expresion@elgrullo.com.mx
Buscar:
ECUADOR Y MEXICO: PUEBLOS HERMANOS, GOBIERNOS DISTANTES.

Por: Pedro Vargas Ávalos

Bien se dice que, en la relación de nación a nación, se debe actuar con diplomacia, es decir, usando la mano izquierda –con sutileza- habilidad en el trato, artesanía de las relaciones humanas, savoir faire -saber hacer con destreza-, atender con cortesía, buen tacto, lo que implica saber callar a tiempo y conocer cuándo se debe hablar o actuar.

Es así, que, en nuestros días, estando el mundo cada vez más interconectado y las relaciones internacionales sujetas siempre al derecho, estas desempeñan un rol decisivo en la configuración de los asuntos políticos, los de índole económico y en general la cultura, incluyendo deportes y todo tipo de actividad global. Por ello la diplomacia es tan importante para el desarrollo mundial y el mantenimiento de la paz.

Todo lo anterior viene a cuento en razón a la posición de México en el concierto internacional, que ha sido con algunas variaciones, de respetable reconocimiento, sobre todo cuando de temas del continente americano se habla, y específicamente cuanto se ciñe al ámbito latinoamericano y del Caribe, donde nuestra nación es un gigante. Y precisamente, el tema delicado y de actualidad, es el conflicto surgido con motivo del allanamiento de la embajada de nuestra República en Quito, la capital de Ecuador.

Todo comenzó cuando el 15 de octubre del año pasado ganó la presidencia ecuatoriana, el estadounidense-ecuatoriano (nacido en Miami y de lengua materna inglesa) Daniel Noboa Azín, hijo del hombre más rico (Álvaro Noboa, archimillonario bananero) de ese país sudamericano -Ecuador- que había intentado cinco veces ser mandatario de dicha nación. Ese joven empresario, publicó El País, “supone una incógnita para un país asolado por la violencia”; tomó posesión el 23 de noviembre y su período expira en mayo de 2025. La vencida, Luisa González, de ideas de izquierda, admitió su derrota y le manifestó estar decidida a unir fuerzas para beneficiar a su patria. Pero antes de los comicios ordinarios del 20 de agosto de 2023 en que participaron 8 candidatos, el día 9 de ese mes, fue asesinado Fernando Villavicencio, un aspirante anticorreísta (así se conoce a los seguidores de Rafael Correa, expresidente de Ecuador, líder del izquierdismo ecuatoriano) que iba en segundo lugar: la derecha de ese país deslizó el bulo de que la aspirante González tenía que ver con el crimen, lo que la perjudicó indudablemente. Así, tras las elecciones primarias -20 de agosto- y luego de la segunda ronda en octubre 15 de ese año, la favorita según las encuestas perdió ante el casi desconocido junior Noboa. Al día siguiente, el mandatario mexicano expresó su “felicitación al maestro Daniel Noboa, que el día de ayer triunfó en las elecciones presidenciales de Ecuador… le enviamos un saludo, una felicitación”.

Sobre esos comicios tan tensos, opinó Rafael Correa: “La forma de actuar de la derecha es meter el miedo entre la población”. Y comenta que, al parecer, al ciudadano le gusta ser engañado: “es como jugador empedernido, que sabe es difícil ganar, pero vuelve a apostar. Nos gusta creer, no comprender”. (Los Periodistas, 11-IV-024). Y en cuanto al porque llegó a la presidencia, afirman los ecuatorianos, “Es un accidente de la democracia” y un diminuto mandatario. (Dr. Ramiro Aguilar, analista político: Ecuador en Directo, 12-IV-24).

Aludiendo las particularidades de violencia ecuatoriana y la situación electoral mexicana, el presidente López Obrador en su mañanera del 3 de abril de este año, alertó que en nuestra nación eso no debería suceder, y refirió el caso sudamericano: “iba la candidata de las fuerzas progresistas como 10 puntos arriba, … Entonces, un candidato -Villavicencio- que habla mal de la candidata que va arriba, de repente es asesinado, y la candidata que iba arriba se cae, y el candidato que iba en segundo sube” a entonces la postulante que iba a la cabeza, la cual “…queda después de este asesinato como sospechosa”, y aunque sigue “haciendo campaña en circunstancias, considero, muy difíciles” porque imagínense a todos los medios en contra, se crea un ambiente enrarecido al grado que a los debates acuden con chalecos antibalas. Finalmente, la candidata progresista pierde la elección.

