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¿Dónde están los emprendedores?

José Godoy

No sé si sea generacional, pero desde la infancia, tanto en casa como en la escuela, nos dejaban claro que nuestro deber era ser “buenxs ciudadanxs” y ver por la comunidad. Nos quedaba claro que a través de eso como principio nos podría ir bien en la vida.

Este tipo de enseñanza se heredaba de las generaciones anteriores e incluso hasta la preparatoria y la universidad, nos contagiaban esa mística y nos hacían ver que nuestra formación se debe al esfuerzo y gestión comunitario que las sostiene y el afán de que si algo no iba bien en la sociedad había que corregir colectivamente el rumbo, teniendo como referencia el mejoramiento de la vida de todos.

Así surgieron en El Grullo las principales instituciones cooperativas y agrarias, como ejemplo del compromiso de esos grandes maestros que fueron capaces de reunirse y dedicar parte de su vida para dejar un legado social.

Ahora que surgió esta pandemia una de las cosas que más se requieren es esa mística y pone a prueba a la sociedad en muchos de sus principios fundamentales.

Reconocemos a muchísima gente e instituciones que están llevando a cabo iniciativas aplicándose y dando el extra por la comunidad, pero también nos surgen una infinidad de preguntas sobre el músculo comunitario de la sociedad y su contraparte el individualismo exacerbado, competitivo y emprendedor. 

Una de mis preocupaciones es el enfoque educativo a nivel familiar y escolar de ese compromiso con la comunidad. Intentaré explicarlo en base a algunas fuentes de experiencia y autores que me han marcado.

En las comunidades indígenas o campesinas en cada fiesta o ceremonia de la siembra, el canto, el baile, la oración o el festival es “para que nos vaya bien a todas y todos, para que tengamos buena cosecha y abundancia”. Ese es el enfoque campesino y comunitario

que es de las principales herencias de nuestro pueblo.

En la historia del pensamiento o de la filosofía, dice Erich Fromm, encontramos como eje principal “la preocupación por el hombre y la mujer y la realización de sus potencialidades” llámesele a eso felicidad, justicia, respeto, etcétera. Parecerá utópico o anticuado, pero “nada acallará la fe en las posibilidades del hombre y la mujer y en su capacidad para llegar a ser lo que potencialmente son” Afortunadamente hay muchos maestros y maestras en la vida que tenemos frente a nosotros cada día, sea el lugar donde estemos, que nos guían en el camino de encontrar nuestro camino con tal sabiduría, sin importar la edad ni condición alguna, pero cómo dice John Berger “para que ese don sea posible quien da y quien recibe han de ser iguales, y nosotros, aquella pareja extraña e inapropiada que formábamos, éramos iguales, llegamos a ser iguales… preveíamos mi vejez y su muerte, y eso nos permitía ser iguales”, “el aprendizaje empieza mirando el primer abecedario ilustrado y no acaba hasta el día que morimos”, pero sucede que el estudio formal es tan caro y asfixiante, es literalmente una carrera, que lo único que muchos desean es que se acabe. El reto de aprender cada día de los desafíos que se nos presentan de manera personal o por las condiciones externas, como ahora, se va  esfumando. 

El gran reto es mantener vivo el impulso creativo y transformador. Con la claridad de John Berger que dice “esperemos sólo lo que tiene alguna posibilidad de alcanzarse. 

Reparemos algunas cosas. Un poco es mucho. Una cosa reparada puede cambiar otras  mil.” Una de las preparaciones de la vida o la sabiduría natural era la de estar preparados para cualquier situación inimaginable, cuanto mas si la conducta del hombre con la naturaleza es la de contaminar y alterar el orden natural existente, lo menos que se puede imaginar es eventos apocalípticos, deslaves, tormentas, huracanes, enfermedades y epidemias como las que ya se venían dando y no prestábamos la atención suficiente. 

En uno de mis libros de cabecera “cuando la hierba es verde. El niño indio” los viejos de la tribu hablan de su principal sensación de la infancia unos de ellos narran lo siguiente:

“La vida tradicional del campamento proporcionaba a los niños unos modelos de conducta – héroes y heroínas- que ayudaban a establecer y mantener unos niveles muy altos en muchas tribus. Los valientes guerreros y cazadores, los jefes sabios y las mujeres

sagradas eran tenidos en una alta estima publica, por lo que la mayoría de los niños de la tribu se esforzaban en emularlos.

