasión, al inclinarse por el señor Colmenares en la Cámara, muchísimas organizaciones de la sociedad civil habían protestado por no tener información que permitiera “conocer, analizar y entender el razonamiento que siguió cada grupo parlamentario para evaluar y definir”. Lo cierto es que el antiguo compañero de chamba del controvertido José Antonio Meade Kuribreña, burócrata de larga trayectoria, logró unificar criterios priístas y panistas (con algunos otros que se adhirieron) a tal grado, que el tozudo perredista J. Guadalupe Naranjo lo criticó acerbamente, señalándolo como ariete tricolor y expresó: “la ovación del PRI nos dice el tamaño de la dependencia del que acabamos de nombrar… Y (también lo demuestra) el que lo defienda el Verde”. Y fue nombrado sin tan siquiera someter a debate el dictamen, lo cual es anómalo y auguraba negro futuro.

Así las cosas, arribó el flamante Auditor y para pronto barrió con los auditores que habían sido vértebra de su antecesor. Afirma la doctora Nora Mura Buchain, exdirectora de Auditoría Forense de la ASF, que el susodicho Colmenares “es un viejo político” que llegó a pesar de no tener los méritos y conocimientos que si poseían muchos de los que compitieron por el cargo. Lo tilda de indolente en su trabajo, ignorante en el ramo de auditoría y de que el personal que metió, casi todo proveniente de partidos políticos, han llevado a la ASF a un “desplome ético” y devastador. De allí que pensar en que se cumpliría con los objetivos de la institución, es “un sueño imposible”, por lo que el organismo está técnicamente “en ruinas”.

El 20 de febrero pasado presentó el Auditor su informe sobre la cuenta pública de 2019. Y lo que dijo en tal ocasión, levantó tal polvareda que ahora el ambiente está trastocado. Lo esencial fue haber informado que el aeropuerto frustrado de Texcoco costaría a la nación, 331% más que los cien millones estimados por la Presidencia de la República. También se acusó resistencia de la Secretaría de la Función Pública para realizar la revisión. Y hubo otros señalamientos a diversas dependencias, sobre erogaciones superiores a lo planificado en sus presupuestos.

Los partidos opositores y los comentaristas orgánicos, así como los empresarios que impugnan a la Cuatro T, se lanzaron de inmediato contra el gobierno, esgrimiendo esos datos de la ASF, que les cayó como “anillo al dedo” para golpetear a su aborrecido AMLO.

El Secretario de Hacienda Arturo Herrera, inmediatamente desmintió esos números, exponiendo que se había incurrido en errores básicos de contabilidad financiera en el reporte sobre supuestas irregularidades en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador: en cuanto a la cancelación del proyecto del aeropuerto de Texcoco, señaló, “se ha encontrado que el 75 por ciento del informe es erróneo”. El primer mandatario de la nación, sobre el tema expresó que debe haber equívocos, no culpó a nadie en específico, pero exhortó a la ASF a revisar sus números para rectificar lo informado daba la impresión de ser “politiquero”. Luego enviaría un oficio a la presidenta de la Cámara de Diputados para que tome cartas en el asunto: al mismo tiempo la Comisión de Vigilancia de esa instancia, informó que citó para el lunes uno de marzo al Auditor Superior. Para entonces, éste ya había aceptado que sí se habían registrado “inconsistencias metodológicas” en el informe, que la suma del costo del fallido aeropuerto de Texcoco era muy inferior, y que la Secretaría de la Función Pública siempre había colaborado en la auditoría.

El ex auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal, comentó que sería más conveniente que su sucesor, presente su renuncia a que se espere a que lo retiren del cargo. En entrevista con Carmen Aristegui, dijo que Colmenares dañó la credibilidad de la institución al desmentir los resultados divulgados. Pero el inextricable actual Auditor parece que, como procedían los antiguos políticos, “preferible el descrédito que salir de la nómina”. Y vaya que gana bastante bien.

En conclusión: No cabe duda de que en tratándose de sumas y restas, las cuentas deben ser claras, porque si no, sucede lo que expresa el refrán: “Haz bien tus cuentas, para que después no te arrepientas”.

