La capillita del cerrito y la estrella

Leonel Michel Velasco.

Llevando a cuestas en un costalillo bien protegida entre el heno la varita mágica, ya trabajada con diestras y creativas manos bruji-maternales sobre el supremo roble de la sierra de Ejutla, extraído el pasado veintiuno de diciembre; remontamos hoy once de enero en despejada tarde-noche juntos, mi esposa y nuestra Victoria Giselle, rumbo a la capilla del cerrito con el simbólico propósito de robarle una de las 46 estrellas al manto de la Virgen de Guadalupe, mi esposa y yo teníamos en mente elegir la menos obvia, la más baja la del dobles del lado izquierdo del manto, correspondiente a la constelación del sur, la solitaria y resplandeciente estrella Sirio; trepamos al cerro por serpenteante escalinata, teniendo de frente la lectura automática de los apellidos de solidarias familias donadoras de los escalones; tomando los descansos pertinentes para sosegar la respiración en mini pausas contemplativas, cada vez a mayor altura del escénico pueblo de El Grullo, que vamos dejando atrás; elegimos este día con la fe de encontrar a la Morena del Tepeyac especialmente accesible, sumándonos al contento y algarabía musical que reina en el pueblo, para brindarle las tradicionales y excelsas mañanitas nocturnas, que en esta ocasión se decidió hacerlas en la capilla; ya casi para llegar, nuestro cansancio fue disipado al enderezar la agachada cabeza y mirar los picos de la chaparrita capillita de sombrero gótico flamígero, que la hace ver alta y al escuchar y recordar con gran agrado los acordes de un hermoso pasodoble para trompeta, que el Mtro. Don Juan, con gran genialidad contrapuntística le arregló un breve solo al barítono mismo que en una ocasión tuve la oportunidad de ejecutar con mi saxo tenor “La Virgen del Tepeyac” del Mtro. Agustín Adrian Peñuela Larios, al llegar a la  puerta de la capilla, la Banda Orquesta Municipal, terminaba su actuación con los acorde de su rúbrica la hermosa e inigualable marcha de difícil ejecución (himno del pueblo) “Viva El Grullo” de Álvaro Velasco, ya guardaban instrumentos y recogían atriles, para dar paso a tres excelentes mariachis que al unísono interpretaron sus mañanitas en honor a la Virgen, rebosando de alegría a los corazones presentes; en lo que Gaby su madre ya dentro del solitario y pequeño recinto de la capillita, en un sencillo ritual se hacía entrega de la varita, pidiéndole su madre parsimoniosamente a Victoria, que observe tranquilamente todas las estrellas del manto de la virgen, que las contara una por una y que con su varita eligiera la estrella de su preferencia, la que cuidaría su varita… fue tal el absorto de victoria que parecía no estar aquí, como que si se hubiese desprendido hipnótica y astralmente hacia otra dimensión…; en segundos de manera inesperada y mágica o milagrosa fuimos impulsados con un vertiginoso ensordecedor chillido y una cegante luminosidad, viéndonos de pronto cobijados por la obscuridad exterior flotando en la bóveda del universo, observando su constelación completa, desde ahí Victoria, sorpresivamente como si nos hubiese leído la mente señalo su estrella…, al regresar de este fugaz trance, nos dimos cuenta que en nuestra realidad el tiempo corre más rápido, ya rato los mariachis habían terminado su actuación…, las notas que de pronto se hicieron presentes fueron las de “Dios nunca muere” en lo que se compartía el pan eucarístico a los asiduos comulgantes, cerrando las mañanitas con broche de oro la Sinfónica Juvenil de El Grullo, quien acompañó los cánticos eclesiásticos de los fieles en la celebración llevada a cabo cómodamente en el atrio al aire libre, arreglado ex profeso con exquisito gusto; abrazados los tres aún en el solitario interior de la capilla esperando la terminación de la ofrenda, el Padre Cura Rosendo, agradeció a los grupos musicales su actuación y a los presentes les recordó que para el día de mañana se oficiaría una misa en honor a los hijos ausentes y posteriormente la del fin del docenario contando con la presencia del obispo y sacerdotes de la región; así mismo informo del desfile de carros alegóricos para el día 13, ya para finalizar antes de dar la bendición pidió a los presentes mesura y oraciones, pidiendo al Señor que en las colindantes fiestas paganas reinara una sana alegría y terminaran con saldo blanco. Recibida la bendición, misma que esparció a los cuatro puntos cardinales, siendo nosotros los primeros en recibirla, como si se hubiese dado cuenta que nos encontrábamos a sus espaldas en el interior de la capilla, una vez santiguados bajo el fondo musical de las golondrinas anunciando el final de este excelso evento que solo un pueblo con vocación musical puede brindar.

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