Naturalmente, en aquellos tiempos los requisitos para salir adelante en la vida eran muy básicos y simples: obtener comida, tener vestidos, y refugios calientes y proteger a la tribu de los enemigos y del mal tiempo. No se necesitaba un título académico para aprender esto, aunque las pruebas de capacidad eran muy frecuentes.

Esas son hoy, todavía, nuestras necesidades básicas en la vida, pero los niños modernos a menudo están distraídos con nuestra acumulación de cosas materiales que apenas saben reconocer las necesidades básicas. En algunas tribus hay predicciones acerca de un gran acontecimiento que debe producirse pronto en el mundo para recordar a todos las necesidades básicas. ¿Cómo le iría a la juventud actual ante una catástrofe?”

Uno de los sabios Huicholes nos decía, “llegará el día en que exista el dinero, pero no se encuentre nada sano que comer, va a haber una gran crisis, un holocausto, y la pasaran menos peor los pueblos que estén en mejor relación con la tierra o la naturaleza” este sentido de alerta nos hace prever y ser responsables con lo que pasa y con lo que puede pasar.

La pandemia, decíamos, pone a flor de piel “el sentido de la vida” ya sea porque la pone en riesgo o porque modifica nuestras actividades, objetivos, prioridades y hasta costumbres. Justo hay un libro con ese título “el sentido de la vida” de Terry Eagleton donde revisa la respuesta a esta pregunta de múltiples filósofos de

occidente, se propone un abanico de posibles sentidos, entre ellos:

La felicidad, el altruismo, el amor, el éxito, la abnegación, el placer,  el mayor bien para la especie, etc. Cualquiera que sea la respuesta, dice, “se trata de una aspiración utópica, pero eso no la descalifica de ningún modo. El fin de tales aspiraciones es indicar una  dirección, por muy lamentablemente alejados que nos hallemos de  la meta”. Pero, eso sí, el sentido principal es la perpetuidad de la especie y de la vida misma como la conocemos. A lo mejor es muy filosófico, pero la situación exige revisar los paradigmas.

¿Qué formación necesitamos?

En una ocasión le preguntaron al gran educador latinoamericano Paulo Freire ¿qué veía antes de cerrar los ojos y soñar?: “yo sueño con una sociedad reinventándose de abajo hacia arriba, donde la mayoría de la gente tenga, de verdad, el derecho a tener voz y no apenas el deber de escuchar. Ese es un sueño que me parece realizable, pero que demanda el esfuerzo fantástico de crearlo.

Para eso es necesario que la gente anteayer ya hubiese descruzado  los brazos para reinventar esa sociedad.”

Francisco Ferrer en su “Escuela Moderna” de principios del siglo pasado exponía que “ante todo, es preciso que la vida sea tal, que llegue a ser tal, que el hombre trabaje y luche únicamente por ser útil a sus semejantes: para eso se necesita sencillamente que guarde y fortifique en sí mismo el instinto de defensa contra las fuerzas hostiles de la naturaleza; que haya aprendido a amar el trabajo por los goces que procuran los cumplimientos queridos, propuestos y larga y obstinadamente trabajado para conseguirlos, que comprenda la extensión inmensa y la belleza sublime del esfuerzo humano. 

Nuestros grandes hombres y mujeres, nuestros inventores, nuestros sabios, nuestros artistas, lo son porque han conservado la excelente cualidad de querer, no contra sus semejantes, sino para ellos. 

A los ojos de sus contemporáneos, pasan por seres extraños, y siendo los que más en consonancia se hallan en el conjunto armónico de las leyes de la existencia, antes de alcanzar el éxito, son tenidos por visionarios.” Para esto propone partir de la instrucción práctica, aquella cuyo objeto se muestre claramente, es decir, se comenzará por la enseñanza del trabajo manual” para encontrarle razón de ser al conocimiento en la transformación de objetos y realidades.

A todas estas y muchas otras referencias hay que acudir cuando la cosa esta que arde y como decían los viejos “esta flaca la caballada”, mandaron a los jóvenes a sus casas, les cortaron las alas para enfrentar las múltiples condiciones materiales, psicológicas y espirituales que exige enfrentar la pandemia. Como dice Herman Bellinhausen Hasta a los jóvenes médicos practicantes mandaron a sus casas, si no es ahora cuándo van a aprender y a comprometerse con el oficio. Por eso nos preguntamos sin afán regañón ¿dónde están los emprendedores?