JUSTICIA MIGRATORIA

Por Pedro Vargas Avalos

Para muchísimas naciones, de los cinco continentes del mundo, es muy trascendente lo que en Estados Unidos se resuelva en materia de migración, pues la meta de radicar en la tierra del tío Sam es sustancial, ya porque busquen trabajar en ella, ya porque quieren reunirse con sus familiares que allí viven o porque sean perseguidos en sus lugares de origen y buscan refugio seguro, e incluso porque quieren invertir en la potencia estadounidense.

Para los mexicanos, es mayúsculo el interés en esa materia debido a nuestra vecindad, lo cual, aunado a los millones de compatriotas  que allá han radicado, más el  factor de pobreza, que en la república genera multitudes de aspirantes a ingresar, tuerto o derecho, al país de las barras y las estrellas, da como resultado que en 2020 hubiese en nuestro vecino norteño cerca de 37 millones de paisanos.

La afluencia es constante y ni leyes, policías o muros la inmovilizan. En menor escala pero también creciente e imparable es la migración del resto de América y otras partes del orbe. Por ello hay a la fecha más de once millones de indocumentados, así como otros muchos esperando tramitar sus papeles migratorios desde fuera del territorio norteamericano.

Uno de los  puntos más importantes de la campaña electoral del ahora presidente Biden, fue el tema migratorio: el mal recordado Trump se había convertido en el peor enemigo de los emigrantes, y el señor Biden se comprometió a revertir esa actitud para recobrar el espíritu estadounidense de ser una nación de emigrantes. Triunfó y ahora en la presidencia procura cumplimentar sus compromisos.

El jueves 18 de este mes de febrero, allá en Washington, se presentó al Congreso yanqui el plan de reforma migratoria que el mandatario y los demócratas, consideran será el remedio para que por fin esos más de once millones de indocumentados, logren ser residentes legalizados y en su momento se les conceda la ciudadanía. Dos legisladores de ascendencia iberoamericana (Bob Menéndez y Linda Sánchez, cubano y mexicana, respectivamente) se encargaron de realizar esa tarea, y al parecer todos los demócratas respaldan la propuesta y se confía que se sumen tantos republicanos cuanto sean el número suficiente para aprobar la iniciativa.

Los requisitos y condiciones para que un indocumentado se regularice son muy accesibles: no tener antecedentes penales y haber ingresado a los Estados Unidos (EUA) antes del presente 2021.  De ser aprobado ese proyecto, varios grupos que el inefable Trump tuvo a raya como los del Programa de Acción Diferida llamado DACA, y Estatus de Protección Temporal (TPS), serían beneficiados de inmediato, lo que sería justo premio por lo que padecieron durante el anterior gobierno.

Y si en ese conjunto , ya hay paisanos, en el siguiente será gran mayoría, pues se refiere a los trabajadores agrícolas que hayan laborado al menos cinco años, que por ese solo hecho recibirán su “Green Card” o sea su tarjeta de residencia permanente, con la cual en tres años podrán acceder a la ciudadanía. Recordemos que para México eso significa mucho, pues además de resolver un problema social, ayuda a solventar el de orden económico, pues los mexicanos que laboran al otro lado del Río Bravo, envían a sus familiares que residen en su patria, nada menos que más de cuarenta mil millones de dólares anualmente: es cifra que compite con las de turismo o de inversión extranjera directa, superando además los capitales que malos connacionales exportan a la tierra del dólar, a sabiendas del perjuicio que infieren a la nación: son apátridas embozados, y por tanto insensibles a la solidaridad nacional.

En aquel grupo de beneficiados, (volviendo a nuestro tema de los indocumentado). De igual manera se incluye a quienes hayan prestado servicios o mano de obra en infraestructura esencial; se acelerarían los casos de aquellos que tienen parientes, y el de parejas mixtas (cuando uno tiene Green Card y el otro nada)que en estos tiempos son muy comunes. 