Sobre lo dicho por AMLO, hay dos puntos de vista de ecuatorianos: uno es el de la viuda del fallecido Villavicencio (Verónica Zarauz) simpatizadora de Daniel Noboa, quien tajante conmina al presidente azteca: “No se meta con Ecuador”, y tras indicar que no se utilice políticamente el nombre de su extinto marido, altisonante señala que “México se ha convertido en la guarida del correísmo”, por ello otorgó el asilo a Jorge Glas, exvicepresidente ecuatoriano -2013-2018- durante la administración de Correa, ingresado a la embajada desde diciembre de 2023. La otra opinión, es la del Dr. Juan Falconi Puig, exministro ecuatoriano y representante Permanente del Ecuador en la organización Mundial del Comercio con sede en Ginebra-Suiza, quien afirma: “López Obrador al aludir el asesinato de Villavicencio, solo dio un ejemplo de lo que sucede cuando hay violencia en períodos electorales, pero nunca mencionó y menos atacó al gobierno de Noboa”. (Entrevista a la radio ecuatoriana YouTube 11-IV-24).

A pesar de lo anterior, el 4 de abril el Ministerio de Relaciones Exteriores del estado sudamericano, comunica que, en razón a las declaraciones de AMLO, decide declarar persona non grata a la embajadora Raquel Serur Smeke. Esta diplomática, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras (UNAM), es viuda del notable filósofo ecuatoriano nacionalizado mexicano Bolívar Echeverría (1941-2010) que según sus paisanos es cúspide del pensamiento latinoamericano, forjado en México. 

Ya tirantes las relaciones México-ecuatorianas, el ejecutivo tabasqueño optó por la prudencia y declaró que no rompería relaciones diplomáticas con Ecuador ni expulsaría al embajador ecuatoriano en México. (CNN,5-IV-2024). A la par, se concedió oficialmente «asilo político» al exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas. Mas sorpresivamente, la noche de ese calamitoso viernes 5, fuerzas policiales ecuatorianas violentaron el edificio de la sede diplomática mexicana. Entonces Amlo, reaccionó ante esa «violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México”, e instruye a la canciller Alicia Bárcena “que (…) proceda de manera legal y de inmediato declare la suspensión de relaciones diplomáticas con el gobierno de Ecuador» (López Obrador en la red social X). La irrupción fue gravada, y es dramático como Roberto Canseco, jefe de la misión diplomática, gritaba a los agentes: «¡No puede ser, es un atropello!, mientras uniformados le impedían se acercara a uno de los autos invasores y en el forcejeo caía al piso: «Es un atropello, es contra la norma, no puede ser», clamaba el diplomático. (imágenes del canal Ecuavisa).

El gobierno ecuatoriano pretende justificar su acción ilegal, echando la culpa al gobierno mexicano, porque asiló a un delincuente, a un corrupto. Eso es una mera conjetura, y además, el país asilante es quien califica si un solicitante del asilo tiene la calidad de ser asilado. (Convención de Caracas, 1954).  También la Convención de Viena, protege totalmente la inviolabilidad de las embajadas y en consecuencia, se violentó el principio de asilo, agregado a la infracción de invadir la embajada, ambas conductas plenamente tipificadas como delitos. Un portavoz de Antonio Guterrez, el guía de las Naciones Unidas, ya aseveró que “la ONU condena las flagrantes violaciones a la ley internacional…cuando la embajada -de México- fue asaltada” (Stephane Dujarric, Primicias, noticias de Ecuador, 12-IV-24).