A DOS AÑOS DEL TRIUNFO


POR PEDRO VARGAS AVALOS

Se cumplieron dos años el pasado uno de julio, de haberse logrado un triunfo democrático genuino por el pueblo de México. La efeméride dio pie a que muchos ciudadanos la comentaran, emitiéndose puntos de vista muy disímbolos, como es natural en una población de pensamiento plural y de variadísimas características económico-sociales.

Entre los comentólogos que padecemos, algunos se dedicaron a dizque analizar o más bien pontificar, que esa fecha y la jornada electoral que hubo, se considere por el primer mandatario de la nación, como el día de la instauración de la democracia en México.(Diego Petersen Farah, El Informador, 3-VII-2020). Y añade que celebrar tal suceso, “como si fuera el principio de todo, raya en el egocentrismo: antes que él, la nada.”

En su mensaje del uno de julio de este año, desde el recinto parlamentario del Palacio Nacional, el Presidente lo inicia denominando a la fecha y elección aludida como “memorable jornada cívica” que le permitió llegar por mandato popular a la Presidencia de la República. Ahora, -expresó-
rinde informe al pueblo que lo elevó al cargo, a dos años de la victoria en los comicios y a 19 meses de ejercer el cargo constitucionalmente. En lo anterior no encontramos la idea que maneja el comentarista, sino el reconocimiento de que el triunfo fue de los ciudadanos.

El sociólogo de la UNAM Alberto Vanegas Arenas, decía el último de junio: “Mañana se cumplen dos años de la hazaña histórica que significó la victoria electoral de Andrés Manuel López Obrador y el inicio de la Cuarta Transformación de la vida pública de México. Es necesario conmemorar
este importante suceso por su trascendencia en la vida pública del país…” Y pasó a enumerar lo que considera ha sucedido en este espacio de tiempo: lo realizado “ha sido pacífico y ordenado”, destacando las reformas constitucionales, en primer lugar la educativa en la cual “se garantiza el
derecho a la educación de toda la población, desde el nivel básico hasta el superior”, lo cual es extraordinario, pues como se recordará, antes solo era hasta el nivel secundario; el hecho tangible lo tenemos a la vista, no solo construyéndose cien universidades, sino con ausencia de las movilizaciones magisteriales, que antes a diario se registraban.

Un hecho que no se puede negar, ni por propios ni por extraños, es “el combate frontal a la corrupción y la eliminación de los privilegios de la alta burocracia”. En efecto, se eliminó el Estado Mayor Presidencial, los salarios de los altos funcionarios públicos se disminuyeron en un 50%, se restringieron los vuelos de funcionarios de gobierno en aviones privados, ya no se cubren por el erario las partidas para gastos médicos mayores, y algo que el pueblo pedía y se cumplió, fue finalizar las pensiones millonarias para los ex presidentes de México, acompañado de haber dedicado la ostentosa mansión de Los Pinos a la cultura popular; en pocas palabras, nadie puede negar que tenemos un gobierno austero. Se completa con la lucha contra la evasión fiscal que era un cáncer y se exige su eliminación, para lo cual mucho ayudará que se prohibieron las
condonaciones de impuestos y esa evasión, junto al caso de las facturas falsas, se elevó a delito grave.

A pesar de esa manifiesta austeridad, los apoyos a las clases económicamente más débiles no han cesado, ni ante el embate terrible de la pandemia que flagela al mundo enero. Ni se han detenido las obras emblemáticas del régimen, que significan empleos y en su momento prosperidad.

Claro que faltan asignaturas, destacando la lucha contra el crimen organizado, donde se inscribe la eficaz funcionalidad de la Guardia Nacional y la aclaración de hechos como Ayotzinapa, la guardería ABC y otros casos que hasta hoy hsabían sido cobijados por la impunidad. Pero en unos y otros existen signos inequívocos de que se avanza: la Guardia ya tiene más de ochenta mil efectivos y va cubriendo la faz nacional; en el caso de los desaparecidos de Ayotzinapa, se echó por tierra la vergonzosa “verdad histórica” de Peña Nieto y se pidieron decenas de órdenes de
aprehensión contra presuntos responsables, y en cuanto a lo de la guardería de Sonora, se avanza en fincar responsabilidades, habiéndose alcanzado una sentencia en la Suprema Corte, de diez millones de pesos para indemnizar a una familia perjudicada en esos tristes hechos.