De especial relevancia en este proyecto de ley migratoria, se contempla prohibir deportaciones de quien esté tramitando su regularización, así como eliminar la sanción de 3 a 10 años que se aplica a los que han vivido irregularmente en EUA. Aquellos, por el solo hecho de sus trámites para documentarse, recibirán permiso para trabajar en tanto se desahogue su petición regulatoria.

Complementan ese esperado plan migratorio del mandatario demócrata estadounidense, la flexibilización para las peticiones de asilo, de víctimas de violencia doméstica, de testigos en hechos judicializables y para familiares de ciudadanos cuando aquellos residen en el extranjero.

En la república mexicana y muy especialmente en Jalisco y entidades limítrofes, no hay población que no registre enorme número de “norteños”,  como se designa a los paisanos que se van a trabajar (con papeles o sin ellos) a EUA. De allí lo importante para nosotros que se apruebe esa iniciativa.

El primer mandatario mexicano se expresó muy positivamente de esa propuesta de Biden, coincidiendo con éste en que ojalá se apruebe pronto, ya que como afirmó el flamante inquilino de la Casa Blanca, “es urgente devolver la justicia, la humanidad y el orden” al sistema de inmigración de Estados Unidos, la tierra de Lincoln, el inmortal prócer de la libertad.

Música. Así es de María Grever

Por Alonso Arciniega

María Grever es una de las compositoras mexicanas más relevantes de canción popular del país. María Joaquina de la Portilla Torres, que es su verdadero nombre, nació en León, Guanajuato el 14 de septiembre de 1885. Compuso alrededor de 1. 000 canciones, entre ellas música de concierto y música para películas estadounidenses, de acuerdo con Grever Music Publishing.

Júrame, Presentimiento, Cuando vuelva a tu lado son las canciones más emblemáticas de la cantautora. Aunque la canción Tipi tipi tin, fue uno de los más grandes éxitos de Grever, misma que grabó como una serenata para sus seres queridos, el 11 de febrero de 1938, por lo que Google rinde homenaje a la cantautora mexicana a través de su doodle del día.

Sus padres fueron Francisco de la Portilla, de origen español y su madre Julia Torres era mexicana. A la edad de 6 años, María Grever, junto a sus padres y sus tres hermanos se mudaron a la tierra natal de su padre. Su formación musical inicia tras recibir clases del maestro y compositor Claude Debussy y Franz Léhar en Francia, pero los registros datan su primera composición musical a la edad de 4 años. 

Tiempo después regresa a México a continuar sus estudios en la escuela de solfeo de su tía Cuca Torres, quien era la directora. A los 18 años publica ‘A una ola’ canción que vende millones de copias y que es versionada por diferentes artistas.

A los 22 años, en la Ciudad de México, se casa con León Augusto Grever, quien era un ejecutivo de una empresa petrolera estadounidense. De él toma el apellido que la lleva a reconocerse artísticamente como María Grever. Formaron una familia con tres hijos, sin embargo la niña más pequeña fallece a los seis meses, y el dolor que esto le provoca la llevó a refugiarse en la música y de ahí surge la canción ‘Muñequita Linda’.

Más tarde, viaja a Nueva York donde conoce a José Mojica, mientras componía fondos musicales de películas para 20th Century Fox y Paramount Pictures. El actor y tenor mexicano se convierte en el intérprete de Júrame, una de las piezas más recordadas de la compositora, misma que después interpretaron artistas como Luis Miguel, Plácido Domingo, Andrea Bocelli, entre otros. 

Por lo que Grever se convierte en una figura de fama internacional después de su viaje a Nueva York, ya que se abrió una brecha en un campo que se consideraba exclusivo para el género masculino

La compositora recibió múltiples homenajes y reconocimientos, entre ellos el título de “Mujer de las Américas” por la Unión de Mujeres de las Américas, la Medalla al Mérito Cívico y la Medalla del Corazón de México, además de un premio Ariel en 1953, por la película autobiográfica titulada “Cuando me vaya”, dirigida por Tito Davidson, y que fue protagonizada por Libertad Lamarque.

Sus éxitos han sido interpretados por cantantes como Vicente Fernández, Javier Solís, Natalia Lafourcade, José Carreras, Ely Guerra y la misma Libertad Lamarque.