En los lamentables hechos participó una mexicana: Mónica Palencia, quien recibió la ciudadanía ecuatoriana por decreto del presidente Noboa para poder ser nombrada ministro del interior, en cuyo carácter primero pidió se le entregara el asilado y luego coparticipó en el asalto al domicilio diplomático. Por ello, diputados ecuatorianos ya plantearon juicio político, contra ella, la canciller Gabriela Sommerfeld, y el ministro de Defensa, Gian Carlos Loffredo. Esto repercutirá en el presidente Noboa, individuo inmaduro, quien de plano actuó neciamente. Resta que México también la juzgue por su conducta, pues es causante del problema entre ambas naciones, lo cual sanciona el Código Penal Federal.

 El suceso es pues, gravísimo. Ni el dictador Pinochet se atrevió a violentar la inviolabilidad diplomática o el principio de asilo. Para resolver este asunto, se debe considerar, el caso de la toma de la embajada de EU en Teherán (1979- 4-XI-), lo que motivó a la Corte Internacional de Justicia de la Haya para sentenciar a Irán a pagar millones de dólares por la violación; y además exigió que todo volviera a su estado original, y que los autores materiales fueran juzgados penalmente. Por lo tanto, ahora México podrá pedir sanciones desde monetarias, hasta a la FIFA y Mercosur contra Ecuador. 

Un problema grave es que Noboa, tiene pésimos colaboradores, según lo califican expertos ecuatorianos: Ramiro Aguilar, Felipe Vega, etc. Ellos aseguran que el señor Roberto Izurieta Bole, secretario de comunicaciones, es una especie de Goebbels; Palencia, es una oportunista; la ministra de Relaciones, una ignorante y el jefe de la defensa, un iletrado. Total: es una infamia lo hecho por Noboa, porque ofende hasta al pensamiento. (Felipe Vega de la Cuadra, exministro, psicólogo, político y escritor ecuatoriano).

Hay 200 años de historia ecuatoriano-mexicana, desde que Ecuador era Distrito sur de la Gran Colombia bolivariana, y luego al emanciparse en 1830, lapso en que adoptó su actual nombre. Desde esas épocas, el distinguido jalisciense, Juan de Dios Cañedo (1786-1850), mucho colaboró para establecer relaciones entre los dos países, primero como secretario de Relaciones Exteriores y luego como embajador en varios países sudamericanos; después otro tapatío representaría a los mexicanos en Quito: Leonardo López Portillo y Serrano (1820-1898). Francisco Carrión (embajador ecuatoriano 2021-2023 y canciller en 2005-07) decía que su abuelo se benefició del asilo en México; Galo Galarza, diplomático y escritor, fue  beneficiado por México: el asilo siempre se aplicará en caso de persecuciones políticas; ahora lo que se debe reconocer es que lo acontecido fue un descomunal error. Casi es de risa, sino fuera por lo trágico que resulta, que, en nuestra nación, personas veleidosas de la ultra derecha, como Lily Téllez y cofrades, den disculpas al pueblo y presidente ecuatoriano, echando la culpabilidad de los sucesos a López Obrador.  

Convocada la Organización de Estados Americanos (OEA) para conocer la transgresión, el Consejo Permanente aprobó el miércoles 10 de abril, con 29 votos a favor, uno en contra y una abstención (del inefable Nayib Bukele, de El Salvador) la resolución que pena la violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y su relación con la figura del asilo, así como las lesiones sufridas por el personal diplomático mexicano en Ecuador. Rusia, España, Portugal y muchos más, respaldan a México y reprueban a los sureños. Grave amenaza será el momento en que se viole una inmunidad diplomática, y quede impune, pues ya no habrá embajada segura en el mundo; por el contrario, el país donde está cada embajada, debe proteger la inmunidad diplomática y antes que nada, jamás transgredir las normas que la salvaguardan. Por otro lado, México ya demandó en la Corte Internacional de Justicia, que se expulse a ese país, del seno de la ONU.

Sobre tal tema, el 11 del corriente mes, en la mañanera expuso la canciller Alicia Bárcena: “hemos decidido, por instrucciones del señor presidente, llevar a Ecuador a rendir cuentas por su flagrante transgresión a la inviolabilidad de nuestra embajada,… así como por los ataques físicos perpetrados contra nuestros diplomáticos, contra su integridad física y moral,… sobre todo, dos funcionarios: Roberto Canseco y Eva Martha Balbuena. Y son violaciones claras a la Convención de Viena, y por eso la violenta agresión es lo que nosotros estamos llevando a la Corte Internacional.”

