Miscelánea Tapatía.

Por Pedro Vargas Avalos.

                Después de enterarnos lo que dicen casi todos los colaboradores del ejecutivo de Jalisco, tras el inicial informe de su sexenio, nos queda la duda de si hablan de nuestra Entidad federativa o de algún país quimérico muy parecido a Jauja.

                En consecuencia vale la pena dar una mirada (vistíada, dirían en mi pueblo) a ciertos sucesos que se registraron en este dificultoso arranque del año 2014. Iniciemos con una buena noticia: el ya mítico ingeniero Jorge Matute Remus fue instalado en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres en el corazón de Guadalajara el pasado lunes 17 de febrero. El hecho es muy justo, aun cuando pervive la verdad cruda de que en el supremo  santuario cívico de Jalisco, ni están todos los que son ni son todos los que están. Ya comentaremos en su momento quienes son de la primera concepción y cuales los ciudadanos que no deberían haber llegado.

                Enlazado al tapatío Matute, está el aniversario de la Perla Tapatía, que según sus cantarines es el número 472 y así lo divulgaron. Desde luego debemos recordar que Guadalajara se fundó donde hoy es Nochistlán, Zacatecas,  por el capitán Juan de Oñate, subalterno del conquistador Nuño Beltrán de Guzmán,  el viernes 5 de enero de 1532, dándole el nombre de la cuna hispánica de su patrón, D. Nuño: Guadalajara.

                Después la flamante Villa emigró en 1533 a Tonalá y luego a Tlacotán, ubicándose en un lugar que se llama actualmente “Mesa del Ajedrez” y  está en el municipio de Ixtlahuacán del Río, muy cercas de otro pueblito que se denomina San Antonio de los Vázquez y no lejos del que aún se llama Tlacotán.

                En este lugar es donde se otorgó a la primitiva cuanto nómada villa, el título de ciudad y su escudo de armas el 8 de noviembre de 1539. Por ausencia de Nuño de Guzmán y del nuevo gobernador Francisco Vázquez de Coronado,  el quitapesares de la Nueva Galicia, D. Cristóbal de Oñate (hermano de Juan, que años atrás se había ido a Perú) la trasladó de Tlacotán al valle de Atemajac. La fecha exacta la desconocemos, pero sabemos que la decisión de salir de Tlacotán fue en septiembre 30 de 1541 y que para el domingo 9 de octubre de ese año se empadronaron en Tetlán los que se establecerían en la Guadalajara de Atemajac.

                ¿Qué día llegaron al lugar donde se supone fue el establecimiento o refundación de la Guadalajara atemajaquense? Lo que duraron en llegar de Tetlán a lo que ahora es la zona del teatro Degollado, banda occidental del río de San Juan de Dios. Eso del 14 de febrero fue porque el cronista Tello transcribe el acta de elección del ayuntamiento en esa fecha, y como de esa forma se arrancó con autoridad municipal y el día tiene sus atractivos, ya que dedicado a San Valentín conlleva la amistad y el amor, desde 1942 en que se conmemoró el IV Centenario de estar en Atemajac, así se ha dado como fecha de su fundación.

                En estas celebraciones, debería forzosamente estar una  representación de las anteriores Guadalajaras (Nochistlán, Tonalá  e Ixtlahuacán del Rio) , además de las delegaciones de las Guadalajaras, de Colombia y de España, esta sobre todo porque es en alusión a ella que se impuso el nombre de la Perla de Occidente y la colombiana, porque tiene similitudes con la jalisciense.

Para concluir esta colaboración, ahora hablaremos de notas de actualidad no muy agradables: El Salto, Guadalajara, Zapopan y otras siete municipalidades del Estado, son de de número que asusta, pues ocupan del 71 al 216, dentro de un concierto de más de 2,400 localidades. Con esa estadística que hizo público la ONG “Seguridad, Paz y Justicia”, nos damos cuenta que en tranquilidad no estamos para presumir y ciertamente muy lejos de lo que dice la familia feliz, que es la de los colaboradores del ejecutivo estatal. Estos gozan de excelente sueldo,  buenos vehículos, gasolina, guaruras, etc., por ello para su visión es más que buena la seguridad en Jalisco.

Finalmente diremos que la anunciada traslación de sede para las Fiestas de Octubre, ha originado un sinfín de opiniones, muchas de ellas encontradas. Lo cierto es que la decisión es  acertada y además comprende la restauración del irracionalmente abandonado Planetario “Severo Díaz”, lo cual resulta estupendo. Ojalá que sea cierto ese traslado y se cumpla el proyecto de poseer instalaciones propias y adecuadas para  una de las máximas celebraciones  tapatías.