Genaro Lozano, el inteligente analista y politólogo que escribe en Reforma, conduce programas en Televisa y habla en variadísimos auditorios, señala que al menos de los tiempos recientes, el uno de julio de 2018 es para la democracia, la tercera fecha, por cronología, más importante, pues para él la primera fue la elección de 1997 cuando por primera vez resultó un Congreso dividido y los ciudadanos contaron los votos, siendo la segunda la del dos de julio de 2000, fecha en que se logró la tan anhelada transición democrática con el triunfo de Fox, que a la postre resultó un cambio, pero de reversa.

A diferencia de los anteriores, -afirma Lozano- el triunfo de López Obrador el uno de julio de 2018, fue histórico porque se alcanzó con más de treinta millones de votos y una ventaja porcentual de 30 puntos sobre su más cercano competidor.

Nosotros podríamos agregar muchas fechas de corte histórico en la cual hubo ejercicio democrático, pero que con salvedad de los comicios que elevaron a Francisco I. Madero en 1911 a la Primera Magistratura, todos los demás a nivel de Presidencia de la República, fueron desconocidos, siendo los más evidentes el del Gral. Juan A. Almazán (1939), el de Cuauhtémoc
Cárdenas (1988) y el de López Obrador en 2006. Por ello, la victoriosa jornada electoral de 2018 se agiganta.

En consecuencia, no es la fecha de nacimiento de la democracia en México pero sí es de conmemorar el triunfo de la democracia, del pueblo mexicano, el uno de julio de 2018, y que lo sepan quienes quieran saber o lo entiendan quienes puedan razonar.

La Tentación del Regreso

Por: Pedro Vargas Avalos

En Sayula de Alemán, Ver., el presidente de la República dijo que “siempre
habrá la tentación de que regrese la corrupción, el neoliberalismo y la
privatización.” Eso en alusión a que ciertos grupos se pronuncian
constantemente contra la llamada 4T, (o sea la política auspiciada por el
actual gobierno) añorando regímenes pasados.
La cuestión es entonces, suponiendo que dejara AMLO la presidencia del
país, que tipo de administración nacional le sucedería. Hagamos algunas
reflexiones al respecto, pero como dicen los abogados, “suponiendo sin
conceder”.


No hay por cierto mucho de donde escoger. Los antecedentes, que son de
donde se podría tomar el modelo sustituto, lo representarían Salinas de
Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto.
Todos por lo general de muy nefasto recuerdo para la inmensa mayoría de
los mexicanos.


¿Por qué son de ingrata memoria esos expresidentes, y cuál es el
señalamiento que se hace al actual primer mandatario, para desear que se
vaya?


De los anteriores mandamases abundan las causas por las que con enojo y
amargura se les recuerda. A Salinas se le califica como el más taimado de
los presidentes priístas, si bien quizás todo mundo lo reconoce, como el
más astuto, por lo que hasta la fecha se le atribuye una especie de
liderazgo entre los políticos del viejo cuño. Quizás se le salió del huacal
quien fue el sucesor, tras el atroz asesinato de Colosio, el muy anodino
Zedillo, el de la sana distancia con su partido.
Precisamente ese principio adecuó el ambiente para la transición
democrática, que no fue más que una ilusión para los ciudadanos que
esperaban el arribo de la democracia sin adjetivos. Porque el inefable señor Fox, ha sido quizás la decepción mayor que nos hemos llevado los
mexicanos, anhelantes siempre de justicia, progreso y tranquilidad. Su
frivolidad fue mayúscula y su ineptitud tan sorprendente como su
locuacidad vacía.


La continuación resultó aún más lamentable, pues inició con una transa
electoral, la de “haiga sido como haiga sido” y siguió con una despiadada

declaratoria de guerra a la delincuencia, la cual ahora resulta que no fue
sino una mascarada, para favorecer a la criminalidad y especialmente a un
cartel del narcotráfico.