Los reclamos son muy contundentes: Primero. Juzgar y declarar que Ecuador es responsable del daño que las violaciones de sus obligaciones internacionales han causado y siguen causando a México. Segundo. La suspensión de Ecuador como integrante de la Organización de las Naciones Unidas en tanto no se emita una disculpa pública reconociendo las violaciones a los principios y normas fundamentales del derecho internacional, con la finalidad de garantizar la reparación del daño moral infligido al Estado mexicano y a sus nacionales. Tercero: Juzgar y declarar que, en caso de una violación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas, similar a la cometida por Ecuador, la Corte Internacional de Justicia es el órgano adecuado, judicial, para determinar la responsabilidad de un Estado a fin de iniciar el proceso de expulsión en virtud del artículo 6 de dicha Carta de las Naciones Unidas.

Otro punto, es el de “Establecer el precedente que cualquier Estado o nación que actúe como lo hizo Ecuador será expulsado en definitiva de la Organización de las Naciones Unidades, con base en la evaluación prevista en el artículo 6 del mismo instrumento de la Carta de las Naciones Unidades. Cinco: Es tan importante evitar la repetición de estos casos, que el tribunal internacional de justicia podrá presentar la expulsión del Estado que viole el derecho internacional de manera rápida y expedita ante el Consejo de Seguridad de la ONU, evitando el veto de sus miembros.

Es probable que a pesar del timorato Secretario del organismo mundial, se alcancen respuestas favorables. Esto, reivindicaría a la organización y especialmente, preservaría los principios torales sobre los que descansan las relaciones internacionales, base de la paz y el progreso global.

FILOSOFANDO: SEMANA DE ASUETO BENIGNO

Por: Juan M Negrete

Esto del asco puede parecer fuerte. Pero habrá que matizar el sentido por el que se dice. Es el primer período o lapso del año en que se programa un asueto y nadie renuncia a tomarlo. Por esta pista hay que entenderlo. Aunque en muchas ocasiones, este redactor y muchos otros paisanos escuchamos una broma a propósito del contenido simbólico o metafórico, o tal vez meramente justificativo, de la razón del paro laboral. Propalaban tales lenguas viperinas que los ateos no tenían derecho a gozar del descanso programado para dichos días. No es necesario explicar el contexto.

En realidad, no resultaría tan fácil hallarle la cuadratura al círculo del sentido de tal descanso por estos días, al que nos apoltronamos todos sin retobar nada. Dentro de los cánones del calendario católico, en su anuario le dedica un lapso suficientemente largo, al que llamamos cuaresma, de preparación para el misterio mayor de esta creencia. La cuaresma está referida al período de preparación para la celebración del misterio central de la muerte y la resurrección del conocido redentor o mesías, del que dicen que vino a salvar al mundo, o nos vino a salvar a los humanos que andábamos completamente perdidos en nuestros errores.

Dada la extensión de este lapso de preparación para la celebración ritual de la muerte y la resurrección del famoso mesías, se puede colegir que la liturgia católica le concede mayor importancia a este misterio que al del nacimiento de este mismo personaje. Al período de recogimiento y penitencia para prepararse a la llegada del niño divino, denominado adviento, se le da una extensión de los días decembrinos previos al nacimiento. Aunque los mexicanos le metimos ahí las posadas y tal etapa tiene de contrición y de arrepentimiento lo que tiene de agua el desierto.

La cuaresma es palabra que refleja la cantidad de los días dedicados a la preparación para la celebración de los rituales de las exequias de la divinidad. Son los famosos cuarenta días y cuarenta noches de insaculación para poner en orden la casa y poder atender el misterio central de esta creencia. Hablamos de la muerte y de la resurrección. ¿Cuál de las dos ocupa el lugar preponderante? Como los mexicanos, oootra vez, somos más inclinados a los rituales fúnebres, supondríamos que es el de la muerte. Pero no es así.

