La Casa Común

Mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir.

Laudato Si.  Papa Francisco.

 

Carlos Palomera García

Sabiendo que a mi me gustan los temas del medio ambiente, el Editor Director de este medio de difusión, al ver mi indecisión sobre qué tema compartir,  simplemente comentó “de eso hay tanto qué escribir que no deberías tener problemas…”  Pues con ese acicate, quiero reflexionar sobre la dimensión que el Papa Francisco le ha dado a la protección de la “casa común”, y para lo cual nuevamente él, el pasado 5 de junio, nos recordaba no olvidar nunca que el medio ambiente es un bien colectivo, y que su protección es responsabilidad de todos.  Este Pontífice ha sido el que más abiertamente ha hablado de la importancia del ambiente, y el papel que tenemos TODOS, de manera general, y los gobiernos y las grandes industrias, en particular, en la tarea de hacer algo para cuidarlo.   Este llamamiento cobra nuevas dimensiones si se recuerda que hace unas semanas el presidente de los EUA anunció el retiro de su gobierno del acuerdo de París, en donde se están tomando acciones en conjunto para “combatir” el cambio climático. Estados Unidos es el segundo emisor mundial de gases de invernadero, y pues su retiro ha causado mucha sorpresa,  y de lo cual se ha hablado y escrito en muchos ámbitos.

Pues bien, regresando al Papa Francisco y su preocupación por el cuidado del ambiente, en junio de 2015 se publicó la Encíclica Laudato si, también conocida como Encíclica verde . Una encíclica es una carta que el Papa dirige a los obispos y fieles católicos sobre cuestiones de fe y/o de costumbres.  En este caso, en dicho documento en pocas palabras dice que la única actitud que es moralmente defendible ante los ojos de Dios, era la de cuidar nuestra casa común.  Para la escritura de la encíclica, el Papa se apoyó de datos que la ciencia ha aportado sobre los impactos que estamos haciendo al ambiente.  Lo interesantísimo del documento, y lo que llamó tanto la atención, fue que, por primera vez, sin tanto tapujo, la iglesia católica le daba un espaldarazo al conocimiento científico sobre un tema muy relevante, el problema ambiental.  Además, se reconoce que este problema o crisis ecológica no está separada de la crisis social: “el ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y o podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social”.  Es decir, el Papa afirma de muchas formas y de manera tan audaz no conocida de pontífices anteriores, que el problema ambiental y la crisis ecológica es una señal de la crisis ética, cultural y de valores que se vive actualmente. Que esta crisis es resultado del estilo de vida promovido por las grandes empresas que nos empujan a consumir desmedidamente, y que también es favorecido por las políticas actuales que promueven la privatización de bienes comunes.  En nuestro país estamos viviendo como esto último está sucediendo tan tranquilamente que solo unos pocos han alzado la voz.  Bienes comunes como el agua, los bosques, las playas, los recursos naturales, están siendo cedidos a manos privadas nacionales y extranjeras, y con ello, nuestro acceso está limitándose cada vez más.

Es decir, esta encíclica es un llamado de atención para que cambiemos muchos de los valores que permean nuestras vidas; de la necesidad de cambiar hábitos (consumir menos para tirar menos, por ejemplo;  contaminar menos para tener una mejor salud)… hacer cosas pequeñas con pensamiento grande.  ES muy fácil escribirlo, pero creo que si multiplicáramos las pequeñas acciones éstas se convertirían en acciones gigantes.

En mi reflexión pasada hablaba de la sustentabilidad.  En Laudato Si, capítulo IV,  el Papa Francisco lo resume de la siguiente manera “¿qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan? Lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá.”   Y Yo me pregunto, ¿estamos realmente interesados en esto?