Eso favoreció un regreso del priísmo, ahora más decadente y corrupto con
el incompetente de Peña Nieto y su legión de subordinados facinerosos, que colmaron la paciencia del pueblo y provocaron la avasalladora votación del uno de julio de 2018.
De esa manera fue posible el arribo de una opción que solo en el período de Lázaro Cárdenas encuentra alguna semejanza. Y el nuevo Presidente
encabezó un gobierno que se quiera o no, es definitivamente distinto a los
que lo antecedieron. Primero porque llegó con el apoyo auténtico de la gran mayoría de votantes, en una jornada democrática que no fue posible
desvirtuar. Segundo porque su lucha contra la corrupción y las acciones
que buscan rescatar a los pobres, es sin parangón en nuestra historia.
Que comete errores el actual mandatario federal, no cabe la menor duda.
Pero de que tiene acrisolada honradez y probada vocación de trabajar
incesantemente para cambiar las cosas, es una certidumbre.


Lo que ha hecho a la fecha, en menos de dos años de dirigir los destinos de
México, son de una trascendencia singular. La Constitución ha sido
modificada para beneficiar a la democracia, la honradez, la educación y
desterrar la pobreza a la par de combatir la corrupción, como nunca antes.
Así las cosas, ante la repetición de protestas de grupos como los que se
suben a su automóvil y gritan que se vaya AMLO, de evidente minoría
frente al grueso del pueblo, uno se pregunta: ¿Y quién desean que regrese:
un tipo como Salinas, tibio como Zedillo, frívolo al estilo de Fox, cruento y
falaz como Calderón, o de plano descompuesto como Peña Nieto? Es decir,
la innegable representación de la corrupción, el neoliberalismo y la
privatización.


Pues bien. Ese panorama, que sería el de la vuelta a un sistema como el
que se venció en las elecciones de 2018, puede ser el precio de la tentación
que significa obstruir ciegamente al actual gobierno, y alentar el regreso
del pasado. No hay que comer ansias: En 2021 habrá comicios generales y
en 2022 la revocación de mandato presidencial. Que la razón y las
mayorías decidan, y el resultado que sea, todos lo aceptemos para vivir en
paz y consolidar el sendero democrático de México.

Quiero Confesar

Leonel Michel Velasco

Que me ha costado mucho trabajo escribir lo que me propongo, lógicamente se requiere oposición, que te haga pensar más, para aportar en el hacer, ser y servir al prójimo como a uno mismo.    

Primer queja. (seguridad)

Carretera El Grullo, Puerta de Barro. Unos poste de cemento sembrados  dentro de la carretera? peor que el coronavirus, parecieran hecho a propósito para provocar accidentes, y quizá más muertes que el covid19.

Segunda queja.  (manejo mas realista y conveniente)

Me parece retículo ver en el Jardín las bancas volteadas, como si estuvieran de rodillas. Me pregunte y porque no voltearon las de la Alameda? (a menores espacios, mayores confinamientos)

Tercer queja. (salud)

 Las tiznaduras que absorbemos todos, dueños o no, de parcelas destinadas a su deterioro de fertilidad natural, como las de antaño. 40 año.

Recomiendo un gobierno más humanos, previendo el cuidado de la salud integral, tal cual lo dicta la ONU. Desde luego con adecuaciones, dada nuestra naturaleza en todos los sentidos y para su  adecuado manejo.

Felicitaciones por el periférico. (solo habrá que reponer y prever los semáforos, alcanzados por cañas)

Muy conveniente resultaría multar por cada quema de caña, o x basura a X kilómetros a la redonda, de igual manera los tiraderos de caña en su traslado. 

El Covid 19, nos obliga a eso y más. 

Algunas recomendaciones; no se trata de traer el cubre bocas, todo el santo día, ello resulta perjudicial para su propia salud. Ciertamente el guardar distancia es básico así como, en las platicas directas solo con cubrebocas,  el aseo de manos antes y des pues de ir al WC y comidas, recomendable con agua y jabón. La higiene es básica para conservar la salud y adecuada alimentación.

Todas y otras más recomendaciones serán por lo que nos reste de vida, cambios sustanciales he inevitables, para bien o para mal. Porque este virus llego para quedarse , más nos vale irnos adaptando, con la mejor protección posible, disfrutando de áreas libre de todo patógeno, los que tienen cerca el campo y que ademas viven de el, felicidades además contribuyen al sostenimiento de la economía regional. (entonces ahora el campo cobra importancia, siembran nuestros alimentos.)

NOTA: no propongo soluciones porque son obvias 

Es propicio ponernos las pilas: participar, cooperar, contribuir, aportar, para el beneficio personal  y común. “La mejor manera de hacer las cosas”.