Debería resultarnos a todos, creyentes o no, que es una narración muy extraña ésta. ¿Cómo entenderle al caso de que una divinidad muera, si es precisamente la característica de eternidad la que diferencia a los dioses de los que no gozan de esta prerrogativa? Pero no nos metamos a discusiones teológicas, de las que no saldremos bien parados. Los especialistas en estos cuentos nos pondrían una pajueliza de perro bailarín por andar regando sobre mojado. Baste asentar el dato de que los creyentes de esta fe (a la que por simplificación le llamamos católica) conmemoran por estos días la muerte de su divinidad central.

Mas conviene asentar dos cosas más, para entenderle mejor al brete. Una, fundamental, es que también festejan la resurrección. O sea, que esa rara divinidad que se les murió, o a la que mataron, no les dio el gusto de quedarse en el mundo de los muertos. Se salió de tales tinieblas y volvió a la vida. Eso es lo que quiere decir resurrección. Ya los detalles de cómo lo hizo y de quiénes testificaron la veracidad de tal hecho los dejamos a los panegiristas y, de nuevo, a quienes le entiendan bien a estas fabulaciones.

Nos han contado que duró sólo tres días en el reino de las sombras y que volvió a la luz. No sabemos si con el mismo cuerpo, al que le habían llagado y vapuleado innecesariamente. Porque si les iba a resucitar, ¿para qué lo herían? ¿Qué ganaron con injuriarle hasta el cansancio y befarse de él, si volvió a la plenitud de su lozanía y retomó los espacios de los que lo habían echado? En fin, son discusiones para las que no hallaríamos la punta.

La otra cuestión por resaltar tiene que ver con la comparación entre estos dos eventos centrales, que componen el misterio, el de la muerte y la resurrección. En uno de los pasajes más famosos y centrales del apóstol Pablo de Tarso, ante esta dicotomía, pontifica con todas las de la ley: “Si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe”. Y si este puntal de tal creencia establece tal axiomática, nosotros los simples legos ya no tenemos más tela de dónde cortar.

Para fines prácticos, y que nos sean provechosos, digamos ahora que, pertenezcamos o no a esta feligresía, ya vimos transcurrir sus cuarenta días de compunción; ya dejamos atrás la semana celebratoria de todo este misterio; y que nos falta tan sólo soltar las campanas a vuelo porque hoy por la tarde, o mañana por la mañana, nos dirán que su deidad volvió a la vida. Y por tal razón se volverá a abrir la gloria. Y todo volverá a la normalidad. Ya podremos ocuparnos entonces, sin que nos llegue remordimiento alguno, de las banalidades cotidianas, entre las que se destaca la disputa por los puestos públicos. Le llamamos a esto actividad política. Pero tiene girones que más bien nos obligarían a ponerle otros sambenitos más atinados. Volveremos.

NUESTRA VIOLENCIA, TAN ESCURRIDIZA

Juan M. Negrete

Le escuchábamos decir a nuestras abuelas, cuando teníamos que soportar tales momentos de superficialidad e intrascendencia, que no se trataba de penas del infierno. Son incómodas, sí. Quisiera uno que ni ocurrieran, también. Pero como hay que aguantarlas a pie firme y pasar luego por encima de todas estas inclemencias, alguna incomodidad se nos filtra. De ahí la calificación tan atinada de nuestras viejitas consentidas.

Pero todo esto que nos viene envuelto en tacos de lengua nada más, aunque estruendoso, es pasajero y se difumina. Hasta lo olvidamos y pasamos de página una vez que los resultados finales de los comicios ponen a cada uno en su lugar. Pero colateral y realmente insufrible a toda esta maraña electorera desatada, viene a ser el fenómeno de la violencia por estos mismos factores. La competencia por los puestos genera desacuerdos que llevan a desbordar la ira de los contendientes y termina en baños de sangre. Para estos desbordamientos irracionales no podemos permanecer indiferentes. Por el contrario, hay que hallarles su nudo generador y cauterizarlo.

Apenas el día de ayer, por la noche, fue asesinado don Humberto Amezcua Bautista, quien fuera el presidente municipal por Pihuamo, por el PRI. Pidió licencia de su puesto, para inscribirse de nuevo a la contienda, bajo el formato de la reelección, que otra vez nos fue instaurado en las dinámicas políticas del país. Tantos años y tanto sufrimiento que generó esta figura de la reelección en nuestra historia pasada y que nos la hayan reciclado los grillos prianistas de nuevo. Entró otra vez a nuestros formatos de actividad politiquera sin tocar baranda. Pero, en fin. Volvamos a lo de nuestra violencia desatada.

Don Humberto viene a ser la figura política más connotada del estado en quien se ha cebado esta crueldad extrema. Todo hace suponer que los móviles, a cuya búsqueda se aplicarán los investigadores oficiales, llevarán a la esfera de los intereses políticos. Como los puestos que se disputan en lo electoral lleva a final de cuentas a los ganones a ingresar al manejo del numerario, al toque y retoque de las cuentas del dinero, a la supervisión de los negocios y su licitud, no tendría nada de extraño que las venas ocultas que se encuentren sobre este asesinato particular nos lleven a tales parcelas, en las que campean los cochupos y la impunidad.

Trasciende de las primeras manifestaciones del asunto que don Humberto reportó haber ya recibido con anterioridad amenazas oscuras, que ponían en peligro su integridad y su seguridad. Y se la cumplieron. Es pues triste lo que le ha ocurrido, aparte de irreversible, pues la vida no retoña. Lo que nos queda por hacer ahora es: por un lado, a las autoridades, dar con los delincuentes; y por el otro, a toda la ciudadanía, ya frenar esta cadena de hechos insufribles con los que estamos condenados a seguir atizando nuestro infierno colectivo.

Otro hecho de la semana, que nos descalifica casi igual a lo que acabamos de narrar, vino a ser el secuestro que sufrió el periodista Jaime Barrera Rodríguez, bien conocido de todo el público jalisciense, pues tiene muchos años dedicado a las tareas informativas en el estado y su oficio lo ha vuelto personaje de nuestras conocencias. Para fortuna suya y también de quienes lo rodeamos, duró perdido solamente cuarenta horas. El jueves por la madrugada se corrió la nota de que había sido liberado, tras ser reconvenido o amonestado por sus captores, en torno al tono de sus notas informativas o al contenido de sus mensajes. Creemos que por ahí va la cosa.

Lo mejor de este desaguisado sufrido por Jaime y su familia, es que haya regresado a la luz con vida y no que nos lo hubieran devuelto envuelto en una sábana, o algo peor. Muchos de los colegas periodistas concurrimos por la tarde del miércoles a la plaza de la liberación a manifestar nuestra solidaridad con el afectado y por supuesto con sus familiares, entre la que se encuentra en primera fila su hija Itzul. A las cinco de la tarde había ya un nutrido público en este evento de solidaridad. No decimos que como resultado de la presión pública que se levantó de inmediato, los captores hayan cambiado el libreto y decidieran liberarlo sano y salvo. Pero pudiera ser que por ahí corra.

Pero la maledicencia y el hedor de las malas entrañas tampoco se alejan ni de los hechos positivos, como éste, sino que nos acompañan siempre. El mero día miércoles, estando oculto al público todavía el colega Barrera, hubo algunos medios que propalaron el dato de que la policía había encontrado una hielera con sus restos, aunque se haría pública la información, hasta corroborarla. Y en las redes sociales se difundió otra especie de peor ralea. Afirmaban, sin dar la cara, que habían encontrado su cuerpo en un canal de desagüe y que su pareja sentimental lo había identificado. Así, sin nombres, sin precisiones informativas. Y como ésta, muchas consejas que manchan y laceran nuestra conducta colectiva. ¿Cuándo enderezaremos la barca?

FILOSOFANDO: ARRANCAN LAS CAMPAÑAS

Por: Juan M. Negrete

También se renovarán los gobiernos de nueve estados de los treinta y dos que componen la república. Es casi un tercio del espectro. Por supuesto que al renovar el gobierno estatal se tiene que entrar a la disputa por el poder ejecutivo, pero también a la de las curules de su poder legislativo. Poco a poco vemos entonces que el abanico a presentar para la elección de opciones se volverá alto o nutrido, como mejor se quiera entender. Esto anuda con más lazos la disputa por los puestos federales.

Y, por si fuera poco, ya en la parte baja de la tabla de la atención, está la renovación de las autoridades municipales que son una vastedad. Estamos hablando entonces de una sacudida de puestos demasiado extensa y a la que pocos mexicanos se mantendrán indiferentes. Si no les pica el aguijón de su interés por la disputa en la cresta, puede ser que se entusiasmen por los jaloneos de la media tabla o por la del suelo raso. Es decir pues, que habrá para todos y en alguna de esas plazas nos encontraremos.

Llamarle a esta movilización en plural es correcto entonces, pues son demasiados los procesos de disputa electoral que se han de escenificar. Al acudir a las casillas a emitir el sufragio, en algunos sitios habrá tres, cuatro y hasta siete o más urnas para distribuir la oferta de papeletas. No nos ocurren siempre procesos tan concurridos, pero éste será uno de ellos. Dentro de noventa días pasaremos a este ejercicio colectivo y nos desgarraremos las vestiduras por sus resultados, como lo hacemos siempre. Ya lo veremos.

En medio de tanta parafernalia, la disputa que se lleva la palma de la atención es la que se escenifica por la titularidad del poder ejecutivo. El popular AMLO va a dejar la silla y hay tres candidatos a sustituirlo. Casi todo el público afirma que tocará a una mujer el relevo, lo cual vendrá a ser una novedad en nuestra historia. A tal sitial nunca ha llegado una fémina, ni por equivocación. No es profecía, pero pareciera que el vaticinio es correcto. Son dos las mujeres que andan en la lisa, acompañadas de un varón nada más. El señor Máynez del partido del Movimiento Ciudadano es el único personaje masculino trepado al ring. Mas parece que todos coincidimos en que su número porcentual de votos no rebasará siquiera un dígito. O sea, por adelantado lo estamos dejando fuera de combate.

Las dos señoras que abanderan la colisión sí tienen momios de respaldo suficiente como para suponer que trepará una de ellas a la silla disputada. A las dos las conoce de sobra el público sufragante y el voto colectivo se dispersará para ambas según la preferencia que han despertado. A la señora Xóchitl Gálvez Ruiz la propuso, desde hace casi un año ya, el grupo oligárquico que comanda Claudio X. Desde el sexenio de Peña Nieto, los tres partidos que eran entonces mayoritarios (PRI, PAN y PRD) celebraron una alianza a la que llamaron dizque ‘Pacto por México’. Y ahí siguen. Ellos son la plataforma de lanzamiento para esta señora y le siguen sirviendo de sostén. Ya veremos la suerte que les seguirá en la presente confrontación.

La candidata a vencer, de acuerdo a los números que han estado arrojando las encuestas y los pulsos de opinión desde hace varios meses y cuyas tendencias no muestran variaciones al arrojar la preferencia a su favor, es doña Claudia Sheinbaum Pardo. Ya ha ocupado puestos dentro del funcionariato del país. El último, del que saltó a la presente candidatura, es el del gobierno de la ciudad de México, la capital de la república. Por supuesto que se trata de una política profesional y ya han tenido tiempo los ciudadanos para pulsar su experiencia de gobierno. No será entonces una improvisada para estas tareas, si es que se confirman las tendencias por su favoritismo a la hora de la votación.

No hay que caer en la vieja indolencia a la que las rutinas del PRI nos habían acostumbrado, de que desde antes de que se celebraran las elecciones ya sabíamos quién iba a ser el ganón. Así que la campaña era, más que período de proselitismo, la etapa descarada de la cargada. Se arrimaba el cuerpo al ganón para alinearse con él y hallar acomodos en el presupuesto. Son malas aficiones que habrá que sepultar, si es que haya aún equipos que jueguen estas cartas marcadas. Hoy no sabemos que ya haya ganador seguro, desde antes de que se celebren los comicios. La 4T o Morena en el poder ha abierto la puerta a la competencia real y no más simulada y es el respaldo al que invoca doña Claudia para su legitimidad. Parece que se dirige a esta meta con pie firme y sí lo conseguirá. Ya lo veremos pues, que en esta danza

Desea una impresión ¡Contactenos!